Dice Kike Maíllo (Barcelona, 1975), que las películas de un director se entienden a través de las entrevistas de promoción de éstas. “Lo tengo súper comprobado”, dice a Infobae España. Tras numerosas conversaciones con la prensa para hablar del largometraje que presenta, una actividad que puede resultar redundante por la repetición de las preguntas, “en la entrevista 250 te das cuenta de que has dicho algo buenísimo en lo que no habías pensado antes”, afirma.
Este viernes, el cineasta presenta Disco, Ibiza, Locomía, la Maíllo’s version de la historia de la banda española que nació en las catárticas noches ibicencas. Hace cuatro años, el cineasta y su coguionista, Marta Libertad, comenzaron a leer artículos que recuperaban la tragedia en tres actos del grupo creado por Xavier Font. Éxito rotundo en sus inicios y una caída estrepitosa a causa del ego y la mala praxis en todo lo relativo a los contratos con la discográfica. “Empezamos a pensar hostia, ¿todo esto pasó realmente?”, indica. Tras una exhaustiva indagación en el currículum sonoro de Locomía, Maíllo encontró “a dos antagonistas, a dos personajes muy fuertes que estaban en pelea para ver quién era el padre de la banda”. Se refiere a Font y a José Luis Gil (el ‘rey Midas’ de la industria discográfica, interpretado a las mil maravillas por Alberto Ammann).
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“Nos ofrecieron hacer el documental, pero estábamos enfrascados en el mundo de la ficción y no queríamos abandonarla”, indica el director, que buscó llevar la historia de Locomía “a la comedia con tintes musicales y con un toque de melodrama que no tenía por qué estar en el calco de la realidad”. Ante todo, Disco, Ibiza, Locomía es una fiesta. Una celebración de la transgresión y del espíritu ochentero. Una muestra del ingenio de un grupo de jóvenes que querían tanto que acabaron con poco.
Dado que no quería que su historia fuese un biopic al uso, Maíllo intentó que el parecido de los actores con los personajes de carne y hueso no se acercase a la caricatura y tampoco a la réplica perfecta. Buscaba un equilibrio que sostuviese el humor. En la historia de Locomía, con sus abanicos, sus hombreras, su maquillaje y sus ostentosos trajes, “hay una frescura que nos servía como base para hablar de temáticas más hondas” como la sexualidad, el consumo de estupefacientes, la fama o la vanidad.
“No quería estar en un lugar excesivamente serio o intenso, ya he estado muchas veces ahí y sentía que esta vez no me tocaba”, indica a este medio sobre el espíritu jovial y desenfadado de la dramática historia del grupo. “Tendemos a dramatizar y a volvernos intensitos con las cosas que tienen que ver con las drogas y las fiestas, a mí me apetecía estar en un sitio menos pecaminoso en el exceso”, explica. Para Maíllo, Disco, Ibiza, Locomía no es un “homenaje”, más bien un festival de diversión “con un tono suave y conciliador” en todo lo referente al drama que rodeó a la banda.
“Me apetecía que ‘Disco, Ibiza, Locomía’ estuviera en un sitio menos pecaminoso en el exceso”
Furia (y fiebre) ochentera
El universo del audiovisual español ha comenzado a recuperar las líneas editoriales y vitales de algunos de sus líderes de pensamiento pop: Bárbara Rey, Marisol, Locomía… “Es verdad que el cine suele mirar tres, cuatro décadas atrás, en España pasó muchísimo con la Guerra Civil”, dice Kike Maíllo sobre la nostalgia apoderándose de la narrativa visual de la gran y la pequeña pantalla. “Los creadores queremos volver a la niñez” y “la comparativa con el pasado nos ayuda mucho a entender dónde estamos realmente” como sociedad.
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No sólo la tendencia a romantizar el tiempo anterior explica el boom de los documentales y las películas sobre los ídolos adolescentes de nuestros padres. Hay un fenómeno en las plataformas que aúpa todos los contenidos “basados en hechos reales”: “Es una manera de hablarle al público sobre cosas que conocen y que tienen interés en volver a visitar”, además de que tiene un potencial “gancho” sobre la audiencia.
“Si no eres blanquito, si no eres un tío, si no eres heterosexual y si no tienes dinero en el bolsillo, si no eres esas cuatro cosas a la vez, no entiendo en qué cabeza cabe que puedas pensar que tienes menos libertad ahora que hace 40 años”
Preguntado por si regresaría a una época que ha sido idealizada por algún que otro ciudadano, el director entona los términos “desconocimiento” e “ignorancia”. “No me creo que ninguna persona con dos dedos de frente piense que había más libertades en el 1981 que en el 2024″, dice, para perfilar su respuesta. “Es verdad que nos hemos vueltos más finos con ciertas cosas”, dice sobre la cultura de la cancelación y las declaraciones que entierran carreras. “Si no eres blanquito, si no eres un tío, si no eres heterosexual y si no tienes dinero en el bolsillo, si no eres esas cuatro cosas a la vez, no entiendo en qué cabeza cabe que puedas pensar que tienes menos libertad ahora que hace 40 años”, expresa.
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Concluyendo con los límites del humor, Kike Maíllo cree que la broma sobre Locomía que se difundía a diestro y siniestro en la época en la que sus hombreras y sus extenuantes movimientos se difundían junto a sus actuaciones públicas (la de ‘pierdes más aceite que la furgoneta de Locomía’) “ofendería a más gente ahora” que en su momento.