La erupción volcánica iniciada el miércoles en la zona suroeste de Islandia ha perdido fuerza en las últimas horas, en las que ya no se ha registrado ninguna actividad explosiva y los movimientos sísmicos se han reducido, según el informe difundido este jueves a primera hora por la agencia meteorológica oficial.
La actividad se concentra ahora en “unas pocas” bocas, si bien los expertos han reconocido que la baja visibilidad complica un análisis más en detalle. Por la evolución de la erupción, la agencia sí que ha descartado en principio que la lava pueda llegar al mar y ha reafirmado la capacidad de las barreras para contener las posibles lenguas, informa la televisión pública RUV.
La erupción es la quinta que sufre la zona desde el pasado mes de diciembre y ha implicado un nuevo desalojo de la localidad de Grindavik, el principal núcleo poblacional en esta área –tiene unos 4.000 habitantes–. En enero, tres viviendas fueron destruidas por la lava.
La zona había permanecido inactiva durante casi 800 años hasta principios de 2020, cuando comenzó una intensa actividad sísmica en la península, y el magma comenzó a emerger en 2021.