La familia real ha vivido una de las jornadas más especiales de su paso por Cataluña. La tarde de este miércoles, 10 de julio, los reyes, Felipe y Letizia, y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han acudido a la 15.ª edición de los Premios Princesa de Girona, celebrada en el Palacio de Congresos de la Costa Brava (Girona).
La ceremonia, que busca reconocer la investigación, la creatividad artística, la innovación, la solidaridad y el talento emprendedor en jóvenes de hasta 35 años, a través de su trabajo y dedicación, generar un impacto positivo en la sociedad, ha estado marcada principalmente por cuatro momentos.
Por un lado, el espectacular look de transparencias con el que ha acudido la futura heredera y los oufits reciclados de la infanta Sofía y la reina Letizia. En segundo lugar, los emotivos discursos que ha dado el monarca, en el que ha alabado a las nuevas generaciones preparadas y comprometidas con el desarrollo de la sociedad, y la princesa de Asturias, que ha hecho un balance de los 15 años que lleva activa la fundación. En tercer lugar, los galardones entregados por Leonor y, en último lugar, aquellos detalles que pasaron desapercibidos por el ojo público. ¿Qué fue lo que no se vio en la gala?
Un año más, el acto ha estado plagado de numerosos detalles que no se vieron en un primer momento. Las risas, la inquietud y la complicidad entre los cuatro, han sido las tres premisas que han marcado esta cita.
El primer detalle lo veíamos en su llegada al Palacio de Congresos, pues el rey y sus hijas asistieron haciendo gala de la tonalidad azul, el color característico de estos premios. Sin embargo, la reina Letizia prefirió desligarse del team blue y acudió con un vestido bicolor en blanco y negro.
Al margen de este pequeño contraste, en lo que sí estuvieron de acuerdo fue en demostrar que son como cualquier otra familia, pese a sus circunstancias reales. Y es que, justo antes de acceder al salón de actos, Letizia y su primogénita protagonizaron un emotivo momento cuando ambas caminaron cogidas de la cintura, quizá con la idea de aplacar los nervios de Leonor.
La carcajada de Sofía
Una vez comenzada la ceremonia, todos los focos se centraron en la música. La actuación del grupo Amplific-ARTE, que interpreta sus temas a capela, logró animar mucho a la reina Letizia quien, además de aplaudir desde sus sillas, acompañó la melodía con movimientos corporales.
Otro detalle que pasó desapercibido tuvo lugar durante las intervenciones del rey y la heredera, quienes pronunciaron la mitad de su discurso en catalán. Leonor, hecha un manojo de nervios, mostró un acento perfecto, con una pronunciación impecable de las eses y las ges, mientras que Felipe VI mostró alguna que otra carencia, según Vanitatis.
No obstante, este detalle no impidió que el monarca leyese sus líneas, en las que hizo referencia al peso que están adquiriendo sus dos hijas en la corona. “Leonor, Sofía, gracias”, pronunció el soberano, desatando una sorprendente carcajada en la benjamina de la familia.
Por último, también cabe destacar lo difícil que es para la reina Letizia ocultar su interés por una persona. Y es que cuando Vicky Luengo recibió su premio, la esposa de Felipe VI se mostró de lo más cariñosa con la actriz, pues ella es una fiel seguidora de Reina Roja. Y, hablando de la que fuera periodista de RTVE, también es reseñable la mirada de orgullo que mostraba hacia su primogénita, con quien se fundió en un abrazo, al igual que Felipe VI, cuando Leonor terminó su intervención en los premios.