Thalía Valdivia vino al mundo un 27 de abril de 1996 en la localidad de Lauricocha, Huánuco. El pasado 14 de febrero cumplió uno de sus mas anhelados sueños al clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024, culminando la Maratón de Rotterdam en un tiempo de 2 horas 25 minutos y 23 segundos, marca que quedó para la historia, ya que además de otorgarle una plaza en la cita olímpica, le valió para superar el récord nacional (2h 2 min 57s) que ostentaba Gladys Tejeda desde la Maratón de Sevilla 2022.
Pero no todo ha sido fácil para la séptima de nueve hermanos, todos oriundos de la localidad de Lauricocha, pues tuvo que sortear grandes dificultades como lesiones y una pérdida familiar que repercutieron en su carrera. Infobae Perú conversó con la atleta nacional y conoció un poco más de su historia de superación.
– ¿Cómo te sientes tras clasificar a los Juegos Olímpicos y de paso quebrar el récord nacional en maratón?
Estoy feliz y agradecida con Dios por darme las fuerzas y también por este objetivo que he logrado. Ahora estoy en proceso de recuperación después de la maratón, esperando tranquilamente, para lo que viene. Imagino que voy a retornar a mis entrenamientos de manera progresiva y posiblemente en el mes de junio correré una distancia corta de unos 10 o 5 kilómetros como parte de mi preparación. Y de ahí, realizar entrenamientos específicos, porque ya falta poco para los Juegos.
– Lograste tu clasificación a los Juegos Olímpicos en la maratón de Rotterdam, ¿cómo la viviste y cuándo te diste cuenta de que habías clasificado y superado el récord?
Mi objetivo principal cuando planifiqué esta competencia era buscar la marca que me clasifique a los Juegos Olímpicos de París. Cuando crucé la meta ya sabía que había clasificado al ver mi tiempo en el marcador final, pero no sabía que había roto el récord nacional. No tenía idea de eso, ni siquiera había pensado en ese récord. Pasaron cerca de diez minutos, me puse a analizar un poco y me di cuenta que había hecho récord nacional, y mi felicidad fue aún más inmensa.
– Quebraste la marca de una persona que admiras mucho como Gladys Tejeda. ¿Has tenido oportunidad de conversar con ella?
Sí, yo siempre la he admirado, es una referente nacional en maratón. No tuve la oportunidad de hablar con ella, pero iremos en la misma delegación a París así que de hecho nos estaremos viendo ahí. Es como un sueño el hecho de compartir con mis referentes en esta competición, me motiva bastante estar con ellos y dar el 100% en la competencia.
– ¿Cuál es tu objetivo para París 2024? Obviamente está el sueño de una medalla, pero imagino que también va el tema de romper alguna marca, ¿qué sería un buen resultado?
Sí, el principal objetivo es ver si podemos romper alguna marca, vamos a ver cómo está el recorrido, el clima, en esas fechas París está en verano y me parece que hay bastante calor. Todo eso influye, pero nada es imposible, lo único que sé es que yo voy a dar lo mejor de mí, voy a dar mi 100%, me voy a preparar muchísimo, y vamos a ver lo que viene.
– ¿Cuáles fueron tus inicios en el atletismo? ¿Cómo así te comenzó a llamar la atención el deporte?
No tenía idea de lo que era el atletismo, no conocía el deporte, no tenía una inclinación por ningún deporte en realidad. Mi meta siempre era estudiar una carrera universitaria, porque mi papá siempre me inculcó eso, me decía que tengo que estudiar y mi objetivo era ese. Nunca pensé que el deporte me podría cambiar la vida y abrir muchas puertas y oportunidades. Me inicié en este deporte cuando ya tenía 21 años, desde ahí comencé a escalar de a pocos.
– ¿Cómo te animaste o viste alguna competencia o te invitaron?
