El Gobierno está trabajando en una “fórmula imaginativa” sobre financiación en Cataluña que pueda cumplir las expectativas de ERC, que mantiene una posición de máximos y reclama soberanía fiscal y recaudar el 100% de los impuestos y de cuyos apoyos depende que el líder del PSC, Salvador Illa, sea el nuevo presidente de la Generalitat.
En Moncloa estudian una vía que pueda servir para desencallar la situación y que quedaría al margen de la renovación total del sistema de financiación autonómica y la Ley Orgánica de Financiación Autonómica. Ese paso, el Gobierno quiere darlo de forma multilateral, con todas las comunidades y con un acuerdo con el Partido Popular que por el momento parece lejano.
Por tanto, los planes del Gobierno pasan por sortear ese escollo y encontrar una solución que no implique modificar la LOFCA, aunque evitan aportar detalles sobre la opción que tienen en mente y extreman la prudencia para que la negociación sea discreta y llegue a buen puerto. También insisten en que el peso de las conversaciones con ERC las lidera Illa, aunque está en coordinación con la dirección del PSOE y con Moncloa.
Eso sí, las fuentes consultadas advierten de que si ERC sigue pidiendo un concierto fiscal para Cataluña, es decir, gestionar el 100% de sus impuestos y transitar a un modelo como el del País Vasco y Navarra, no habrá ningún acuerdo. Tanto en público como en privado los socialistas aseguran que se trata de una línea roja que no aceptarán.
Además, ante la reticencias de otras comunidades, gobernadas por el PP pero también por el PSOE, que se puedan sentir perjudicadas por el acuerdo para Cataluña, el Gobierno pretende trasladar un mensaje de confianza, y aseguran que no van a hacer nada que perjudique a otros territorios.
DESARROLLO DEL ESTATUTO CATALÁN
Aunque la orden es no revelar la fórmula que quieren ofrecer a ERC , otras fuentes del PSOE apuntan a que el camino que pueden seguir pasa por el desarrollo de las competencias que ya vienen recogidas en el Estatuto catalán y que respete la Constitución. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya apuntó en esta dirección a finales del año pasado, cuando se desplazó a Barcelona para reunirse con el entonces presidente autonómico, Pere Aragonès (ERC).
Después de aquella reunión, la primera entre ambos después de que Sánchez fue investido presidente del Gobierno, el jefe del Ejecutivo ofreció al independentismo un acuerdo para reforzar la financiación autonómica, el autogobierno y el uso del catalán.
Al ser interrogado sobre si estaría dispuesto a desarrollar la Agencia Tributaria catalana, no cerró la puerta y dijo que “es algo que está en el Estatuto de Autonomía” y está “por desarrollar”. “Cuestión distinta es como se materializa”, apuntó a continuación.
De su lado, Salvador Illa ha puesto sobre la mesa recientementela creación de un consorcio tributario que a su juicio permitiría mejorar la gestión de los recursos de las Generalitat, aunque no parece que esta opción sea vista con buenos ojos por ERC.
O ILLA ES PRESIDENTE O HAY ELECCIONES
En cualquier caso, desde las filas socialistas reiteran que solo hay dos opciones ante el escenario actual, que ERC apoye una investidura de Salvador Illa o ir a una repetición electoral y además se muestran convencidos de que esta última posibilidad no interesa a los republicanos.
En este sentido, lanzan un mensaje de presión al partido de Oriol Junqueras y Marta Rovira al advertirles del peligro que podría entrañar para ellos enfrentarse a unas nuevas elecciones. Consideran que podrían desangrarse y perder votantes en distintas direcciones: hacia Junts, hacia el PSC e incluso hacia los comunes.
Por el contrario, consideran que Junts y su líder Carles Puigdemont verían con buenos ojos unas nuevas elecciones porque tienen la expectativa de crecer. También piensan que una hipotética lista conjunta del independentismo, en la que concurriesen Junts y ERC, sería perjudicial para estos últimos.
Pese a todo los socialistas admiten que no saben qué decisión tomará ERC debido a su situación interna y al peso que tienen las bases en las decisiones estratégicas del partido, pero insisten en que un análisis frío de la situación les llevaría a descartar por completo la repetición electoral.