La conferencia de prensa que dieron el viernes pasado el ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, dejó más dudas que certezas.
Ese mismo día, el presidente Javier Milei había asegurado que “ya pasó la etapa del déficit cero, ahora vamos a la emisión cero, se viene el cambio de régimen monetario”. Algunos distraídos pensaron que eso era igual que dolarización, mientras se encendieron alarmas en las cúpulas de bancos y grandes empresas. No pocos creen que ante la expectativa que generó la declaración del mandatario, Caputo y Bausili tuvieron que apurarse a salir “decir algo”. El apuro habría devenido en los resultados conocidos.el Central decidió ayer
El anuncio de la segunda fase del programa económico más un tema muy técnico, como el pasaje de deuda del BCRA al Tesoro –en el camino de cumplir uno de los objetivos de la gestión, como es sanear el balance de la autoridad monetaria– dejaron sabor a poco ante los rumores previos y con la idea siempre latente, al menos para una parte de los agentes económicos, de que podría haber precisiones mayores sobre la salida del cepo.
“El ancla del programa es cero déficit fiscal y cero expansión monetaria, el resto es volatilidad coyuntural. Nosotros estamos para fortalecer los fundamentals”, dicen en el equipo económico
Fuentes del Banco Central aseguran que no hay ni habrá cambios en la hoja de ruta original y se preparan para la llegada de una tanda de nuevos billetes para fines de octubre: llegarán desde China 230 millones de billetes de $20.000 y una segunda tanda de 190 millones de unidades de 10.000 pesos. “Sigue todo igual, no se toca nada”, resumen y no se muestran preocupados por la suba de las distintas cotizaciones del dólar y por el desafío que ya representa la acumulación de reservas, hasta mayo exitoso y luego con muchas dudas.
“Nuestra impronta es y seguirá siendo técnica. De nuestro lado, el ancla del programa es cero déficit fiscal y cero expansión monetaria, el resto es volatilidad coyuntural. Nosotros estamos para fortalecer los fundamentals, más allá de que algunos nos crean más y otros menos. Como dice Caputo, pronto el bien escaso van a ser los pesos. La nominalidad sigue ocurriendo y no la estamos convalidando. La medida cambiaria sigue siendo que no se toca nada”, destacan en la calle Reconquista cuando se les pregunta por los mercados agitados de los últimos días.
“Los movimientos del dólar se dan por correlaciones y momentos del mercado”, explican con tono técnico, y ponen como ejemplo el “serrucho” del precio de los bonos en los últimos meses. “Está todo muy sensible y por eso el movimiento y cierta inestabilidad. Estamos condenados a la volatilidad y más cuando el mercado no ve las señales de gobernabilidad que espera y no se dan, como que se trabe la Ley Bases, por ejemplo. Por otro lado, la política no logró, de diciembre a fin de mayo, que sus efectos desestabilizadores se traspasaran al mercado financiero. En junio se les dio y por eso buscan triplicar la apuesta. Esa ‘bala’ puede haber sido el cambio de movilidad jubilatoria, que es mucho más que eso: es mostrar que tienen dos tercios de los votos para cambiar lo que sea, incluso para complicar al propio Presidente”, dicen en el Central. ¿Eso puede cambiar las cosas hacia adelante? “De ninguna manera, ni Milei ni Caputo van a cambiar su convicción fiscal, no hay chances. Vinieron a hacer lo que la política nunca se animó. Por eso también la ferocidad del ataque político porque cuando se cambia de verdad no hay vuelta atrás”, juran. Lo mismo pasa, dicen, para el crawling peg de 2% mensual: no se toca.
Lo cierto es que la estrategia de acumulación de reservas que funcionó en el primer semestre del año, y permitió compras por más de USD 14.000 millones, se frenó en junio y se trabará más en el tercer trimestre, estacionalmente negativo para la compra de dólares. Así, parece consolidarse la idea de que la salida del cepo podrá demorarse al menos al año que viene.
Nueva LFL
Uno de los focos centrales de Bausili y su equipo, por estas horas, tiene nombre y apellido: Letras Fiscales de Liquidez, o LFL. Con esa nueva letra, la misma que se anunció hace una semana y cuyos detalles se les explicó a los bancos el lunes pasado, buscarán terminar de traspasar los pasivos remunerados al balance del Tesoro y eliminar la segunda “canilla de emisión” endógena, los intereses de los pasivos del Central que implican emisión monetaria. Así, la deuda pasa del Central al Tesoro. ¿En el fondo, es lo mismo? Algunos economistas, como Carlos Melconian, creen que sí. Bausili asegura que no es así e insiste con la limpieza del Central, uno de los objetivos de Milei.
