Desde el regreso de la Democracia en 1983 hubo tan solo dos mujeres como integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La primera en llegar a sentarse en uno de los despachos principales del cuarto piso del Palacio de Tribunales fue Elena Highton de Nolasco, quien hace dos décadas asumió como integrante del Alto Tribunal. La segunda fue Carmen Argibay, fallecida en mayo de 2014, quien juraría como jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación semanas después de la llegada de Highton de Nolasco. Argibay o “Carmencita” como se la llamaba, había sido nombrada antes que Highton pero asumió más tarde.
Fue por ello que Highton de Nolasco se convirtió en la primera mujer en arribar -en la última semana de junio de hace 20 años- a la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde la restauración democrática.
En aquellos primeros días del invierno de 2004 gobernaba Néstor Kirchner, el vicepresidente de la Nación era Daniel Scioli, el ministro de Economía era Roberto Lavagna y Cristina Fernández de Kirchner era senadora nacional por la provincia de Santa Cruz.
El precio de un ejemplar de un diario porteño durante un día de semana era de $1,50. El dólar cotizaba entre $2,95 y $2,98. Uno de los supermercados más importantes del país ofertaba media docena de huevos a $0,72 y un kilo de harina “0000″ a $0,99. En una casa de electrodomésticos una heladera costaba $899 y un lavarropas $799.
El último domingo de junio de 2004 River ganó su título número 32. Había empatado como local 1-1 con Atlético Rafaela con gol de Marcelo Gallardo. El técnico de los Millonarios era Leonardo Astrada. El mismo día de la consagración de River como campeón del torneo Clausura, la selección nacional, cuyo entrenador era Marcelo Bielsa, perdió contra Colombia en Miami. Aquel fue un partido preparatorio para la Copa América que se jugó en Perú y en la que Argentina cayó en la final por penales contra Brasil. De todo lo sucedido en junio de 2004 pasaron más de 7300 días.
Highton de Nolasco nació el 7 de diciembre de 1942 en Lomas de Zamora y a los 23 años se recibió de abogada. Ejerció por poco tiempo la profesión para entrar a trabajar en los tribunales. Cuando llegó a la Corte tenía 62 años y a diferencia del resto de los integrantes del Alto Tribunal -de entonces y de ahora- era la única de carrera judicial.
En diciembre de 1973 había ingresado al Poder Judicial y, hasta el momento de su renuncia, que se concretó en noviembre de 2021, jamás abandonó la función pública. Primero fue defensora oficial de Incapaces y Ausentes en el fuero Civil y Comercial y en 1979 fue nombrada jueza de primera instancia en lo Civil y Comercial. Una década después fue designada jueza de primera instancia, pero esta vez en lo Civil, y en 1994 fue ascendida a la Cámara de ese mismo fuero. Dejó ese cargo cuando asumió en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Vio por primera vez en su vida a Kirchner cuando el entonces presidente le propuso integrar la Corte. Al momento de ser convocada para integrar el Alto Tribunal no se le conocía militancia partidaria. Tal vez haya tenido una cercanía al peronismo vía su marido y padre de sus dos hijos, el médico Eduardo Nolasco. El esposo de la ex jueza de la Corte es sobrino de Arturo Jauretche, el escritor que llegó al peronismo desde el nacionalismo de Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (Forja). Jauretche, autor de obras como “Manual de zonceras argentinas”, estuvo al frente de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) designado por el gobierno de Héctor Cámpora en 1973. Permaneció en su puesto cuando asumió Juan Perón la presidencia y allí estuvo hasta su muerte, ocurrida el 25 de mayo de 1974.
Fue en 1973 cuando Jauretche recomendó a su sobrina política Elena Inés Highton para iniciar su camino en la carrera judicial que terminaría en el lugar más alto posible. Según escribió la periodista Irina Hauser en el libro “Los Supremos” aquel nombramiento primigenio en el Poder Judicial fue firmado por el presidente Perón y publicado en el diario La Razón, cosa que la ex jueza recuerda con orgullo.
Fue profesora titular en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en materias como Derecho Civil I, Derecho Civil IV y Derecho Notarial, Registral e Inmobiliario. A finales de la década de los ´80 se dedicó a estudiar sobre Resolución Alternativa de Conflictos en el sistema judicial. Se especializó en mediación, a tal punto que integró en 1992 un equipo interdisciplinario que dio el envión necesario para que se adopte ese instituto en Argentina.
