Lejos del efecto que causó la primera carta a la ciudadanía de Pedro Sánchez entre sus socios de Gobierno y sus aliados parlamentarios, que salieron en tromba a apoyar al presidente del Ejecutivo y a pedirle que no dimitiera, la segunda misiva publicada por Sánchez este martes tras la imputación de su mujer, Begoña Gómez, no ha encontrado el mismo respaldo.
En esta ocasión, solo el PSOE ha seguido los postulados marcados por su líder en la carta, que responde a la decisión del juez Juan Carlos Peinado de citar como investigada a Gómez el próximo 5 de julio. El presidente del Gobierno puso en duda esta acción, ya que le “resulta extraño” que se anuncie solo cinco días antes de que se celebren elecciones al Parlamento Europeo y con más de un mes de antelación.
De este modo, si la derecha utiliza este caso para arremeter contra el PSOE, los socialistas, con Sánchez al frente, aprovechan la imputación de Begoña Gómez para hacer campaña y movilizar a la izquierda contra las “malas artes” de Feijóo y Abascal. “Dado que tratan de interferir en el resultado electoral del próximo día 9 de junio, ojalá sus promotores –el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal–, encuentren la respuesta que merecen en las urnas: condena y rechazo a sus malas artes”, acuñó el secretario general del PSOE en la misiva.
Así, la vicepresidenta tercera del Gobierno y candidata del PSOE al 9-J, Teresa Ribera, señaló este miércoles que “está siendo todo muy burdo” al ser preguntada en la Ser si el juez Peinado podría estar prevaricando. El ministro de Transportes, Óscar Puente, consideró que la citación “solo se puede interpretar en clave electoral”, y llamó al pueblo español a responder el domingo en las urnas y a “decir ‘no’ a este tipo de maniobras”.
Por su parte, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, pidió “una enorme movilización de la gente progresista, sensata y razonable” para que el PSOE gane las elecciones. En su caso, el dirigente socialista pone el foco en la derecha de Alberto Núñez Feijóo, que está haciendo “la campaña más sucia de la historia” y le acusa de intentar “emponzoñarlo todo y que la porquería esté en todos los lugares de la vida pública”.
Los socios apresuran a Sánchez a tomar medidas
Si bien, en esta ocasión y en medio de la campaña electoral, las fuerzas a la izquierda del PSOE, como Sumar, Podemos, ERC, EH Bildu o BNG, han evitado arropar al presidente, a pesar de que comparten los motivos que le llevaron a parar durante cinco días para reflexionar si merecía la pena seguir al frente del Gobierno.
Desde que Sánchez anunció su decisión de quedarse con el propósito de “regenerar la democracia”, la ausencia de un plan B para este fin compartido desesperó a estas fuerzas políticas, que desde ese tiempo a esta parte han planteado iniciativas en el Congreso en esta dirección. Derogar la ley de seguridad ciudadana, conocida como ley mordaza, o reformar la ley que regula el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la de Transparencia y Buen Gobierno y la de Secretos Oficiales son algunas de las opciones impulsadas por estos partidos.
En este sentido, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, echó en cara a Sánchez su acción: “No va de cartas. A la derecha se le para con hechos. Gobernando más y mejor. Subiendo salarios, bajando alquileres, creando una prestación por crianza y reduciendo la jornada laboral. Este es el camino”, sostuvo en un mensaje en la red social X.
También, Ione Belarra, secretaria general de Podemos, tildó de “poco serio” que un presidente del Gobierno “obvie todas las veces que se ha interferido en una campaña electoral contra otras formaciones políticas”. “Menos serio aún es señalar el lawfare y no hacer nada para renovar el CGPJ o aprobar una ley de medios contra los bulos”, añadió en un mensaje difundido en la misma red social.
Diana Riba, la número uno de la coalición Ahora Repúblicas (formada por ERC, EH Bildu, BNG y Ara Més) tiró de ironía para reprochar a Sánchez que el PSOE echara para atrás en el Congreso la mayoría de medidas propuestas por los republicanos “para luchar contra el lawfare y la desinformación”. A través de una carta publicada este miércoles en X, la candidata republicana afeó que los socialistas solo votaron a favor de cinco de los veinte puntos de una proposición no de ley de ERC. “El PSOE no es lo que dice, es lo que vota”, añadió.
La derecha arropa a los jueces
Asimismo, el cabeza de lista de JxCat a las elecciones europeas, Toni Comín, reclamó al presidente del Gobierno “menos cartas y más reformas”. El compañero de filas de Carles Puigdemont sugirió que sería “inteligente” que el independentismo participase en una reforma de la ley orgánica del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Más allá de estas críticas, que ponen el foco en la ausencia de medidas para luchar contra la “maquinaria del fango”, como acuñó Sánchez, la derecha y la ultraderecha han rearmado sus discursos contra el presidente del Gobierno tras su carta. Por ende, PP, Vox y Ciudadanos se han sumado a las quejas de las asociaciones judiciales para protestar por las consideraciones de Sánchez sobre la actuación del juez Peinado.
Feijóo tildó la carta de “un insulto a los jueces, a los medios de comunicación y a la inteligencia de los españoles”, mientras que la formación naranja acusó al líder del Ejecutivo de “atentar” contra el Estado de derecho y “copiar el discurso” del independentismo. El líder de Vox, Santiago Abascal, reprochó que el presidente del Gobierno se empeña en obstaculizar la acción de la Justicia y en seguir “señalando y presionando a los jueces”.