Para poner en marcha el anuncio, el Gobierno dictará un DNU por el cual habilitará a Economía a hacer el canje inmediato de los títulos por la nueva letra, que el central podrá darles a los bancos que quieren estacionar su dinero. Funcionarán igual que los pases actuales y si bien las letras tendrán una duración de hasta dos años, tendrán la misma exposición diaria que los pases. “Para los bancos es todo igual, sigue la misma mecánica. Es todo igual que los pases, pero con otro instrumento. Va a comenzar a funcionar en acuerdo con los bancos, cuando todos estén de acuerdo y sepan qué botones hay que apretar, como funcionará la liquidez, etc.”, dicen en el Central, desde donde preparan la normativa para implementar el canje que se espera salga en los próximos días.
La baja de tasas de interés es otro de los puntos candentes y no son pocos los que creen que el BCRA se “pasó de rosca”. Creen que los bancos, ya sin mínimos para lo que pagan extra por los depósitos, muy de a poco convergen a la tasa de política monetaria y que algunos, también de a poco y por propia decisión comercial, empezaron a subir sus tasas de plazo fijo. Una competencia que no se veía hace muchos años. “A todo el mundo le sobran pesos y los bancos tienen liquidez”, dicen cerca del presidente del Central y juran que las tasas reales positivas para los plazos fijos son “casi” un hecho, por la baja de la inflación y esas “microsubas” de los bancos. “Se estudia todas las semanas, podría pasar”, dicen cuando se les pregunta concretamente si subirán la tasa de referencia, una de las correcciones que exige una parte del mercado.
“Ese nuestro ancla, superávit y no emisión. Después el mercado se moverá… pero el plan es ese y no se toca”, sostienen en el Gobierno
Algunos detalles técnicos sobre las LFL se despejaron el lunes, con los bancos. Por ejemplo, para poner en marcha el anuncio, el Gobierno dictará un DNU por el cual habilitará a Economía a hacer el canje inmediato de los títulos por la nueva letra, que el central podrá darles a los bancos que quieren estacionar su dinero. Funcionarán igual que los pases actuales y si bien las letras tendrán una duración de hasta dos años, tendrán la misma exposición diaria que los pases. “Para los bancos es todo igual, sigue la misma mecánica. Es todo igual que los pases, pero con otro instrumento. Va a comenzar a funcionar en acuerdo con los bancos, cuando todos estén de acuerdo y sepan qué botones hay que apretar, como funcionará la liquidez, etc.”, dicen en el Central, desde donde preparan la normativa para implementar el canje que se espera salga en los próximos días.
Además, como destacó Infobae, el Central decidió ayer en su reunión de directorio una medida puntual, cambiaria y orientada a empresas, que definen como “una capa más que sacan a la cebolla del cepo”. La norma permite pagar intereses intercompany en dólares –a subsidiarias de la misma empresa– siempre y cuando se haga una inversión de igual magnitud.
Por el momento no hay planes de sacar el cupo de compra individual de USD 200 ni tocar el blend, por el cual los exportadores pueden vender un 20% al precio de dólar contado con liqui . “No perdemos con el blend porque hay importaciones que se pagan con contado con liquidación, aunque pierdan acceso al MULC. Si saco el blend va subir el liqui. En diciembre, cuando acordamos mantenerlo hasta junio con el FMI, lo pensamos como un tema de estabilidad financiera, por eso ahora no tiene sentido sacarlo”, aseguran. Y el Fondo está de acuerdo por más que normativamente advierta, en todos los staff report, que hay que levantar los controles y sacar los tipos de cambio múltiples. Con el organismo, en paralelo, se comenzará a hablar del nuevo programa, pero sin demasiado apuro: la idea es cerrarlo a fin de año, no antes.
La semana que viene el BCRA tendrá que pagar USD 3.000 millones, y luego USD 167 millones por mes de flujo mensual por el Bopreal. “Es una dinámica que está anticipada mientras seguimos chupando pesos. Ese nuestro ancla, superávit y no emisión. Después el mercado se moverá… pero el plan es ese y no se toca”, cerraron cerca de Bausili.