El Gobierno de Suiza, anfitrión este fin de semana de la Cumbre de Paz de Ucrania, espera que ese encuentro de líderes mundiales “sirva para construir confianza y los primeros pasos hacia un camino a la paz”, aunque reconoció que no será una tarea sencilla.
“Intentaremos lanzar un proceso de paz, algo nada fácil pero necesario tras dos años de guerra y miles de muertos”, destacó en un mensaje previo a la cumbre el ministro de Asuntos Exteriores suizo, Ignazio Cassis, quien ya se encuentra en el complejo hotelero de lujo de Bürgenstock donde tendrá lugar la cumbre.
La presidenta suiza, Viola Amherd; y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky; coorganizadores de este encuentro en el que participan 92 gobiernos a distintos niveles, también arribaron al lugar de la cumbre en helicóptero, y recibirán este sábado a otros 55 jefes de Gobierno y Estado.
Desde América Latina acuden a Suiza el presidente de Chile, Gabriel Boric, y el de Ecuador, Daniel Noboa. Perú y Uruguay, en tanto, estarán representados por sus cancilleres, Javier González-Olaechea y Omar Paganini, respectivamente.
El presidente argentino, Javier Milei, quien participó de la cumbre del G7 en Italia, también está en Suiza para participar de la cumbre por la paz en Ucrania.
En cambio, ni el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ni ninguno de sus ministros tiene previsto acudir a la reunión. Esto, pese a que el jefe de Estado viajó esta semana a Suiza para participar en la conferencia anual de la Organización Internacional de Trabajadores (OIT).
Entre los asistentes se encuentran también la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; los presidentes de Francia, Emmanuel Macron; España, Pedro Sánchez; y Polonia, Andrzej Duda; así como el canciller alemán, Olaf Scholz; y los primeros ministros de Italia, Giorgia Meloni; Canadá, Justin Trudeau; y Japón, Fumio Kishida.
El presidente estadounidense, Joe Biden, declinó asistir y en su nombre lo hará la vicepresidenta Kamala Harris.
Los países asiáticos se muestran divididos en cuanto a la participación en la cumbre. O bien enviarán delegaciones de perfil bajo, salvo excepciones como Japón, o directamente no asistirán, como es el caso de China.
En principio el primer ministro japonés, Fumio Kishida, es el único dirigente que ha confirmado su asistencia a Suiza. La vecina Corea del Sur no ha confirmado asistencia.
Filipinas, adonde viajó Zelensky tras Singapur y que en principio iba a enviar al presidente, Ferdinand Marcos Jr., informó la semana pasada que en su lugar iría el consejero para la paz y la reconciliación del Gobierno, Carlito Galvez, sin más explicaciones.
Singapur, el único país del Sudeste Asiático que ha impuesto sanciones a Rusia, también envió una delegación ministerial, en línea con Tailandia.
Malasia, uno de los países, junto a Indonesia -ambos de mayoría musulmana- más firmes a la hora de condenar la guerra en Gaza, se abstendrá de participar, y por parte de Yakarta será el embajador en Berna quien acuda, una elección de perfil muy bajo pese a que el presidente saliente, Joko Widodo, quiso mediar entre Moscú y Kiev en 2022, durante su presidencia del G20.
Camboya y Laos, en la órbita china, tampoco se espera que acudan, mientras el caso de Vietnam es incierto. El país, que presume de una política exterior neutral, en principio recibirá pronto a Putin, presumiblemente después de que este vaya a Corea del Norte, cuando se teme por un mayor fortalecimiento de los lazos militares entre Pyongyang y Moscú.
Los oceánicos Australia y Nueva Zelanda enviarán igualmente una delegación ministerial.
India, por su parte, que mantiene una relación estrecha con Rusia, afirmó que participará en la cumbre de Suiza “a un nivel apropiado”, sin dar más aclaraciones, y mientras el recién reelegido primer ministro, Narendra Modi, partició en Italia del G7.