Colonia, 29 jun (EFE).- El reencuentro de la selección española de Luis de la Fuente con Georgia trajo de vuelta un momento especial para el técnico, el 1-7 con el que cambió el paso en Tiflis en la fase de clasificación a la Eurocopa en un momento difícil por el terremoto institucional que se vivía en septiembre de 2023 en la Federación.
“Fue un partido muy importante para nosotros, llegamos en una situación de tensión y se demostró que somos un equipo muy fuerte, comprometido y unido. Fue cuando comenzamos a acuñar el término familia”, desveló Luis de la Fuente antes de reencontrarse con Georgia en los octavos de final de la Eurocopa de Alemania.
“Vivimos momentos muy emocionantes y emotivos en aquel desplazamiento. De ahí salimos mucho más fuertes. Fue el debut de Lamine además, un día muy bonito y ahora deseamos seguir disfrutándolo muchísimos años con nosotros”, recordó.
Aquel encuentro, el tercero de la fase de clasificación a la Eurocopa 2024, lo encaró España con la obligación de ganar en Tiflis tras haberse dado meses antes un batacazo en la visita a Escocia (2-0).
Días antes se había desatado todo el escándalo que acabó costando el puesto a Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis de la Fuente había tenido que pedir perdón en rueda de prensa por aplaudir a Rubiales cuando no dimitió de su cargo en el momento en el que se esperaba su renuncia y los internacionales leyeron un escrito en favor de las jugadores de la selección española femenina.
En ese ambiente de crispación, con un terremoto institucional desviando la atención de lo deportivo, la selección española viajó a Tiflis y dio una exhibición futbolística goleando 1-7 a Georgia para dar un giro al grupo y crear unos lazos entre los jugadores que han ayudado a que a día de hoy se respire dentro un ambiente perfecto de hermandad para buscar el éxito en la Eurocopa. EFE
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