Los influencers son cada vez más buscados por las marcas para publicitar sus productos ya que les permiten llegar a públicos grandes y específicos.
El precio que cobra cada influencer varía según la cantidad de seguidores, aunque cada uno fija su cachet, que en algunos casos puede superar los $4.500.000. Cabe destacar que las marcas no solo miran el tamaño de la comunidad, sino que tienen en cuenta otros factores. El dato surge de una campaña realizada por Camila Domljanovic, Product Marketing Manager de una empresa de telecomunicaciones.
Por un “paquete” de 3 historias y un reel en instagram, influencers que tienen entre 265 mil y 281 mil seguidores cobraron en junio $2.470.000. Uno con 169 mil seguidores pidió un monto de $1.196.000, mientras que otro con 205 mil percibió $325.000. Un influencer con 711 mil llegó a cobrar $2.600.000, con 408 mil, $2.080.000; con 73,2 mil, $624.000; y con 70,7, $650.000.
Asimismo, se contrataron 3 influencers con 1 millón de seguidores que cobraron montos dispares a pesar de tener una comunidad del mismo tamaño: $3.250.000, $4.550.000 y $2.600.000. Por su parte, uno con 1,2 millones pidió $2.600.000.
También, Vanesa Pellizeri, manager de talentos, había señalado a infobae que por una historia se puede llegar a cobrar USD 5.000.
“La comisión de la agencia de influencers intermediante fue del 10% del total de la inversión de campaña, y los valores no incluyen IVA, que por supuesto todo se factura y se paga a 60 días”, detalló Domljanovic, conocida en redes sociales como La Chica de las Marcas.
“Los valores que se abonaron fueron los solicitados por los influencers directamente. Hubo muy pocos casos en los que al haber ya trabajado previamente en otras campañas con ciertos perfiles, se puede abrir una mesa de negociación para ajustar algún aspecto del valor mencionado si se asegura una continuidad en próximas campañas”, aseguró.
“Se le pagó a cada influencer por tipo de comunidad asociada, cantidad de seguidores, engagement, etc. Teníamos un objetivo claro: branding (conocimiento de marca) y performance (conversión en ventas)”, agregó.
En cuanto al éxito de la campaña, señaló: “Pudimos recuperar la inversión y tuvimos un aumento del 50% en las ventas en relación al promedio, fue récord histórico para el producto. Por este motivo, prontamente vamos a volver a realizar una campaña de influencers pero para TikTok”.
Respecto al alcance de los perfiles, se obtuvieron 3 conclusiones:
- Los “microinfluencers” tienen mucho mejor alcance y llegada a su comunidad que los “macroinfluencers”.
- Con el formato historia, los microinfluencers tuvieron un alcance aproximado del 20% de sus seguidores, mientras que los macroinfluencers llegaron al 7%.
- El formato reel generó una mejor performance en los perfiles de “macroinfluencers” ya que por su alcance logran llegar más fácilmente a nuevo público o no seguidores.
Ahora bien, Domljanovic afirmó que trabajar con influencers tiene tanto ventajas como desventajas. Entre las primeras, mencionó la cercanía real con los consumidores finales y la posibilidad de hacer una medición real de los resultados, lo que en medios masivos como la televisión es más difícil.
Sobre la desventajas, resaltó: “Como uno quiere que el influencer siga manteniendo su estilo propio de comunicación para que no parezca que comunica una publicidad al estilo “monólogo”, esto genera que el influencer le dé su propia impronta al contenido, y muchas veces en la etapa de “curaduría” del contenido puede generar mayores instancias de aprobación”.
Otro punto a considerar es la dificultad para transmitir el mensaje concreto de campaña. No obstante, la especialista afirmó que “si se comunica bien la campaña va a resultar exitosa. Esto para empresas grandes representa un gran desafío ya que es difícil llegar con un mensaje final que impacte en los usuarios, y es por eso que los influencers resultan los actores clave para hacerlo”, explicó.
Actividad no regulada
En la actualidad, el trabajo de influencer en Argentina no está regulado ni contemplado en ninguna ley a pesar de ser un fenómeno creciente. En España, por ejemplo, el gobierno aprobó en mayo una norma que busca homologar a los influencers con otros actores del sector audiovisual. La ley establece 3 requisitos para ser considerado como tal: tener ingresos anuales de al menos 300.000 euros, tener un mínimo de un millón de seguidores en una plataforma de vídeos específica o dos millones en todas las aplicaciones y hacer publicaciones regularmente (al menos 24 vídeos al año).
La normativa establece una serie de medidas para proteger a los consumidores. Entre ellas, la identificación clara de contenido publicitario, prohibición de publicidad de productos nocivos y regulación de la publicidad de bebidas alcohólicas.
Esto es importante si se tiene en cuenta que recientemente varios influencers con mucho alcance comenzaron a publicitar sitios de apuestas online, algo que viene generando preocupación por el aumento de su utilización en jóvenes y los riesgos de ludopatía asociados. De hecho, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dio un primer paso y bloqueó estas webs en la red de Internet de las escuelas públicas.