Este viernes 3 de mayo se cumplen tres años de una de las mayores tragedias que han pasado en la historia del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, de la Ciudad de México (CDMX).
Y es que el 3 de mayo de 2021, una parte del tramo elevado que sostenía la Línea 12 del Metro capitalino, en la alcaldía Tláhuac, se desplomó, dejando varios heridos y muertos. El paso elevado y los dos últimos vagones del tren cayeron sobre avenida Tláhuac, entre la estación Olivos y Tezonco.
El trágico hecho ocasionó la muerte de 27 personas y dejó 80 más heridas, por lo que se convirtió en el más mortífero del Metro en casi 50 años.
Tras el accidente, vecinos y personas que pasaban por el lugar ayudaron a las personas que quedaron atrapadas.
Entre los años 2014 y 2015, el tramo elevado donde ocurrió el accidente había experimentado problemas técnicos y estructurales que llevaron a que cerrara de manera parcial.
Durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017 hubo aún más daño en la zona, y aunque fue reparado en pocos meses, los residentes reportaron que los problemas persistieron durante años. En 2007 la Línea 12 fue presentada como una línea subterránea que podía operar trenes de neumáticos debido a la inestabilidad del suelo en la ciudad.
Se preveía que abriera en 2010, sin embargo, por limitaciones presupuestales y de tiempo, se modificó para operar tanto bajo tierra como en superficie, con trenes de ruedas de acero, que los investigadores señalaron como una de las causas de la inestabilidad y los daños en las vías desde el inicio de las operaciones de la línea.
La compañía ICA, responsable de la construcción de las otras líneas del Metro, construyó la línea en colaboración con otras dos empresas: Alstom Mexicana y Grupo Carso, esta última propiedad del empresario mexicano Carlos Slim, una de las personas más ricas del mundo.
Claudia Sheinbaum, entonces jefa de Gobierno de la capital, contrató a la firma noruega de gestión de riesgo Det Norske Veritas (DNV) para investigar las causas del colapso. Investigaciones preliminares de la empresa encontraron que el derrumbe estaba relacionado con deficiencias en la construcción del puente y la falta de soportes funcionales y soldaduras de mala calidad que provocaron fatiga en la viga colapsada.
Posteriormente, se dio a conocer que el puente se había diseñado y construido sin seguir los estándares de calidad, que la construcción y los cambios de diseño de la línea no habían sido supervisados de manera adecuada, que faltaban elementos de fijación y seguridad, y que los controles de mantenimiento periódicos que habrían detectado la falta de estabilidad de la viga no se habían llevado a cabo; aunque el gobierno de la ciudad impugnó la última declaración.
La empresa responsable del tramo colapsado, Carso, negó haber actuado mal, y Carlos Slim, el propietario, acordó con el Gobierno de la CDMX reparar el tramo de manera gratuita. En diciembre de 2021 la Fiscalía General de Justicia de la CDMX presentó cargos contra 10 exfuncionarios, incluyendo el director del proyecto y quienes participaron en la construcción y supervisión del proyecto, sin embargo, el caso sigue pendiente. Hasta ahora, ninguno de los responsables están en prisión.
Víctimas en litigio han declarado que están en el olvido y que el proceso se ha alargado mucho sin resultados. El pasado 30 de enero la Línea 12 del Metro volvió a abrir en su totalidad.