A la espera de la tan anhelada justicia están los familiares de la niña de 8 años, oriunda de Venezuela, asesinada el pasado 1 de mayo en las inmediaciones a la Estación de Metrolínea de Girón.
Aunque Alirio Gualdrón Rojas, el señalado agresor fue capturado y permanece privado de la libertad en un centro carcelario del departamento de Boyacá, Víctor Colmeneras, abogado defensor de la familia, dio a conocer a Q’hubo que se vienen presentando una dilatación del proceso judicial.
“El 25 de septiembre se programó la primera audiencia preparatoria y por solicitud del apoderado del acusado, quien manifestó no haber tenido contacto con su defendido ni tener herramientas para ejercer la defensa, se aplazó la audiencia”, expresó el defensor de víctimas.
La diligencia se programó de nuevo para el pasado 19 de noviembre, volviéndose a posponer al no contar con Internet en el penal en donde está recluido Gualdrón Rojas. En un tercer intento, el próximo 13 de diciembre se llevará a cabo la audiencia.
“Ya han sido dos veces que se ha aplazado y esto preocupa porque estamos en un proceso en donde están corriendo unos términos y tendríamos hasta mediados de abril para que el proceso finalice. Pedimos mayores garantías para que en la próxima diligencia se presente el acusado o su apoderado presente ante el despacho la voluntad de lo quieren. Si se busca un preacuerdo o llegar a la etapa de juicio, pero que haya un pronunciamiento clave”, añadió el abogado Colmenares.
El profesional del derecho mostró su preocupación ante los riesgos de que el presunto feminicida quede en libertad por vencimiento de términos en abril del año entrante.
“Un caso con la trascendía que se tiene, donde están en riesgo los derechos de los niños y que debe ser un ejemplo para que no se repitan este tipo de situaciones, puede quedar impune. Ruego a Dios que no sea así y esperamos celeridad”, recalcó el defensor.
¿Qué nuevos detalles se conocen del asesinato de la niña en Girón?
Alirio Gualdrón, quien tiene 59 años y es oriundo de Aratoca, afronta un proceso penal por los delitos de desaparición forzada y feminicidio agravado.
Son varios los elementos, según el abogado Colmenas, los que la Fiscalía ha logrado recopilar que probarían la responsabilidad de este sujeto en el atroz hecho.
Entre estos se cuentan con registros de cámaras de seguridad, testimonios y el resultado de la necropsia hecho por Medicina Legal.
“Él desapareció a la niña, eso está comprobado de acuerdo a los videos. Se ve que él la sustrajo del barrio y la llevó hasta la Estación de Metrolínea. Dentro de las pruebas de desaparición forzada está también como él trató de montar una coartada y después de mostrarle los videos, dijo que había tenido a la niña y que la había sacado del barrio, pero que la habían raptado. Guardó silencio, contrario a lo que haría cualquier persona. Son coartadas carentes de credibilidad”, explicó.
Además, la defensa sostiene la hipótesis de que el hombre “pretendía hacerle daño a la niña y ella opuso resistencia. Ahí, para silenciarla, le quitó la vida. La causa de muerte, dice el dictamen de Medicina Legal, fue un trauma craneoencefálico”.
Pese a que el cuerpo de la menor no registró violencia sexual, el abogado sostiene que “esa sería la intensión, pero todo se salió de control”.
Desaparición y el hallazgo del cuerpo de la menor
Desde hace año y medio, la familia de la pequeña había llegado desde el estado Trujillo en Venezuela a Colombia, específicamente al barrio Rincón de Girón, parte baja.
Le arrendaron el segundo piso de la vivienda al presunto asesino, Alirio Gualdrón Rojas.
“Él era el encargado de la casa, la había arrendado hace dos años y a nosotros nos ofreció en arriendo el segundo piso, junto con otro muchacho”, contó una tía de la menor.
La niña solía compartir tiempo con su agresor, pero sus seres queridos no desconfiaron ni pensaron que este hombre tuviera malas intenciones hacia ella.
“Siempre jugaba en la plazoleta del barrio Rincón de Girón. Sus familiares la observaban desde las ventanas, y ella nunca se movía de allí, por eso fue muy extraño que desapareciera”, contó uno de los vecinos.
El primero de mayo de 2024, la mamá y los tíos tuvieron que salir a trabajar. La madre de la menor salió en las primeras horas de la mañana para iniciar la venta de Vive 100 y otras bebidas refrescantes sobre la autopista, frente al supermercado Caracol, en Girón.
La menor salió a jugar con sus amigos, como de costumbre, en la plazoleta del barrio en horas de la mañana. Minutos después, el señalado agresor la habría convencido para que caminaran juntos
En cuadrillas, sus tíos y también la comunidad del barrio Rincón de Girón, comenzaron la búsqueda. Las cámaras de seguridad registraron que la niña, antes de su muerte, estaba con Gualdrón Rojas.
La Policía llegó hasta la residencia ubicada en la calle 35 con carrera 18. En medio de la algarabía, insultos y peticiones de justicia por parte de los vecinos, lo introdujeron en la patrulla.
Horas después, a las 8:45 p.m., la menor fue hallada boca abajo en medio de una zona boscosa aledaña a la Estación de Metrolínea de Girón.
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