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Louis Slein, el peruano que dejó de estudiar Computación Científica en San Marcos para trabajar con grandes exponentes de la industria musical de EE.UU.

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Aquel niño que caminaba por Comas, quizás con miedo, alegría o abrigando sueños, no presagiaba que viviría en Estados Unidos
(Composición Infobae: Luis Gutiérrez /
Adobe)

Miles de kilómetros me separan de Luis Julio Gutiérrez Páucar, un músico que reside en Estados Unidos y con quien comparto dos aspectos en común: ambos tenemos 30 años y en nuestra niñez comprábamos casetes para deleitarnos con la música, ya que no podíamos acceder a reproductores de CD ni computadoras por razones económicas. Es difícil determinar si los adquiríamos en la misma fecha, dado que la memoria es frágil; sin embargo, lo cierto es que los géneros musicales que escuchábamos en esos aparatos del mercado eran completamente disímiles.

En medio del apogeo de la cumbia, el entonces niño Luis desafió los gustos de las personas que circulaban por el mercado del distrito de Independencia al seleccionar un casete rojo, su color favorito. A miles de kilómetros, probablemente en otro día, yo me encontraba en otro centro de abastos de Collique, frente a un puesto de casetes, dispuesto a gastar los pocos soles que tenía en mi bolsillo. Compré casetes de Skándalo, Los Ecos y Rossy War; este último era para mis padres.

Tras seleccionar el casete de su color predilecto, el comerciante insertó el material en el reproductor y presionó el botón play, desentonando con el ambiente del mercado, donde los comerciantes solían sintonizar radios que tocaban cumbia. Mientras la gente continuaba caminando apresurada, se escucharon los acordes de la guitarra de John Frusciante, un artista desconocido para el vecino de Comas en ese momento, pero que ahora lo admira.

El cantante de la banda estadounidense Red Hot Chilli Pepers, Anthony Kiedis (d), y el bajo, Flea (i), en una foto de archivo. EFE/ Antonio Lacerda/Archivo
El cantante de la banda estadounidense Red Hot Chilli Pepers, Anthony Kiedis (d), y el bajo, Flea (i), en una foto de archivo. EFE/ Antonio Lacerda/Archivo
(Antonio Lacerda Antonio Lacerda/)

La canción que sonó fue ‘Californication’, de la banda de rock estadounidense Red Hot Chili Peppers, que ganó popularidad en el Perú a finales de la década del 80 y principios del 90. Tanto Luis como yo nos encontrábamos al borde del nuevo milenio, una época en la que la cumbia era el género más escuchado en el Perú; no obstante, ciertos sectores de la población se decantaban por otros géneros y mostraban su gusto por agrupaciones extranjeras.

En ese entonces, había más de una prueba para afirmar que la cumbia era más popular que el rock o la salsa, ya que dondequiera que fuéramos escuchábamos canciones del género tropical. Además, frecuentemente se podían ver carteles que anunciaban conciertos en Lima Norte. A esto se sumaba que en los puestos de venta de casetes se escuchaban a todo volumen los temas musicales de Agua Marina, Armonía 10, Euforia y, sobre todo, Rossy War.

Estas canciones eran interrumpidas cada vez que un cliente pedía probar un casete, que contenía la música que los acompañaría en sus casas o en los buses del transporte público, siempre y cuando contaran con un reproductor portátil. Esto sucedió cuando Luis eligió el casete rojo, un objeto que escondía mensajes encriptados, los cuales se irían desentrañando con el transcurrir del tiempo.

Los mensajes eran los siguientes: nuestro compatriota tocaría la guitarra profesionalmente en medio de una carrera musical y viviría en el país de la banda que descubrió cuando era niño. Estos vaticinios escondidos en el lado A o B del casete se cumplieron, pero a base de mucho esfuerzo, dedicación y disciplina. De esto fueron testigos sus padres, quienes en un primer momento estuvieron en desacuerdo con que su hijo se dedicara a la música, una profesión que, según ellos, no garantizaba una vida digna.

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Louis Slein, el peruano que dejó de estudiar Computación Científica en San Marcos para trabajar con grandes exponetes de la industria musical de EE.UU. (Club PERU RETRO)

La historia de éxito de Luis ha roto con este paradigma y ha sido fuente de inspiración para un sector de la población peruana que tiene en mente el sueño americano y desea pisar suelo norteamericano para mejorar su calidad de vida y la de los suyos. Sobre su infancia, la etapa de formación musical, los trabajos que ha desempeñado en el mundo artístico, entre otros temas, Infobae Perú conversó con Luis Julio Gutiérrez Páucar (30), conocido artísticamente como Louis Slein, a través de Meet.