Mayormente me gustaba el correr, pero lo hacía más por salud, por hobby, para tener un buen estilo de vida y no subir de peso, como cualquier joven. Pero nunca imaginé convertirme en deportista de alto rendimiento. Recuerdo cuando fui a una de mis primeras competencias, unas 3K que organizaba la Defensoría del Pueblo en diferentes regiones del Perú. Quedé en segundo lugar, primero me ganó otra chica de Huánuco. Era todo entre deportistas amateur, el premio era 500 soles para el primero y 300 soles para el segundo, y yo agarré ese premio. Eso también me motivó y fue un plus como para despertar un poco. Conocí más personas en mi región que también se dedicaban al atletismo, quizá no de manera profesional, pero lo hacían en un nivel promedio dentro de la región y conocían mejor ese mundo. Me invitaron a entrenar con ellos, pero recuerdo que no fui, iba una o dos veces a la semana, por temas de tiempo, ya que no coincidíamos en los horarios, iba solo cuando podía, sin mayor compromiso. Pero después pasó el tiempo, se anunciaron los Juegos Panamericanos de Lima 2019, empecé a indagar más, porque la noticia fue un boom, y es así como me acerco más al atletismo.
– ¿Tuviste dificultades para correr tus primeras maratones?
De hecho que sí. Uno, cuando inicia, es difícil. Mis inicios no fueron nada fácil. Ahora compito con zapatillas especiales para las maratones, pero al inicio no, no sabía con qué zapatillas correr, recuerdo que entrenaba con las zapatillas que podía encontrar en el mercado, al alcance de mi bolsillo. No es que me compraba zapatillas especialmente para corredores, o de competencia, o especialmente para entrenamientos, nada de eso. Recuerdo que en mi primera carrera, corrí con unas zapatillas que tenían un logo parecido a Tigre, pero en realidad eran otra. Cuando ya iba entrando un poquito al atletismo, igual fue duro para mí. No es que tenía la economía así boom, como para darme los gustos con las zapatillas. He ido escalando de a pocos. De hecho, cuando me metí al 100% al atletismo, yo me independicé, yo misma empecé a cubrir mis gastos, absolutamente todo, y fue un poco difícil solventarme sola. El ser deportista necesita de mucha inversión, dedicación, para que tu crecimiento y desarrollo sea óptimo. Entonces, a veces me sentía como que, ¿qué hago? No sé si estoy yendo por el camino correcto, pero yo creo que, cuando Dios tiene un plan para nosotros, las cosas se van dando.
– Es verdad que Huánuco no tiene tanta altura, pero ¿crees que las condiciones geográficas ayudan a que los atletas de la sierra tengan tan buenos resultados en competencias internacionales?
Claro que sí, la altura te ayuda en generar más capacidad aeróbica, especialmente en las pruebas largas, como en esta de maratón. Huánuco está a 1.900 metros de altitud, no tiene tiene tanta altitud, pero sí está demostrado que ese factor es clave. Vemos que muchos deportistas mayormente son de nuestras zonas altoandinas.
– Antes de los Juegos Panamericanos 2019 ya habías conseguido medallas en alguna competencia, pero ese campeonato fue otro nivel. ¿Cómo lo viviste y qué tan importante fue para tu carrera?
Para mí fue algo nuevo, algo grande, algo grandioso que yo lo estaba viviendo. Fue mi primera competencia de esa magnitud. De hecho con ciertos nervios, pero con tan solo estar ahí, representar al Perú, vestir la camiseta, competir frente al público, tan solo eso a mí me hacía sentir feliz. Yo estaba emocionada de ver como la gente te apoyaba, te alentaba. Recuerdo que cuando ingresé al estadio, vi que estaba repleto de gente, y apenas veían que vestías la camiseta peruana, pues, la gente te alentaba, gritaba. Y eso fue bastante emocionante que lo viví. A mí me encantó, me emocionó un montón. Y eso también fue un plus bastante importante para mi crecimiento deportivo, y me motivó a seguir entrenando, a seguir esforzándome. Y siempre soñaba, me decía, que un día podría ganar, quizás no ahora, pero en algún momento sí.
– Luego llegó la pandemia, se paralizó el deporte, y tuviste dos golpes que te alejaron del atletismo, ¿verdad?
