La Universidad César Vallejo ha roto su cura de silencio. Después de tres días del desaire de Paolo Guerrero al entrenador Guillermo Salas, negándose a obedecer sus indicaciones en el partido contra Alianza Lima, la directiva ‘poeta’ salió al frente para expresar su sorpresa por los hechos protagonizados por el longevo delantero.
“El club César Vallejo lamenta lo sucedido el día sábado 13 de julio del presente año en el estadio Mansiche, de la ciudad de Trujillo, en el encuentro contra Alianza Lima”, se lee en el comunicado de prensa. “En dicho partido se suscitaron hechos que involucraron a nuestro jugador Paolo Guerrero, quien al negarse a dar cumplimiento a una instrucción de nuestro DT infringió los reglamentos internos”, se añade.
Por la inconducta cometida, a vista de todos, Guerrero “fue notificado a fin que pueda presentar el descargo correspondiente y la institución pueda resolver acorde a lo establecido al reglamento interno del club”.
En esa misma línea, la UCV confirmó lo que ha todas luces era evidente: “Informamos que el jugador le ha comunicado a la directiva su intención de rescindir de manera unilateral su contrato, por lo que en virtud de lo requerido, el día de ayer por la noche se le ha remitido las obligaciones correspondientes a fin de no vernos afectados con penalidades contractuales asumidas con los auspiciadores que confían en nuestro proyecto deportivo”.
De manera que, el ‘Depredador’ deberá seguir cumpliendo las indicaciones de la institución trujillana hasta que sus agente puedan destrabar la situación. Mientras el tema no halle un punto de encuentro, Guerrero entrenará en solitario en la Villa Poeta junto a un preparador físico asignado por la César Vallejo.
Paolo registra solamente tres dianas con los ‘poetas’, una cifra ínfima para el dinero invertido por su contratación. Las únicas veces que pudo celebrar fue ante Cusco FC (1-1), Unión Comercio (2-2) y Comerciantes Unidos (3-1).
Soluciones a la vista
La situación de Guerrero podría encontrar una salida pronto, siempre y cuando dialogue con amabilidad y sentido común con los altos mandos de la César Vallejo. También podría recurrir a una modalidad más drástica, pero poco recomendable por una cuestión de tiempo. “Paolo tiene dos alternativas: o arregla amigablemente con la Vallejo, que es lo que siempre se recomienda, o puede renunciar”, explicó Jhonny Baldovino, asesor legal SAFAP.
Eso sí, el último procedimiento en mención “tomaría unos 40 días. ¿Y por qué tanto? Porque la ley laboral señala que tienes que mandarle un aviso a tu empleador 30 días antes y corre desde el día siguiente de enviar la notificación”.
“Paolo podría renunciar pero tendría que esperar 30 días. A ello, a partir del día 31 tiene que presentar una solicitud de inscripción de fenecimiento contractual ante la Cámara de Conciliación y Resolución de Disputas, y ese procedimiento demora entre 5 a 6 días hábiles, o sea hablamos de unos 10 días como máximo. Entonces, tendría que esperar 40 días para su liberación. Los tiempos son muy justos tomando en cuenta que el cierre del libro de pases es el 31 de agosto”, sentenció.