Para muchos el verano es sinónimo de playa, un atardecer al sol o un paseo por algunas de las orillas más impresionantes de España. Por suerte, nuestro país cuenta con multitud de destinos que albergan todas las características, pero si hay que elegir uno, las islas Baleares son uno de los favoritos. Este archipiélago recibe cada año millones de turistas que van en busca de las paradisíacas playas que albergan sus costas. La isla de Mallorca es uno de los principales destinos y no es para menos, pues su carácter salvaje permite disfrutar de parajes naturales que dejan con la boca abierta.
De la sierra de Tramuntana a sus preciosas playas, estos parajes dan lugar a un rico patrimonio natural que convierten a la isla en todo un referente turístico. Esto es gracias a enclaves como el Torrent de Pareis, un entorno salvaje que se ha convertido en una joya natural por su impresionante paisaje y su inaccesible y, a la vez, encantadora localización.
Se trata de un impresionante cañón de más de tres kilómetros de longitud que discurre entre desfiladeros hasta llegar a la afamada cala de Sa Calobra, su desembocadura natural en el mar. Se ubica en el municipio de Escorca y la cala de Sa Calobra solo es el precedente a uno de los parajes naturales más hermosos de la isla: la cala de Torrent de Pareis. Es muy estrecha y pequeña, con 30 metros de longitud por 15 metros de ancho.
Paredes de más de 200 metros de altura
El cañón de Torrent de Pareis muestra un impresionante valle esculpido durante milenios por la fuerza del viento y el agua en mitad de la sierra de Tramuntana. Su majestuosidad es tan grande que permite contemplar las rocas calcáreas de abruptas paredes que se elevan más de 200 metros, formando un estrecho cañón natural de tres kilómetros de largo. Al final, las calas de Sa Calobra y la de Torrent de Pareis esperan al viajero, de hecho, son las dos únicas salidas de la sierra de Tramuntana al mar.
La primera de ellas, la de sa Calobra, recibe el nombre del pueblo vecino. Se trata de una playa de piedras que alberga, además, servicios como baños, servicio de socorrismo y restaurantes. Por su parte, a la cala de Torrent de Pareis se llega tras cruzar un estrecho túnel al borde del acantilado y el cual descubre una de las joyas naturales más impresionantes de Menorca. Al contrario de la cala de Sa Calobra, esta no cuenta con ningún servicio, ya que se trata de una zona natural y protegida. Además, en el año 2003, fue declarado Monumento Natural por el Gobierno de las Islas Baleares.
Senderismo y conciertos
La más común es acceder por carretera desde Sa Calobra. El camino serpenteante y estrecho, conocido por sus curvas cerradas y su exigente trazado, es ya toda una experiencia en sí mismo, ofreciendo vistas panorámicas de los acantilados y el océano. Otra opción es llegar a pie, a través de la famosa ruta de senderismo que sigue el cauce del torrente desde Escorca. Este sendero es un desafío para los caminantes, dada la dificultad del terreno, pero recompensa con paisajes espectaculares y una sensación de aventura única.
Una de las características más sorprendentes de la Cala de Torrent de Pareis es su acústica natural. Los altos muros del desfiladero crean una especie de anfiteatro natural donde los sonidos se amplifican de manera espectacular. Esta particularidad ha sido utilizada para la realización de conciertos y eventos musicales al aire libre, ofreciendo una experiencia sonora inigualable bajo el cielo estrellado de Mallorca.