El proceso que terminó con la jura de Highton de Nolasco como jueza de la Corte Suprema en la última semana de junio de 2004, había empezado en abril de ese año con la propuesta que el Poder Ejecutivo le envió al Senadop para que el pliego obtuviera acuerdo. Aquel mensaje fue firmado por el presidente Kirchner junto a quien era su ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos: Gustavo Beliz.
Allí se hicieron consideraciones sobre la candidata a jueza que decían: “Finalizado el procedimiento de participación ciudadana, conforme el decreto 222 del 19 de junio de 2003, se procede a la elevación de la presente propuesta, teniendo en cuenta la capacidad técnica y jurídica, de la citada profesional y su trayectoria pública y académica. Siguiendo dicho procedimiento, se recibieron tanto presentaciones, espontáneas como de instituciones y entidades, de reconocida relevancia profesional y social, universidades, colegios profesionales y academias, destacándose, una gran mayoría favorable a su propuesta”.
En los fundamentos del Poder Ejecutivo a la postulación de Highton se resaltaron los apoyos recibidos: “Al respecto, cabe destacar que la mayoría de las opiniones a favor de la doctora Highton se sustenta en su intachable desempeño en el Poder Judicial, que comprendió tanto su trabajo desde la judicatura, como en grupos de formación para los miembros del Poder Judicial, en la Asociación Internacional de Mujeres Jueces y en la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina, organizaciones, éstas que se han dedicado a promover la igualdad de género en la composición de los tribunales de justicia y en sus decisiones. Asimismo, destacan su labor en el diseño de propuestas de reforma legislativa y mejora del sistema de administración de justicia, como su invalorable aporte en materia de resolución alternativa de conflictos judiciales en general y mediación en particular”.
En cuanto a los cuestionamientos, el mensaje de Kirchner al Senado señalaba: “Por su parte, las oposiciones efectuadas a la candidatura de la doctora Highton, se centran casi exclusivamente en las opiniones, que vertiera en una publicación doctrinaria, vinculadas a la problemática del aborto, tratada en el marco de la responsabilidad civil y sus derivaciones en materia de eventuales reclamos de daños y perjuicios. Dentro de tal contexto, las opiniones doctrinarias de la nombrada sobre un tema polémico, como el referido, forman parte de su libertad de expresión, dentro del ámbito académico y del pluralismo de ideas, no afectando su idoneidad para desempeñar la alta función para la que es convocada.Por otra parte, este tema es abordado por la jurista partiendo del principio que se ha eliminado el aborto como delito, como ocurre en los Estados Unidos, a partir de la declaración de inconstitucionalidad de los códigos penales que incluyen tal previsión. En ese contexto, solo manifiesta que en la Argentina no se contempla esta posibilidad”.
El Poder Ejecutivo también había dicho que: “Se destaca asimismo la espontánea adhesión que realizaron importantes instituciones del extranjero, tales como el Federal Judicial Center (Washington), la Asociación Internacional de Abogacía Preventiva, Conflict Management Initiatives y el Foro Mundial de Mediación, circunstancia que evidencia la trascendencia de la figura de la doctora Highton, aún más allá de nuestras fronteras. En mérito a todo lo expuesto se eleva al presente pedido de acuerdo para que la doctora doña Elena Inés Highton de Nolasco sea nombrada miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
En la audiencia pública previa a su designación debió contestar más de 100 preguntas, muchas referidas al hecho de haber sido jueza durante la dictadura que terminó en 1983. Una de las respuestas que dio en aquella ocasión fue:“Los que tienen mi edad vivieron más de un gobierno de facto. Yo no me fui del país, fui jueza y trabajé a favor de los litigantes. Nunca nadie dijo que violé algún tipo de derecho”.
La Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación estaba integrada por Jorge Yoma, Norberto Massoni, Ricardo Gómez Diez, Liliana Capos, Sonia Escudero, Nicolás Fernández, Rubén Marín, José Mayans, Eduardo Menem, Gerardo Morales y Ramón Saadi. A principios de junio de 2004 los senadores otorgaron el acuerdo para que el Poder Ejecutivo nombrara a Highton de Nolasco en la Corte.
