Barcelona, 11 jun (EFE).- Los dos sectores de la federación de ERC en Barcelona, que quedaron prácticamente empatados en las elecciones internas del pasado octubre, han abogado este martes por consultar a la militancia sobre una eventual entrada en el gobierno municipal del socialista Jaume Collboni.
Así lo señalan en una carta publicada en El Periódico la presidenta de la federación, Eva Baró, que se impuso en ese proceso interno, y el portavoz del grupo municipal, Jordi Coronas, quien formaba parte de la lista opuesta, encabezada por Patricia Gomà.
“Ahora, más que nunca, tenemos el deber y la obligación de arremangarnos para poner los valores republicanos al frente en la construcción del futuro de Barcelona, capital de Cataluña y una de las principales capitales europeas”, señalan ambos en este artículo.
Añaden que “el compromiso con esta Barcelona y con el país pasa por asumir riesgos y compartir. No por renunciar a nada, sino por estar más presentes que nunca”.
Y recuerdan que “el valor de ERC” es su militancia, que “se ha ganado el derecho a decidir la estrategia en los próximos años, si quiere asumir el reto de ser protagonista en la ciudad para que Barcelona se construya desde valores republicanos”.
ERC cuenta con cinco concejales en Barcelona, que sumados a los diez del PSC resultarían en 15, lejos de la mayoría, fijada en 21.
El partido republicano alcanzó un pacto presupuestario con Collboni en marzo, lo que parecía abrir la puerta a una posterior entrada en el gobierno municipal. Con varias partidas en juego, ERC quiso asegurarse la aprobación de los presupuestos de la Generalitat antes de dar el paso en Barcelona, según varias fuentes del partido consultadas por EFE.
Las cuentas catalanas no llegaron nunca a aprobarse y conllevaron un adelanto electoral en Cataluña que puso en pausa todo el proceso en Barcelona, ya muy avanzado: los republicanos habían acordado tener dos tenencias de alcaldía y presidir tres distritos.
Las catalanas del 12 de mayo supusieron un duro revés para ERC, que retrocedió de 33 a 20 diputados y entró en una crisis interna que no se acabará de resolver hasta el próximo 30 de noviembre, cuando tendrá lugar un congreso extraordinario.
En este escenario, Baró y Coronas creen que ERC debe actuar en Barcelona con una lógica autónoma, lo que no ha sucedido en el pasado, por ejemplo cuando el grupo que entonces presidía Ernest Maragall se vio forzado a aprobar los presupuestos del gobierno de Ada Colau para facilitar que salieran adelante los presupuestos de la Generalitat de 2022.
Fuentes del partido en la capital catalana defienden que se debe consultar a la militancia sobre si entrar en el gobierno de Collboni lo antes posible, en cualquier caso antes de que acabe el mes, y subrayan que esa opinión es compartida por miembros de los dos sectores, lo que demostraría el artículo publicado hoy.
Lo cierto es que un pacto con los socialistas en Barcelona movería todo el tablero catalán, en un momento en el que los 20 votos de ERC en el Parlament pueden ser decisivos para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa.
Debido a eso, otras fuentes de la formación creen que no se deben hacer movimientos en Barcelona antes de que se resuelva la gobernabilidad en Cataluña y piden actuar pensando en el partido y no en “intereses personales”, con la mirada puesta en la líder del partido en la ciudad, Elisenda Alamany.
Las mismas fuentes alertan de que entrar en un gobierno que seguiría en minoría dificultaría mucho el papel de los republicanos, que podrían quedar demasiado subordinados al PSC. EFE
mpl/pll/aam