Una de mis mayores dificultades fue la pérdida de mi papá. Durante la pandemia mi papá se fue, no por la pandemia, sino por problemas diferentes a ello. Y fue uno de los momentos duros que me tocó vivir y enfrentar. Dejé de entrenar todo el año 2020, me olvidé de ser deportista. Más me enfoqué a mi familia, y de cierta forma empecé a abrazar más, a valorar más a mi familia, en este caso a mi mamá, la que me queda. Esos momentos bastante duros afectaron muchísimo mi carrera, pero después retomé. Nunca, en ese momento, pasó por mi cabeza que podría dejar o abandonar el atletismo. Otro de los momentos duros que me tocó lidiar fueron las lesiones. Sufrí muchas lesiones que me alejaron de muchas competencias. Por ejemplo, buscar las clasificaciones internacionales para Tokio 2022, que era lo que soñaba, o correr un 10 mil. Ya mis sueños se veían ya alejados, porque volví de la pandemia, empecé a entrenar, me lesioné, seguí entrenando. Todo el año 2021 me la pasé luchándola porque no volví al nivel que tenía. Me ha costado un montón mi retorno después de una para.
– ¿Qué tanto te apoyó tu padre en tu carrera? ¿Qué crees que te diría la ver lo que has logrado?
Mi papá estaría feliz. Le encantaba este deporte. Siempre soñó que yo sea una buena deportista. Siempre me ha apoyado. A veces no me iba bien en las competencias, pero él me llamaba y me decía que así es el deporte, que todo está bien y que la próxima lo haré. Después que mi papá se fue, lo primero que extrañaba era eso, termina la competencia y no ver su llamada, porque él siempre lo hacía. Sentí ese vacío inmenso después de su partida, pero uno con el tiempo acepta lo que ha pasado y empiezas a convivir con eso. Hoy en día mi papá estaría súper feliz, el más orgulloso de lo que estoy logrando.
– Durante el tiempo que estuviste lesionada, ¿recibiste algún tipo de apoyo de la familia, auspiciadores o el estado para cubrir el tratamiento?
Marcas no tenía en ese entonces. Tenía una subvención de parte del IPD. Como en la pandemia no podíamos competir había un cierto apoyo ahí nos llegaba para sobrevivir. Eso me ayudó un montón, pero mi desesperación era volver a competir, porque si no compito, me cortan el apoyo. Por eso me seguía esforzando, pero me lesioné. Sí, un tiempo me cortaron, porque si estás ahí te apoyan, pero sino, ya no les importa nada a la institución. Me apoyé con mis ahorros.
– Tras superar esos momentos complicados, ¿cómo fue tu camino para poco a poco llegar a la cima? Competiste en Santiago 2023 por ejemplo.
Yo tenía siempre muchas lesiones, quizás no de las que me paran al 100%, pero molestias que me ponen pausa un entrenamiento, dos entrenamientos. Todo el 2021 y 2022, me tocó lidiar con eso. Me separó de muchas competencias. El 2023 es cuando ya me siento mucho mejor. También las lesiones disminuyen, si tenía, pero algo más llevadero, no como para apartarme de las competencias. Busqué la marca para Santiago de Chile y lo logré en los 10 mil metros planos. Quizás en la competencia, mis expectativas eran otras, quería hacer una mejor competencia. No me salió como yo quería o como habíamos planificado. Fue un poco duro para mí. Pero me levanté de eso y comencé a prepararme para esta competencia de Rotterdam. Gracias a Dios, ya no tenía muchas molestias, llegué bien, sin molestias, hice un buen entrenamiento toda la temporada y se vieron los resultados.
– ¿Qué tan difícil fue dejar tu natal Huánuco para mudarte a Cusco para entrenar?
Yo en el alto rendimiento me inicié en el departamento de Cusco. Migré el 2019, fue difícil, pero estaba convencida de que si quiero lograr algo, tenía que salir. Porque en Huánuco no puedo, no tengo entrenador, no tengo los escenarios deportivos como para poder prepararme. Necesitaba trabajar un poquito lo que es altura, y es por eso que me voy. Hablé con mi familia, con mi mamá, mi papá, al inicio se pusieron un poco duros, pero después supieron entenderme.
