Fue el 24 de junio del año 2021 cuando los 13 pisos del ala este de la Torre Champlain Sur, en Surfside, Miami, se desplomaron, dejando como saldo 98 personas muertas y muy pocos sobrevivientes. El trágico accidente impactó a Estados Unidos y al mundo, y también a Juan Manuel Robles, escritor peruano, quien publica la crónica Tragedia en Collins Avenue, el desastre que conmocionó a Miami, donde da voz a las víctimas del derrumbe.
Todavía no hay una respuesta sobre el orígen del colapso, pero Juan Manuel cuenta bien en su texto: el informe de la firma de ingeniería Morabito Consultants previo al derrumbe dejaba ver múltiples anomalías en la estructura del edificio, mismas que, de no ser atendidas con urgencia, podrían tener consecuencias graves. Poco se hizo ante este aviso y, lamentablemente, parte del inmueble se cayó.
Juan Manuel Robles no pretende ahondar demasiado en la causa del derrumbe en su libro -las autoridades serán quienes lo aclaren-, y en cambio, se concentra más en la historia de las personas, muchas de ellas latinoamericanas, que atraídas por el sueño americano lo perdieron todo; también habla de Miami, que funciona como un personaje más de la narración: uno oscuro, con un pasado relacionado con el narcotráfico y la corrupción.
El autor de libros como Lima Freak. Vidas insólitas de una ciudad perturbada y No somos cazafantasmas, y de relatos y artículos publicados en revistas como Vice, Etiqueta Negra, Letras Libres y Gatopardo, contó a Infobae México lo que significó para él su texto sobre el fatídico accidente de Miami.
Tragedia en Collins Avenue: la relación de las víctimas con presidentes de Latinoamérica
Para describir las vidas de las víctimas del desastre, Juan Manuel Robles platicó con familiares de personas que murieron e incluso con sobrevivientes. Muchos de los habitantes de la torre estaban, directa o indirectamente, relacionadas con la política latinoamericana, con más de un presidente. Por ejemplo, en Tragedia en Collins Avenue se cuenta la historia de Claudio Bonnefoy, quien trabajó con Salvador Allende y además fue tío segundo de Michelle Bachelet, expresidenta de Chile. Entre las víctimas está alguien cercano a Carlos Menem de Argentina, a Álvaro Uribe de Colombia y a Mario Abdo de Paraguay. Sobre estas coincidencias, el autor nos contó:
“La propia conversación hizo que fuera sabiendo de las personas y las conexiones que había. Primero quería contar sus historias de vida antes de la tragedia, saber quiénes eran, incluso en algún momento me plantee hacer eso sin que necesariamente hubiera una conexión inmediata con el evento. Simplemente saber más de ellos. Sin embargo me di cuenta, al escarbar esas historias, que había conexiones con la historia latinoamericana, algunos casos con Estados Unidos. Conforme iba hablando con las personas estas cosas se confirmaban. Así fue apareciendo esta especie de hilo conductor, que es la historia de las sociedades, de los lugares donde estamos. Fue muy interesante descubrirlo”.
Miami: la desmitificación del paraíso
Gran parte de las víctimas que murieron aquella noche del 2021 eran latinoamericanos atraídos por la belleza paradisíaca de Miami, por la promesa de una vida diferente. Juan Manuel Robles recuerda aquel video del desplome de la torre, lo que se decía al respecto: que en Estados Unidos no se caían los edificios, que eso era cosa de otros lugares del mundo. Sobre esto, el autor nos cuenta:
“Miami está relacionada con la migración, el sueño americano, donde confluyen una serie de ideas de bienestar. Es típica la idea de que cuando, por ejemplo, hay amenaza de un gobierno socialista, la gente dice ‘nos vamos a Miami’. Está la idea de ese lugar como el lugar de la prosperidad de los latinos que tienen buena posición. Y claro, al ser un lugar idílico a veces se pierden de vista algunas características de la ciudad”.
El autor tiene claras estas características. Miami es un personaje más en Tragedia en Collins Avenue, una ciudad compleja. El autor nos explicó:
“Miami fue la primera capital del narcotráfico, y las cosas que luego vimos en ciudades como Medellín, en Ciudad de México ahora, empezaron ahí. El primer lugar donde la policía se vio frente al crimen organizado armado de una manera donde no se podía combatir por los medios típicos, fue Miami. Acaba de ser retratada en la serie Griselda, de Netflix, es exactamente eso. Son esos años lo que generan un montón de dinero que le va a cambiar la fisonomía a la ciudad, es ese dinero que se traduce en construcciones, en un estilo de vida que nos llegó luego en televisión con series como Miami Vice o películas como Scarface”.
Una de las cosas que más le llamaron del tema al escritor es que situaciones a las que los latinoamericanos estamos acostumbrados (derrumbes por corrupción, leyes que se rompen por el dinero, sobornos y muchas otras) se replican en ciudades como Miami, pese a la creencia de que en Estados Unidos “no pasan esas cosas”.
“Se ve una situación que es muy común en América Latina. En América Latina es donde se puede usar el poder económico para saltarse leyes, para presionar autoridades, para sacarle la vuelta a la ley. Este edificio se construye tomando parte de una terraza que es pública y que por ley no se puede vender. Tú ves eso y dices ‘Esto es Lima, esto es Ciudad de México’. Eso para mí fue súper interesante: darme cuenta de que lo que nosotros conocemos se replica en una ciudad como esta”.
Y recuerda la historia de Claudio Bonnefoy, el colaborador de Allende que murió en el derrumbe, quien sí que tenía clara la parte oscura de Miami que se suele olvidar: “No le gusta por eso, no le genera buena vibra, y lo dice un latinoamericano que sabe de lo que habla. Me pareció interesante ver como la ciudad nos conecta con cosas que conocemos”.
Tragedia en Collins Avenue, el desastre que conmocionó a Miami, que ya está a la venta en las librerías de México, desmenuza la vida de las víctimas del derrumbe: sus sueños, sus planes, su pasado y lo que esperaban para el futuro que imaginaban desde los balcones de un edificio que, sin que lo supieran, estaba agonizando.