La Fundación Médicos Amigos de Barranquilla ha lanzado una alerta por los actos violentos contra las misiones médicas, que incluyen desapariciones y cuatro asesinatos en lo que va del 2024 de personal médico.
Según cifras de la entidad, en los meses transcurridos de 2024 han asesinado a cuatro médicos. Además, en los últimos 50 años, 85 promotoras de salud, encargadas de vacunar y cuidar a los enfermos en zonas rurales, perdieron la vida.
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Así mismo, los registros de la Fundación arrojaron que del 2001 a 2004, se registraron 95 homicidios, 150 amenazas y nueve médicos desaparecidos (sin contar enfermeras, terapeutas, camilleros, entre otros). Para el 2020 durante la pandemia, se registraron 1.280 agresiones físicas y verbales. Tres años más tarde, en 2023, se reportaron 511 agresiones físicas y verbales.
De esta manera, la Fundación Médicos Amigos ha convocado un plantón el 23 de junio a las 9:00 a.m. en la Plaza de Bolívar, en Bogotá. María Francisca Rodríguez, directora de la Fundación, indicó que la manifestación busca denunciar las agresiones, asesinatos y desapariciones de médicos y personal de salud en Colombia, durante el conflicto armado y las reformas al sistema de salud.
Rodríguez señala que el personal de salud está inconforme ante el deterioro de sus condiciones laborales, la explotación en sus trabajos y la violación de sus derechos humanos. A través de esta protesta, exigen respeto y mejoras en sus condiciones laborales.
Uno de los casos más recordados e impulsó a los profesionales de la salud a manifestarse públicamente, fue la desaparición del médico Carlos Ruíz en Popayán (Cauca) el 19 de julio de 2021. Desde aquel día, la única información disponible para sus familiares es que Ruíz había concluido su turno, se dirigía a su hogar, pero nunca más se supo su paradero.
De acuerdo con información de su esposa Diana Zemanate, su pareja desapareció cuando finalizaba de trabajar: “El 19, como a las 10 de la noche, dijo que lo tenían que llevar a algún lado, pero desde ahí no sabemos nada. Ya fue la última conexión con él. Y como a los dos o tres días, me colocan un mensaje preguntándome que si era la mamá de la hija de él, entonces me dijeron que no lo iba a volver a ver más. Me dijeron: ‘No lo busque más o le pasa lo mismo’”, recordó.
Sin entender nada de la situación porque la persona que la contactó no le proporcionó más detalles. Esos mensajes profundizaron la angustia y confusión de la ciudadana, pues no encontraban lo que habría pasado con el médico.
Es así como, en medio de la desesperación y preocupación, la esposa de Carlos Ruíz presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación, relatando los hechos para que las autoridades iniciaran la búsqueda correspondiente. Sin embargo, al cumplirse casi tres años de la desaparición del médico, ni Diana ni los demás miembros de su familia conocen su paradero.
La familiar aseguró que su esposo nunca le comentó nada de amenazas, a pesar de ser conscientes de los riesgos de la profesión en una zona del país que sufre de conflicto armada a diario.
“Aquí en el Cauca, los grupos armados llegan y se llevan a los médicos cuando tienen heridos. Se los llevan, pero volvían. Él trabajaba en el Tambo (Cauca), que es una zona roja, y después se desplazó a Popayán a trabajar acá en el hospital San José, pero entonces no sabemos hasta ahí. Nos dijeron que estaba muerto, entonces les pregunté que por qué no nos entregaban el cuerpo, pero hasta el momento la Fiscalía no ha reportado nada”, contó Diana.
Otro caso más reciente en La Guajira
En Villanueva (La Guajira), Jesús María García Oñate, de 59 años y padre de cuatro hijos, fue presuntamente asesinado por un familiar de uno de sus pacientes, debido a una supuesta negligencia médica ocurrida hace cinco años.
El médico se transportaba en una camioneta y, al llegar al Hospital Santo Tomás, donde trabajaba, fue abordado por un sicario que le disparó dos veces en la cabeza. García Oñate fue trasladado al Hospital de San Juan, pero ingresó sin signos vitales debido a la gravedad de las heridas.
Alertada por la comunidad, la Policía de La Guajira inició una persecución contra los sospechosos, que intentaban huir en una motocicleta. Uno de los presuntos responsables fue capturado poco después del incidente, pero la comunidad intentó lincharlo. La Policía y el Ejército Nacional intervinieron, escoltando al detenido para evitar una revuelta.
En el operativo, que contó con el apoyo de la ciudadanía, se logró la captura del presunto homicida, quien fue puesto a disposición de las autoridades competentes mientras continúan las investigaciones del caso.