El viaje musical dimensional de Luis: desde Comas hasta Los Ángeles

La mañana del jueves 23 de mayo, Luis se conectó desde Los Ángeles, Estados Unidos, a una videoconferencia. Antes de verlo en la pantalla, ya sabía que mi entrevistado era un gran admirador de la banda estadounidense Red Hot Chili Peppers, una agrupación que jugó un rol importante en su decisión respecto a su futuro profesional.

Cuando lo vi, no lucía un atuendo de su color favorito de la infancia, el rojo. Probablemente, sus gustos cambiaron con el paso del tiempo, pero lo que no varió fue su aprecio por la banda de Estados Unidos, a quien estima y respeta por haber sido uno de los impulsos para aventurarse en la música. Esto lo descubrí cuando conversé con Luis, quien vestía un polo y una chompa negra, color que no irradiaba luz. Sin embargo, el panorama cambió cuando empezó a hablar sobre su trayectoria musical.

“Hace un par de meses terminé de grabar un feature en el que toqué la guitarra. La grabación final se puede escuchar en una de las escenas más importantes de la película colombiana ‘Colibrí’. Otra de las cosas que nunca pensé que me iba a pasar es trabajar con el compositor Ryan Shore, quien ha creado música para ‘Star Wars: Forces of Destiny’ y ‘Scooby-Doo’. Él es sobrino de Howard Shore, el histórico compositor que hizo la música para ‘El Señor de los Anillos’”, expresó el artista, visiblemente emocionado por los logros que ha alcanzado en Estados Unidos a sus 30 años.

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Louis Slein, el peruano que dejó de estudiar Computación Científica en San Marcos para trabajar con grandes exponetes de la industria musical de EE.UU.
(Luis Gutiérrez)

Aquel niño que caminaba por la urbanización El Álamo, en el distrito limeño de Comas, quizás con miedo, alegría o abrigando sueños, no presagiaba que viviría en el país del norte y trabajaría en la industria musical. Han pasado más de 20 años desde que escuchó por primera vez la canción ‘Californication’ en un mercado de Independencia, y esta palabra está más vigente que nunca; no solo porque escucha este tema frecuentemente, sino porque ahora radica en California, un lugar al que muchos peruanos anhelan llegar para cumplir sus sueños.

El segundo mensaje encriptado en el casete rojo de los Red Hot Chili Peppers se reveló hace unos años, cuando nuestro compatriota llegó a California. Algunos pensarán que el destino entró a tallar en su vida, otros dirán que fue solo una mera coincidencia. Lo cierto es que la banda de EE.UU. influyó en la elección de su futuro profesional. Sin embargo, existieron otros acontecimientos que impulsaron a Luis a tomar la decisión de dedicarse a la música por completo. Estos eventos ocurrieron durante su pubertad.

“A los 13 años comienzo a tocar la guitarra. En ese entonces me dije: ‘Esto me llena mucho más que estudiar Computación Científica, que en ese momento era lo que mi padre quería que estudie. Años después ingresé a San Marcos, y por momentos pensaba que esta profesión podría estancar mi carrera como músico. Mientras estaba en este dilema, un día tomé la decisión de estudiar música”, contó.

Esta decisión implicaba que abandone su carrera, lo cual hizo. Tras ello, buscó instituciones donde pudiera estudiar música. La primera con la que se topó fue la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), donde solo asistió a unas cuantas clases, ya que la formación que ofrecía estaba relacionada con la producción musical. En ese entonces, él buscaba convertirse en performer o compositor. Luego encontró la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), institución en la que ingresó, dado que la malla curricular se ajustaba a lo que buscaba.

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Louis Slein, el peruano que dejó de estudiar Computación Científica en San Marcos para trabajar con grandes exponetes de la industria musical de EE.UU.
(Luis Gutiérrez / PUCP)

La formación musical de Luis en Perú y Estados Unidos

En la pubertad, Luis no tenía el respaldo de sus padres para dedicarse a la música. Ellos tenían ideas algo conservadoras sobre esta profesión y consideraban que no era posible vivir del arte en el Perú. No obstante, con el transcurrir del tiempo, se dieron cuenta de que la música era la pasión de su hijo. A los 15 años, Luis ya tocaba la guitarra con cierta destreza e incluso fue miembro de una agrupación musical que se presentó en un evento de fin de curso de la etapa secundaria.

