La declaración de Cristina Kirchner en Comodoro Py por el caso de magnicidio logró juntar a toda la dirigencia kirchnerista. Los distintos sectores que hoy conviven en el armado político y que, desde que comenzó el año, tienen una relación tensa, anclada en el rol de Axel Kicillof, las intervenciones de Máximo Kirchner y el estilo de conducción de la ex presidenta.
Luego de estar en los tribunales federales, CFK se fue al Instituto Patria, donde saludó a la militancia que la esperaba. Primero en la calle, rodeada de custodios que trataban de contener su acercamiento a la gente, y después desde el balcón, como ha hecho otras tantas veces en las que los militantes la esperan en la puerta.
Una vez concluido el contacto público, encabezó una reunión en uno de los salones del instituto junto a los principales dirigentes K. Allí estuvieron Kicillof; la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario; el ministro de Justicia de la provincia, Juan Martín Menna; el titular de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella; los intendentes Mayra Mendoza (Quilmes) y Federico Achával (Pilar), los senadores Oscar Parrilli y Juliana Di Tullio, y la ex legisladora Teresa García.
En esa reunión la ex presidenta se refirió a cuatro temas puntuales: la denuncia por violencia de género contra Alberto Fernández, el impacto de las medidas de Javier Milei en la economía, las falencias que considera que hay en la investigación judicial de la causa por magnicidio y su experiencia en el viaje a México.
Tanto ella como los dirigentes manifestaron su enojo y desazón por el impacto negativo de la situación del ex presidente en el armado político. “Hubo coincidencia sobre el enorme daño que Alberto sigue generando, aún fuera del gobierno”, sostuvo uno de los dirigentes que estuvo presente. Sobre ese punto giró la charla. “Hay mucha bronca porque sabemos que esto nos hace daño a todos”, agregó otro de los nombres propios que participó de la conversación.
Respecto a la situación económica, y como ya ha hecho en otras oportunidades, pidió que la dirigencia ponga en foco en cuestionar las medidas libertarias y explicar en público el golpe al bolsillo que implica para las clases más populares. Sobre todo en lo que respecta a la caída del consumo y la profundización de la recesión.
Cristina Kirchner quiere que la dirigencia se ordene alineada en un discurso. Un pedido que aún le cuesta concretar, porque el peronismo sufre una gran falencia respecto a la estrategia de comunicación. La ex mandataria insistió en que es necesario mostrarse cerca de la gente y pasar en limpio el daño que generan las diferencias medidas de ajuste que tomó el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
En el encuentro dirigencial de hoy fue una señal positiva para el kirchnerismo. “Son situaciones que sirven para que la familia esté unida”, indicó un dirigente de confianza de CFK, que la acompañó a Comodoro Py y después estuvo presente en el Instituto Patria. Y agregó: “Ojalá esto sirve para recomponer algunas relaciones”.
Pese a las diferencias internas que existen en el mundo K, los dirigentes que están en conflicto con la conducción de la ex presidenta y los movimientos de Máximo Kirchner, hoy se alinearon al reclamo de justicia y el acompañamiento político, callejero y virtual. Andrés “Cuervo” Larroque estuvo en Comodoro Py sentado a pocos metros de Cristina Kirchner y los intendentes Mario Secco (Ensenada) y Jorge Ferraresi (Avellaneda), firmaron una carta bajo que llevaba el título: “¿Quién mandó a matar a Cristina?”.
Fue una señal de distensión, como también lo fue la presencia de Axel Kicillof, que hace tiempo no posaba para una foto junto a la ex vicepresidenta. En esa imagen no estuvo el líder de La Cámpora, que estaba en el Congreso, encima de la estrategia parlamentaria del bloque de Unión por la Patria en una sesión extensa e importante.
El kirchnerismo se mostró unido. La interna está adormecida. Nadie sabe cuándo ni cómo puede reactivarse. Las diferencias están naturalizadas y aceptadas. La convivencia se da esquivando espinas y multiplicando abrazos. Aunque no todos sean tan sinceros como parecen. Cristina Kirchner volvió a mostrar que su liderazgo es potente y trasciende en el tiempo. Aunque la cuestionen. Aunque algunos muestren que estar dispuestos a discutir poder, mientras caminan en un escenario político atomizado.