Las autoridades argentinas identificaron a una banda criminal dedicada a la estafa y extorsión telefónica, cuyas víctimas incluían unidades de Gendarmería y sedes judiciales federales y provinciales, tras una investigación iniciada en abril por orden de la Fiscalía Federal de Posadas.
El esquema de fraude, conocido como “vishing”, implicaba llamadas telefónicas en las que los estafadores se hacían pasar por funcionarios de juzgados o fiscalías federales inexistentes, utilizando nombres falsos para obtener información sensible. Los delincuentes empleaban técnicas de ingeniería social y datos accesibles desde redes sociales para engañar a sus víctimas.
Tras meses de trabajo coordinado entre la Subdirección de Delitos Tecnológicos y las Unidades de Reunión de Información de Buenos Aires, Misiones y Jujuy, se identificó a los estafadores como personas privadas de libertad en la provincia de Jujuy.
Uno de los implicados estaba detenido en un penal de San Salvador de Jujuy, mientras que los demás cumplían prisión domiciliaria por delitos relacionados con la comercialización de estupefacientes.
Durante los allanamientos, se descubrió que los investigados utilizaban teléfonos celulares y dispositivos electrónicos para cometer los delitos.
Las autoridades incautaron teléfonos móviles, computadoras portátiles, tarjetas bancarias, cuadernos con anotaciones y documentación relevante para la causa, en violación de los artículos 172 y 173 del Código Penal Argentino.
Y a principios del mes de mayo pasado, otra banda dedicada a las estafas, en este caso a través de las redes sociales, fue desbaratada por la Policía Federal Argentina.
Todo comenzada con una charla en redes sociales con una atractiva joven desconocida. Un breve conocimiento, un anzuelo, la conversación que sube de tono. Una foto, dos… y puede desencadenarse una pesadilla.
El modus operandi siempre es el mismo y no es la única banda delictiva que trabaja de esa forma. Desde un perfil falso de Facebook cargado con fotos de una bella joven envían mensajes a través de Messenger. Si el receptor responde, comienza un intercambio que poco a poco los delincuentes intentan orientar hacia lo sexual. Cuando la víctima entra en el juego, le piden su contacto de WhatsApp para mantener una conversación más subida de tono.
Llegado ese punto, comienzan los pedidos de fotos íntimas, insistentes, casi con apuro y luego de enviarlas. Pasadas unas horas, recibe un llamado telefónico -generalmente desde WhatsApp y no a través de la línea- desde un número cuya foto de perfil es la de un hombre vestido de policía. La persona que llama, luego de identificarse como un imaginario comisario, acusa a quien atiende de haberle enviado imágenes de su desnudez a una menor de edad, le dice que la familia de la presunta adolescente está furiosa y que todo se puede solucionar a través de un “arreglo económico”.
A eso se dedicaba “La banda de La Sole” que fue atrapada por la PFA. El nombre hace referencia al que utilizaban para el perfil falso de Facebook: Soledad.
Eran cuatro integrantes: dos personas, acusadas por el delito de extorsión, fueron aprehendidas en la Provincia de Buenos Aires, e imputaron a otras dos que se hallaban alojadas en la celda de la Unidad Provincial Penitenciaria N° 46, de la localidad de José León Suárez, Partido de General San Martín.
La investigación se inició a raíz de una denuncia efectuada en agosto del 2023, en la Unidad Funcional de Instrucción Nº 20 de General Alvear, Departamento Judicial de Azul, a cargo de Cristian Citterio, por un hombre que había sido víctima de “Soledad”.
Al obtener las identidades de cada uno de los delincuentes, se encontraron con que dos de ellos estaban alojados en celdas del Servicio Penitenciario Bonaerense, mientras que los otros dos residirían en Libertad, partido de Merlo.
Una vez reunidas las pruebas, el Juzgado de Garantías Nº 2, del Departamento Judicial de Azul, a cargo del Dr. Federico Antonio Barberena, ordenó efectuar dos allanamientos.
En la casa, se detuvo a un hombre y una mujer, miembros de la banda, además de a otro hombre sobre quien pesaba un pedido de captura vigente a solicitud del Tribunal Oral en lo Criminal N°11. Allí se secuestraron dos teléfonos celulares y una tarjeta de Mercado Pago mientras que en la requisa efectuada en la Unidad Penitenciaria, se secuestraron otros dos teléfonos y varias hojas de anotaciones con cuentas bancarias.