– ¿Qué tanto te ha cambiado la vida con la clasificación a París 2024? ¿Sientes mayor apoyo?
De hecho que sí. Yo siempre agradezco a las personas y la prensa, el apoyo que me dan, o la visibilidad. Pero así es el deporte. Cuando estás abajo, necesitas a todos. Cuando estás arriba, ya estás arriba, pues tú solo puedes estar mejor. Pero no es así, la realidad es diferente y yo me adapto normal.
– Además del atletismo, también estudias una carrera, ¿es difícil compaginar ambos oficios?
Estudio Derecho en la Universidad Continental. Llevo de la mano los estudios con el deporte. Es bastante complicado, tienes una carga física muy fuerte, físicamente estás agotado, cansado, y también mentalmente. Gracias a Dios se lidiar con todo ello.
– ¿Qué le dirías a los chicos que sueñan con brillar en la marcha atlética, un deporte que brinda tantas oportunidades a chicos que por ahí tienen que salir de abajo?
Yo creo que si se trazan una meta y su objetivo es claro, a luchar hasta lograrlo, porque si tú le pones ganas, empeño y más que todo crees en ti, a pesar de lo que pueden comentar o de lo que pueden decir, tú sabes cuál es tu objetivo, entonces a seguirlo, porque yo sé que en el camino uno tiene que pasar muchos obstáculos, porque nada es fácil en la vida, entonces el que persevera, pues lo logra. Y yo les diría que nunca se desanimen, que luchen por sus sueños y que sean fuertes.
– Se viene Lima en los Juegos Panamericanos 2027, ¿qué te generó su elección y qué objetivos tienes para ese torneo?
Es bonito que los Juegos Panamericanos vuelvan a nuestro país, eso suma mucho, deportivamente hablando. Todavía no estoy pensando tanto en qué es lo que se viene en esos Juegos Panamericanos, las pruebas que voy a realizar, nada de ello. Ahora estoy más con los Juegos Olímpicos y de ahí seguramente ya, también dialogando con mi entrenador, ya veremos a que prueba que voy y todo. Pero de hecho que voy a seguir esforzándome al 100% y con la misma disciplina como lo he venido haciendo.
– ¿Cómo ves el futuro del atletismo peruano? ¿Crees que estos éxitos son fruto del trabajo de la Federación o crees que son más casos aislados producto del esfuerzo de cada uno, de forma individual?
Cuando uno inicia, el apoyo de entidades como el IPD o la Federación es importante, porque muchos jóvenes talentosos se pierden en el camino, por falta de apoyo o motivación. Cuando uno está iniciando, nadie cree en ti, nadie te apoya, ni el IPD. Desde mi punto de vista, se debería trabajar desde la base, con los jóvenes y niños que desean dedicarse a este deporte, ayudarles, apoyarles, darles el sustento económico, pero no hay eso. En mi caso, todo lo que he logrado, donde llegué hasta aquí, desde que inicié fue a base de mi esfuerzo y mi propio sacrificio.
– Más allá de lo mencionado, ¿cuál es el mayor sacrificio que has tenido que hacer para llegar a donde estas?
Te limitas muchas cosas, no tengo mucha vida social, tengo un círculo muy pequeño de amistades. Voy a la universidad, y no tengo toda la hora libre para hacer vida social. Simplemente llego, voy a clases y a mi casa. El poco tiempo libre que tengo, lo aprovecho al máximo para descansar. Todo es a base de mucha disciplina, pero que ha valido la pena. Al final se enciende la luz.
– Para terminar, y volviendo un poco al récord que batiste. ¿Ya has tomado conciencia de que has superado la marca de una de tus referentes como Gladys Tejada? ¿Qué te dices cuando reflexionas sobre todo lo logrado hasta el momento?
Creo que lo estoy asimilando recién. Al inicio estaba así, como si estuviera soñando, hasta que me desperté y se volteó la página. A veces me pongo a pensar si es cierto, y si lo es, y lo único que siento es felicidad.