Pasajeros del Metro de la Ciudad de México (CDMX) fueron captados utilizando paraguas dentro de la estación Río de los Remedios de la Línea B, debido filtraciones de agua.
En un video que circula en redes sociales se puede ver que al interior de la estación se formó una cascada. La cantidad de agua era tal que algunos usuarios optaron por cubrirse con paraguas e impermeables.
Algunos incluso tomaron la decisión de salir corriendo del andén, aún con el riesgo de resbalar debido a lo mojado que estaba el piso.
En respuesta a la situación, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro informó que trabajadores del medio de transporte fueron enviados a controlar el problema.
“Personal del Sistema atiende la situación en la estación Río de los Remedios de la Línea B, debido al ingreso de agua del exterior a las instalaciones, por la fuerte precipitación pluvial en la zona”, informó vía redes sociales este 14 de agosto.
Cabe mencionar que Río de los Remedios no fue la única estación de la red de transporte en resultar afectada por la lluvia. Usuarios reportaron que una de las entradas a la estación Hidalgo de la Línea 2 está inundada.
Fuerte lluvia retrasa servicio en Metro de la CDMX
Además de filtraciones, la lluvia retrasó el servicio en las Líneas 2, 3, 4, 5, 8, 9, A y B, por lo que el STC exhortó a los usuarios del Metro de la CDMX a tomar previsiones. Sumado a ello, se sugirió a los pasajeros utilizar zapatos con suela antiderrapante y caminar con cuidado, para evitar resbalar en superficies resbalosas.
La razón por la que el avance de los trenes es más lento cuando llueve es que los operadores implementan marcha de seguridad, una medida preventiva que se aplica para cuidar la integridad de los usuarios y la operatividad del sistema de transporte.
Esta marcha consiste en reducir la velocidad de los trenes a 35 km/h como máximo para aumentar la precaución durante la operación. Se implementa principalmente cuando llueve debido a varios factores de riesgo asociados con las condiciones climáticas adversas.
La lluvia puede afectar la adherencia de los trenes a las vías, aumentando la posibilidad de deslizamientos y reduciendo la eficacia del frenado. Además, las vías mojadas pueden tener un mayor riesgo de cortocircuitos y otros problemas técnicos.
En ese sentido, la implementación de la marcha de seguridad es crucial para minimizar los riesgos de accidentes y garantizar un traslado seguro para los pasajeros. Aunque puede causar retrasos en el servicio, es una medida necesaria para mantener la integridad del sistema y la seguridad de los usuarios.