Los gatos son, junto con los perros, uno de los animales de compañía más elegidos por las personas para compartir sus días. Y como tal, hay una serie de cuidados que los tutores deben tener en cuenta para brindarles bienestar y una correcta calidad de vida.
Desde el alimento que se les ofrece, proveerles elementos para trepar o rascar, hasta brindarles un entorno seguro para vivir, nada puede quedar librado al azar cuando se decide llevar un gato al hogar.
Y en ese sentido, hay algunas plantas comunes utilizadas para decorar ambientes interiores o jardines que pueden resultar tóxicas si son ingeridas por los felinos.
¿Qué plantas comunes son venenosas para mi gato?
Es común que los gatos se sientan atraídos por plantas del hogar -más aún si éstas son nuevas- y tiendan a masticarlas. A veces las ingieren y otras veces no. También es posible que beban agua de floreros, donde ciertas flores pueden liberar sustancias tóxicas.
Expertos de la Asociación Argentina de Medicina Felina, destacaron que “los gatitos son naturalmente curiosos hacia los objetos a su alcance y tienden a explorar todo con su boca. Este comportamiento se intensifica durante el período de cambio de dentición, lo que aumenta significativamente el riesgo de intoxicación”.
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Bioquímica de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata realizó una clasificación de las plantas ornamentales tóxicas que con mayor frecuencia provocan intoxicaciones en mascotas, y los insectos y animales venenosos que representan un peligro para ellas. Son verdaderos enemigos silenciosos, muy comunes en los jardines y en el hogar.
Algunas de estas son:
- Difembaquia (Dieffenbachia sp.). Puede causar irritación severa en la boca y la garganta de las mascotas si es ingerida.
- Kalanchoe. Tiene compuestos químicos que causan enfermedades gastrointestinales. Las mascotas que comen las hojas, o cualquier parte de la planta, presentan vómito, diarrea y arritmia cardíaca.
- Costilla de Adán (Monstera deliciosa). Puede provocar serios problemas en nuestras mascotas debido a los cristales de oxalato de calcio que contiene toda la planta
- Azalea. La ingesta de flores, ramas u hojas de esta planta hogareña puede afectar al sistema circulatorio, nervioso y digestivo del gato.
- Cinamomo. Los expertos la calificaron como tóxica para las mascotas y niños pequeños. Puede provocar vómito y diarrea.
- Lirios y azucenas. En su totalidad (las hojas, el polen y las flores) resultan venenosas para los gatos.
- Cala. Toda la planta, especialmente las flores, produce trastornos en el aparato digestivo de los gatos.
- Oreja de elefante (Alocasia sp.). Contiene oxalatos de calcio insolubles, que pueden ocasionar irritación oral, dolor e hinchazón de boca, lengua y labios, babeo excesivo, vómitos y dificultad para tragar.
¿Qué plantas alejan a los gatos?
Los gatos son sensibles a los olores y hay algunas plantas que no les gustan en absoluto. Es el caso de algunas plantas aromáticas, que pueden ser grandes aliadas para mantener a los felinos lejos del jardín.
Según la web de jardinería, la Asociación Española de Centros de Jardinería, algunas de ellas son la lavanda, la ruda y el poleo.
“No obstante, la especie de mayor poder repelente es el Plectranthus caninus o Coleus canina, de agradable olor para los humanos -aseguran los especialistas-. También ejercen ese efecto las pieles de los cítricos en general”.
¿Qué plantas de interior puedo tener en casa si tengo un gato?
A pesar de todo lo dicho, agregar plantas de interior siempre añade verdor, vida y alegría al hogar. Además, tienen beneficios para la salud, como purificar el aire.
Según una lista publicada por la NASA, ciertas especies cumplen esta función de limpiar el aire que se respira. Esto puede contribuir terapéuticamente al reducir los niveles de estrés y ansiedad, y mejorar el estado de ánimo.
Una de ellas son los helechos, una excelente opción para agregar color verde al hogar sin poner en riesgo la salud de las mascotas. Son plantas no tóxicas y fáciles de cuidar.
La palma de bambú o Areca es una planta de interior popular por su aspecto elegante y su resistencia. Además, es una planta segura para perros y gatos, ya que ni siquiera si la huelen o muerden.
Las orquídeas son otra planta de interior muy común debido a su capacidad ornamental y su fácil cuidado. La buena noticia es que, además, son seguras para las mascotas.
Los cactus son otras de las plantas fáciles de cuidar e inofensivas para los animales de la casa. Sólo hay que asegurarse de ubicarlos en un lugar fuera de su alcance para evitar que se pinchen o lastimen.
¿Cuándo saber si debo llevar a mi gato al veterinario si comió una planta venenosa?
Melanie McLean es veterinaria de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y destacó que “incluso si solo comen un par de hojas o lamen unos pocos granos de polen de su pelaje, los gatos pueden sufrir una insuficiencia renal aguda en muy poco tiempo” con algunas de las plantas mencionadas.
Desde la Asociación Argentina de Medicina Felina aseguraron en este punto que “el primer indicador de malestar y dolor en el gato es el cambio de comportamiento”.
Por eso, según los expertos, “es tan importante que el tutor, que es quien mejor conoce a su gato, esté atento a los cambios más sutiles de conducta para poder detectar un problema precozmente”.
En ese sentido, los cambios de conducta principales a los que se debe estar atento son:
- Disminución del apetito o desinterés en la comida
- Comer o beber más de lo habitual
- Apatía
- Aislarse o esconderse
- Disminución en la actividad, no juega como de costumbre, no sube ni baja escaleras
- Duerme más de lo habitual
- Vacilación al querer saltar
- Dificultad en ponerse de pie o caminar
- Disminución en el acicalamiento (se suele manifestar a través de un manto desprolijo o deslucido)
- Sensibilidad o vocalización al acariciarlo
- Agresión en un entorno amigable
- Vocalización atípica o excesiva
- Dificultad o vocalización al hacer sus necesidades
- Micción o defecación fuera de su bandeja sanitaria
Además de cualquier cambio en el estado de ánimo, en el temperamento o en la conducta hacia las personas o animales que le son familiares, conforme avanza el cuadro de intoxicación pueden empezar a manifestarse signos clínicos más evidentes, como vómitos.