El momento cumbre en el que su padre se dio cuenta de que su hijo se dedicaría a la música profesionalmente fue cuando Luis demostró su talento tocando la guitarra. “Cuando llegué a la casa, le dije a mi papá: ‘Mira, aprendí este solo’. Fue el primero que dominé con este instrumento. Le toqué un solo de la banda Megadeth. Mi padre, luego de escucharlo, dijo: ‘¿Cómo aprendiste eso?’. Los meses siguientes él comenzó a investigar sobre cómo la música ayuda en la formación de las personas. Esto me dio a entender que había convencido a mis padres”, señaló.

En la PUCP fue alumno de profesores como Alonso Málaga, Andrés Prado y Alec Marambio, profesionales que le ayudaron a encontrar su estilo propio. Según contó a Infobae Perú, en esta universidad no estudiaba todos los cursos de un semestre, debido a que sus progenitores no contaban con el dinero suficiente para pagar todas las asignaturas. A pesar de ello, él se esforzaba para destacar como estudiante y así no perder su categoría.

En esta universidad estuvo cerca de cinco semestres. Luego se enteró de que Berklee College of Music de Boston estaba otorgando becas a universitarios de la PUCP, previa audición. Esto lo entusiasmó sobremanera e hizo que postulara. Solo tenía una semana y media para prepararse. Tras este tiempo, presentó una performance con un tema musical afroperuano fusionado con jazz. Poco tiempo después, se enteró de que le habían otorgado la beca. Esta noticia le llenó de alegría y orgullo, pero sabía que tenía que separarse de sus padres. Así lo hizo, pero con la promesa de volver para crear música para su país.

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Louis Slein, el peruano que dejó de estudiar Computación Científica en San Marcos para trabajar con grandes exponetes de la industria musical de EE.UU.
(Berklee College of Music)

La trayectoria de Louis Slein

Louis Slein es el nombre de Luis Julio Gutiérrez Páucar, un joven peruano que ha encontrado múltiples oportunidades tras mudarse a Los Ángeles para realizar una pasantía como orquestador y compositor de la banda sonora del cortometraje Burnt Roux, el cual está dirigido por Keisha Davis y recibió una mención especial en la categoría “Mejor Narrativa” en el Festival de Cine de Nueva Orleans de 2023.

Paralelamente a su trabajo en el cine, Luis ha desarrollado una carrera en la industria de los videojuegos en Los Ángeles. Como especialista en la creación de experiencias sonoras, ha ejercido como supervisor y director musical, además de compositor, orquestador y diseñador de sonido. Entre los videojuegos en los que ha trabajado figuran Wobble Warriors, District N, Dreamland y The Double.

La trayectoria de Luis no se limita solo a la producción musical. También ha asumido el rol de educador musical, impartiendo clases en la Nishiyamato Academy, Roos Studios y CA MusicBox en California. Sus enseñanzas abarcan teoría, apreciación e historia musical, con el objetivo de compartir sus conocimientos con las futuras generaciones de músicos.

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Louis Slein, el peruano que dejó de estudiar Computación Científica en San Marcos para trabajar con grandes exponetes de la industria musical de EE.UU.
(Luis Gutiérrez)

En su canal de YouTube también comparte sus creaciones artísticas, entre las que destacan temas musicales para videojuegos. Es menester señalar que, en su pubertad, le gustaban mucho las canciones de videojuegos; sin embargo, nunca pensó que algún día le daría vida a este tipo de material audiovisual. Otro video que podría considerarse especial es aquel que dedica a su madre.

Bajo el título ‘A Mother: Seen Through a Child’s Eyes’, el músico escribió lo siguiente: “Esta melodía está dedicada a mi madre. En cierto modo, una canción de cuna para mi yo del pasado. Este tema musical cuenta la historia de los muchos altibajos por los que ha pasado mi madre. Todo es recordado desde la perspectiva de mi antiguo yo. Te quiero, mamá. Un abrazo fuerte para mi madre y mi padre. Un abrazo eterno a mis hermanos Luis y Maricela, y a mi familia que ya partió. Que Dios los tenga en su gloria”.

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