Este sábado por la madrugada un ataque de un grupo armado en la localidad de Cañete, en La Araucanía chilena, acabó con la vida de tres carabineros que se encontraban prestando sus servicios. El incidente no tardó en conseguir el repudio del gobierno de Gabriel Boric, quien prometió investigar el caso hasta dar con los responsables y hacer justicia.
Si bien aún no han trascendido muchos datos de la investigación a cargo del fiscal Danilo Ramos, sí se ha conocido información que permite esclarecer más las circunstancias del episodio. Según reportes de la prensa chilena, poco antes de la 01 am del sábado, un cuerpo de oficiales recibió tres llamados al 133 (el código telefónico de emergencia de Carabineros) por parte de desconocidos que pedían auxilio tras haber sido víctimas de un presunto asalto. De inmediato, los tres carabineros se pusieron en marcha hacia la zona en cuestión.
Los oficiales se movilizaban en una patrulla blindada dado que todos los vehículos de las fuerzas de seguridad desplegadas en la región deben estar preparados para enfrentar eventuales ataques. La emboscada ocurrió en la ruta P-72, uno de los espacios que más ha sido víctima de atentados. Inclusive, los 90 kilómetros que abarca esta vía han sido descritos como los “más peligrosos de Arauco”.
Al llegar al sitio de la presunta urgencia, los carabineros fueron sorprendidos por una ráfaga de disparos con escopetas y, posiblemente, con fusiles, en base a municiones de calibre 45 que fueron halladas en el lugar. Inclusive, la investigación señala que uno de los disparos logró atravesó el motor de la camioneta blindada.
Los investigadores estiman que, ante la balacera, los uniformados salieron del vehículo para intentar repeler la emboscada pero no sobrevivieron a los disparos y sus cuerpos cayeron en el camino sin vida.
A continuación, los atacantes habrían cargado los cadáveres para ubicarlos en la caja de la camioneta y luego prendieron fuego el vehículo con un líquido inflamable. Según el reporte policial, se cree que en esa instancia se robaron “la totalidad del armamento y munición del personal” ya que en el interior de la patrulla se encontraron “solamente los cascos balísticos y los chalecos antibala”.
Sobre las videocámaras corporales que portan los oficiales, “se desconoce si fueron consumidas por la acción del fuego o sustraída previamente”.
Los bomberos locales encontraron la patrulla policial en llamas, con los cuerpos calcinados, y dieron aviso a las autoridades.
Hasta el momento nadie se ha adjudicado el ataque pero, por tratarse de una zona bajo estado de excepción y epicentro de violencia rural desde hace años, en medio del conflicto con pueblos originarios, no se descartan posibles reivindicaciones de grupos radicales como la Resistencia Mapuche Lavkenche (RML) o la Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
El presidente Gabriel Boric fue tajante en su repudio a este episodio de violencia y aseguró que se emplearán todos los recursos a disposición en este caso.
“Atentar contra Carabineros es atentar contra la patria entera. Les aseguro a los chilenos y las chilenas que no habrá impunidad y que daremos con el paradero de los autores de este terrible crimen”, dijo el mandatario, y calificó a los autores de este triple asesinato como “terroristas”.
En tanto, el gobernador de la región de BíoBio pidió al Ejecutivo que impulse una ley que avale la pena de muerte en casos de esta naturaleza.
“Yo espero que el Gobierno envíe un proyecto de ley al Parlamento y que sea acogido por los parlamentarios, por ejemplo, para reponer la pena de muerte a quienes asesinen a policías, a carabineros o a cualquier otro policía”, dijo Rodrigo Díaz y planteó también que “la Defensoría Penal Pública jamás defienda a personas que asesinan policías”.