El miércoles 24 de julio, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, confirmó que se dio inicio a los bombardeos por parte de la fuerza pública contra grupos armados como las disidencias de las Farc.
El jefe de la cartera enfatizó en que este primer operativo no tuvo objetivos humanos, sino que buscaba despejar una zona que estaba repleta de minas antipersonales, lo que dificultaba el acceso a uno de los campamentos del frente Carlos Patiño.
El objetivo de la operación, ejecutada en la madrugada del miércoles 24 de julio, era despejar la zona de milicianos; para ello, se requirió de dos aviones supertucano que salieron desde la base de la Fuerza Aérea Colombiana Marco Fidel Suárez en Cali, con una bomba ‘inteligente’ de 250 libras o Mark-81 hacia el destino estrictamente definido y delimitado por las coordenadas.
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“Siempre se han mantenido todas las capacidades y estas se emplean de acuerdo a unas circunstancias que se tienen que analizar. Un análisis juicioso de inteligencia, porque no se están arrojando bombas de confeti, son bombas de 250 y 500 libras que generan una destrucción letal. Pero todo eso tiene que ser bajo un estricto y riguroso sistema de inteligencia y una toma de decisiones muy acertada por la letalidad que causa”, expresó el brigadier general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, a Blu Radio.
Al llegar al campamento, que para ese momento se encontraba abandonado, se halló material de intendencia y logístico. Desde allí se habría enviado el dron cargado con explosivos, que cayó en una cancha de fútbol sintética, en el corregimiento El Plateado, en el municipio de Argelia (Cauca), donde murió un niño de 10 años y seis personas más resultaron heridas.
“Este bombardeo nos permite, como nunca antes se había hecho, ingresar a lo más profundo de las entrañas de las estructuras que están presentes en El Cañón del Micay. Son áreas que fueron ocupadas, ya terrenos críticos que para este enemigo se consideraban vitales e importantes”, complementó Mejía al medio citado.
De acuerdo con el brigadier Mejía, lo que sigue es el desminado minucioso de la zona donde, según el comandante, estarían sembradas entre 2.000 y 2.500 minas antipersonales. “El proceso es lento”, añadió.
Frente al ataque en el que murió el pequeño Dylan Camilo Erazo Yela, el líder del Comando Específico del Cauca aseguró lo siguiente: “Es una situación muy indignante. De verdad, un ataque demencial como este no tiene antecedentes, y esto precisamente es por parte de alias Giovanni, quien se ha distinguido por ser uno de los hombres más beligerantes presentes en el cañón del Micay. Es totalmente un desafecto; incluso la población civil le tiene pavor a este tipo, y efectivamente es él quien se ha encargado de emplear todos estos mecanismos, como el uso de drones.”
El comandante militar agregó que el día del atentado terrorista, los disidentes mantenían un hostigamiento ininterrumpido desde las 10:30 a. m. hasta las 9:15 p. m., reportando por lo menos 24 ataques con drones. Además, enfatizó en que ya se están realizando los primeros ensayos de los dispositivos antidrones.
“Ya nos han permitido, en este caso, en varias regiones del departamento, controlar deliberadamente estos artefactos, poderlos manipular y controlar el espectro electromagnético del área (sic)”, complementó al medio citado.
El Gobierno de Gustavo Petro ha limitado los bombardeos aéreos conocidos como operaciones Beta, debido a que en el pasado se registró la muerte de menores de edad en los puntos de ataque, lo que puede representar una clara violación al derecho internacional humanitario.
Las operaciones Beta fueron clave en la estrategia para debilitar a las Farc y actualmente están autorizadas únicamente contra grupos armados organizados de primer nivel. Estos incluyen a la guerrilla del ELN, las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, definidos por el número de hombres que componen sus filas, su armamento y su capacidad para afectar al Estado mediante sus acciones delictivas.