El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que “no tiene asidero” el reclamo de la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklor (OBDEFO) sobre el origen de la Diablada, la Morenada y la Llamerada; tres danzas que se bailan tradicionalmente en el sur de Perú, específicamente en Puno.
En una carta dirigida a César Suáña Zenteno, la Cancillería cita la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003 para demostrar que la afirmación de la asociación no tiene base.
Indicaron, además, que la carta que envió OBDEFO a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), no fue suscrita por autoridades nacionales del país vecino.
Además, aseguraron que la inscripción de un elemento en la lista Representativa de Patrimonio de la Humanidad no constituye “el reconocimiento de una práctica exclusiva o de la denominación de origen”.
En ese sentido, recuerdan que la Convención del 2003 entiende por patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, que se transmiten generacionalmente y son recreadas constantemente.
“El universo cultural altiplánico evidencia la presencia de diversas prácticas y saberes que son compartidos por comunidades de portadores del patrimonio inmaterial en los actuales territorios del Perú y Bolivia, y resulta innegable la existencia de orígenes compartidos que se remonta a las sociedades prehispánicas y al periodo virreinal, y que anteceden a la constitución y definición territorial de nuestros países, por lo que trasciende fronteras”, indicó la cartera.
Como ejemplo de estas tradiciones conjuntas, la Cancillería cita cuando delegados de ambos países realizaron una conferencia de prensa conjunta para la inclusión en la Lista Representativa de la Humanidad de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, y de Pujillay y el Ayarichi, celebraciones que se realizan en Perú y Bolivia, respectivamente.
En otro espacio de la misiva, se menciona que otro reconocimiento internacional a estos orígenes comunes fue la inscripción, en el 2009, del proyecto llamado ‘Salvaguardia del patrimonio inmaterial de las comunidades aymara en Bolivia, Chile y Perú’, en el registro de Buenas Prácticas de Salvaguardia de la Unesco.
¿Cuál fue la queja de la asociación boliviana?
A inicios de julio de este año, la OBDEFO expresó su disconformidad por una supuesta apropiación cultural de la Diablada, la Morenada y la Llamerada por parte de la región de Puno.
“La Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore convoca a todos los bolivianos en el mundo; a bailar danzas 100% bolivianas, en rechazo al plagio y apropiación indebida por parte de Puno y en reclamo ante la Unesco por el atropello a la cultura boliviana”, se lee en un comunicado difundido en sus redes sociales.
Como se sabe, durante la Festividad de la Virgen de la Candelaria, agrupaciones puneñas bailan diversas danzas que también son recreadas en el Carnaval de Oruro, al oeste de Bolivia, en honor a la Virgen del Socavón, y en la Fiesta del Gran Poder, en el departamento de La Paz.
El Ministerio de Cultura (Mincul) aseveró que esta controversia que surgió en redes sociales podrían haber perjudicado, en algún momento, las festividades que se celebran en el país y que son difundidas por todo el mundo, gracias a la estrategia que emplea el Estado desde hace varios años.
“Bolivia y Perú, desde la época antes del virreinato y más aún con el virreinato, compartían territorio altiplánico. Eso significa que nuestras festividades y nuestros usos son similares, pero no son iguales, porque cada una de estas comunidades ya le han impregnado particularidades muy específicas, más aún cuando hubo el tema limítrofe”, declaró para Infobae Perú, Shirley Mozo, directora de Programa Sectorial IV de la Dirección General de Patrimonio Cultural (Mincul