Para sustentar la aprobación del pliego los senadores habian dicho:
- “Que la designación de una mujer para integrar el máximo tribunal, contribuye a promover la igualdad de géneros.
- “Que su carrera judicial es sumamente positiva en cuanto aquilata su experiencia en materia de administración de justicia”.
- “Que su actividad jurisdiccional ha demostrado mesura, prudencia y sólidos conocimientos del Derecho. Que su idoneidad para el cargo también es avalada por su trayectoria académica”.
- “Que ha trabajado en diversas temáticas referidas a la reforma judicial y que tales actividades las ha desarrollado con amplia participación de la sociedad civil”.
- “Que su situación patrimonial ha sido expuesta públicamente, de acuerdo con las exigencias del actual procedimiento de designación de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no advirtiéndose en ella irregularidad o incumplimiento alguno”.
Los integrantes de la cámara Alta analizaron las impugnaciones que le habían hecho a Highton Nolasco por algunos casos en los que había resuelto como camarista en lo Civil y no hallaron razones para que no fuera designada en la Corte.
Y concluyeron: “Que tras examinar las impugnaciones presentadas y valorar las pruebas producidas, así como las respuestas proporcionadas por la candidata en el curso de la audiencia pública, llevada a cabo el día 31 de mayo del corriente, año, con relación a las objeciones a su designación y a otros temas de interés, como la interpretación constitucional, la reforma judicial, y la organización interna de la Corte Suprema de Justicia, esta Comisión ha reunido elementos suficientes para avalar el acuerdo al pliego de la doctora Elena Highton de Nolasco, como jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En ese sentido, se coincide en destacar como positivo la promoción de la igualdad de géneros en la composición del máximo tribunal, la carrera judicial y los antecedentes académicos de la magistrada propuesta, lo cual se corresponde con algunas recomendaciones en pos de una mejora de la calidad institucional de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el fomento de la heterogeneidad de criterios, entre quienes deben conformar la voluntad de la cabeza del Poder Judicial de la Nación”.
La aprobación del pliego para que una persona integre la Corte Suprema de la Nación, necesita de una mayoría especial de dos tercios de los senadores y senadoras presentes en la sesión en la que se vote. Highton de Nolasco obtuvo el respaldo de 51 senadores y se opusieron cinco. Cuando Highton de Nolasco se sumó a la Corte, lo hizo para ocupar el lugar de Eduardo Moliné O´Connor, uno de los jueces que formaba la mayoría automática durante el menemismo y había sido destituido.
En aquel lejano junio de 2004 la Corte tenía nueve integrantes. Highton de Nolasco se sumó a los ministros Enrique Petracchi, Augusto Belluscio, Juan Carlos Maqueda, Antonio Boggiano, Carlos Fayt, Raúl Eugenio Zaffaroni y Adolfo Vázquez. El único que aún permanece en la Corte es Maqueda ya que los restantes renunciaron, fueron destituidos o murieron. En 2006 la Corte volvió a tener cinco miembros.
En septiembre de 2008 Highton, con el acuerdo de sus colegas, impulsó la apertura de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte, de la que estuvo al frente hasta su renuncia. También condujo la Oficina de la Mujer del Alto Tribunal.
Entre 2011 y 2012 integró la Comisión para la Elaboración del Proyecto de Ley de Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación, junto Lorenzetti, quien en ese momento presidía la Corte y la jurista mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci.
Elena Inés Highton de Nolasco estuvo durante 17 años en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El 30 septiembre de 2021 le presentó su carta de dimisión al presidente Alberto Fernández quien había sido su impulsor en 2004 cuando era el Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. Fernández era uno de los pocos que conocía el mundo judicial entre los kirchneristas fundacionales. La carta se hizo pública el 5 de octubre y la jueza dejó su despacho el 1 de noviembre de 2021. Desde entonces la Corte se quedó con cuatro integrantes: Maqueda, Lorenzetti, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
El despacho que dejó Highton de Nolasco en 2021 aún no fue ocupado. El gobierno de Fernández y Cristina Kirchner no propuso candidato ni candidata para ese cargo tan relevante. El presidente Javier Milei consideró que el juez federal Ariel Lijo -quien es magistrado también desde 2004- debe ingresar a la Corte en el lugar que dejó Highton de Nolasco. Desde 1983 ella fue la primera y la última mujer -al menos por ahora- en integrar el máximo tribunal de Justicia de la Argentina.