Carlos Seijas Meneses
Caracas, 12 jul (EFECOM).- El sector de las criptomonedas enfrenta en Venezuela una serie de debilidades relacionadas con servicios, legislación y educación, lo que juega en contra de su desarrollo en el país, donde estas divisas virtuales se usan, básicamente, como reserva de valor, mientras que su peso en transacciones comerciales se mantiene reducido y sin crecimiento, según expertos.
El economista Aarón Olmos, especialista en el área, dijo a EFE que, si bien se ha desacelerado la inflación -que en junio registró el nivel más bajo en 12 años-, para “mucha gente no tiene sentido” mantener su dinero en bolívares, la moneda local, por lo que prefieren cambiarlo por otra divisa para proteger su poder adquisitivo, y una de esas opciones es la cripto.
“El venezolano en el país, a lo interno, no lo usa tanto a nivel transaccional, sino como un elemento de reserva de ahorro”, aseguró el también profesor universitario, quien señaló que, de esta manera, el ciudadano protege su dinero de los “embates de la situación económica”.
Entretanto, su uso para pagos en comercios “ha disminuido en comparación con años anteriores”, principalmente, 2018 y 2019, cuando “hubo un bum” y “muchas empresas comenzaron a aceptar criptomonedas como forma de pago”.
De acuerdo con la firma Ecoanalítica -que elabora periódicos estudios para medir las transacciones en comercios del país-, los pagos en criptos equivalen al 1,2 % del total, una cifra que se ha mantenido desde 2022.
El economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, dijo a EFE que se trata de un porcentaje “bastante marginal y bajo” que, a su juicio, responde, principalmente, a las “barreras educativas respecto al manejo del ecosistema criptomoneda”.
“No son unas metodologías, unos sistemas de pago que estén tan extendidos en la población, que los comerciantes conozcan”, dijo.
En 2023, Venezuela ocupó el puesto 40 de 155 países en el Índice Global de Adopción de Criptomonedas de Chainalysis -por debajo de los también latinoamericanos Colombia (32), México (16), Argentina (15) y Brasil (9)-, cuando en 2021 -no estuvo clasificada en 2022- se situó en el séptimo lugar de la lista mundial.
Según Olmos, un punto de inflexión en el sector cripto fue la reestructuración, en marzo de 2023, de la Superintendencia de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), ordenada por el Gobierno tras desvelarse la trama de corrupción Pdvsa-Cripto, por la que 67 personas fueron detenidas, entre ellas el entonces ministro de Petróleo Tareck El Aissami y el jefe de la superintendencia Joselit Ramírez.
Desde el golpe a la trama, indicó Olmos, todas las empresas con licencia para operar “se mantienen intervenidas y suspendidas”, y sin actividades ni ingresos, algunas -señaló- “prácticamente han desaparecido”.
Pese a todo, de acuerdo con Olmos, aún hay operadores que “siguen trabajando”, entre ellos, los que se dedican al ‘trading’ (compraventa), aunque con ciertas limitaciones particulares de Venezuela, como la crisis eléctrica, que dificulta al país “desarrollar una economía grandemente digital”.
Entre otros factores que juegan en contra del desarrollo de las criptos, señaló la “falta de formación” y el “desconocimiento en el uso de las herramientas”, así como las malas experiencias pasadas con el uso del ‘petro’, una “criptomoneda” que lanzó el Gobierno en 2017, hoy “en desuso”. EFECOM
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