El bienestar es un estado en el que una persona se siente plena y satisfecha en diferentes aspectos de su vida, incluyendo el físico, mental, emocional y social. Esto implica tener una buena salud, relaciones interpersonales saludables, estabilidad económica y un entorno que favorezca el crecimiento personal y profesional.
Por su parte la felicidad es una emoción o estado de ánimo positivo que resulta de experiencias agradables y satisfactorias. Es una sensación de alegría, contento y realización que puede ser momentánea o duradera, dependiendo de factores como la realización de metas personales, las relaciones afectivas y el sentido de propósito en la vida.
Y a pesar de que ambos conceptos están relacionados, no podría decirse que son sinónimos pero sí que uno es causa del otro pues el bienestar puede contribuir a la felicidad y viceversa.
Es por eso que, ya sea para buscar el bienestar o la felicidad, es importante adaptar ciertos hábitos y prácticas a nuestra vida diaria que nos ayudarán a alcanzar más fácilmente dichos estados
Cuáles son los hábitos que podemos que implementar para mejorar nuestros estados de bienestar y de felicidad
Es así que, en la búsqueda de ayudar a las personas a acercarse de formas más sencillas a dichos estados positivos, se han establecido algunos hábitos que pueden ser fáciles de implementar y ayudar a mejorar la calidad de vida, esto de acuerdo con estudios de diferentes universidades, entre las que se encuentran la Universidad de Cardiff y la Universidad de Harvard, por mencionar algunas.
Los hábitos que recomiendan implementar son los siguientes:
Aferrarnos a nuestros valores y creencias
Nuestros valores y creencias son fundamentales en nuestra vida, pues determinan nuestras acciones, lo que consideramos importante y las áreas en las que queremos enfocarnos. En esencia, nos proporcionan una perspectiva sobre aquello que nos motiva a seguir adelante.
Es común que la rutina diaria nos haga perder de vista estas prioridades y no otorguemos a ciertos asuntos la importancia que merecen. Es crucial que, cuando enfrentemos decisiones, nos esforcemos por reconectarnos con estos valores, utilizándolos como una guía en cada acción que emprendamos.
Aprender a sentir compasión por uno mismo
Todos cometemos errores, pero eso no define si somos mejores o peores personas. Es importante dejar de castigarnos por el pasado y aceptarnos completamente, con nuestras virtudes y defectos. Para alcanzar una mayor felicidad, es esencial tratarnos a nosotros mismos como lo haríamos con un buen amigo o un familiar cercano.
A menudo somos nuestros críticos más severos, y este es un hábito que debe cambiar. Debemos mostrarnos más comprensivos y amables, reconociendo nuestras propias circunstancias vitales. Esto puede lograrse mediante afirmaciones positivas o mostrando paciencia ante nuestras frustraciones. Además, la práctica del journaling puede resultar muy beneficiosa.
Dedicarle tiempo a cosas actividades que nos hagan sentir bien
Aunque puede parecer simple, a menudo dejamos de lado nuestros hobbies o actividades favoritas de manera inconsciente. Si no sabemos qué nos gusta, podemos explorar diferentes opciones.
No siempre es necesario que sean actividades complicadas. De hecho, pueden ser actividades sencillas como pasar tiempo al aire libre, dar un paseo, ver una película, disfrutar con un ser querido, hacer voluntariado, comenzar un hobby artístico o simplemente cocinar nuestro plato preferido. Estas acciones demuestran que el autocuidado es más accesible de lo que pensamos.
Practicar la gratitud
Para hallar la felicidad, es crucial aprender a relativizar las situaciones y sentir gratitud por todo lo bueno que tenemos, incluso en momentos difíciles. Debemos recordar que, a pesar de las dificultades, siempre hay aspectos por los que podemos sentirnos afortunados. Un ejercicio útil es reflexionar sobre lo positivo que nos ha sucedido durante el día antes de dormir.
Estos pequeños cambios de mentalidad nos permitirán adoptar una nueva perspectiva y disfrutar más de lo que la vida nos ofrece.