El presidente Gustavo Petro se reunió, el 20 de agosto, con el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, para discutir sobre la polémica idea de las “inversiones forzosas” para los bancos, que estaría incluida en el plan de reactivación económica de Colombia y que sería presentado en la actual legislatura del Congreso de la República.
Como se recordará, esta iniciativa se explica como un mecanismo mediante el que se otorgan créditos a personas o sectores que habitualmente no tienen acceso a ellos por falta de capacidad crediticia. Con esto, los bancos serían obligados a destinar una parte de sus recursos financieros a inversiones en proyectos que elija el Gobierno.
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Tras esta, Malagón aseguró que fue una conversación constructiva, una conversación franca, propositiva entre los bancos y el Gobierno nacional, donde se sentaron a evaluar los mecanismos de financiamiento y examinar lo que será el plan de reactivación económica.
Según dijo el dirigente gremial, la conversación aún no concluye y habrá un nuevo encuentro a finales de agosto.
“Salen varias aristas. Es una discusión profunda, en los mejores términos. La próxima semana, exactamente en ocho días, tendremos otra reunión para evaluar algunas alternativas y algunas cosas que salieron sobre la mesa y queremos, la próxima semana, comunicarle al país a qué acuerdo llegamos”, afirmó el presidente de Asobancaria.
En la reunión estuvieron presentes gerentes de los bancos del país. A su vez, el presidente Petro estuvo acompañado de la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Laura Sarabia; el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla; el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, así como el superintendente Financiero de Colombia, César Ferrari.
Propuesta inconveniente
Sobre este asunto, el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, había dejado ver su punto de vista por medio de X, el 13 de agosto de 2024. El dirigente dejó claro que el sector financiero considera que la propuesta de “inversiones forzosas” resulta inconveniente, porque constituye un mecanismo de represión financiera que limita el crédito para otras actividades.
“Es un subsidio cruzado que reduce los fondos prestables, por lo que la mayoría de los colombianos tendría que pagar una tasa de interés más alta para que los sectores beneficiados cuenten con una más baja”, afirmó.
Malagón dio a conocer que ya se tuvo un diálogo abierto y constructivo con el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), el Ministerio de Hacienda, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Superintendencia Financiera y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para acordar mecanismos alternativos que impulsen el crédito al sector productivo y mejoren la profundidad financiera.
“Avanzar en un gran pacto por el crédito’ con criterios de eficiencia es la mejor vía para la recuperación económica. En cualquier caso, los ahorros de los colombianos en las entidades financieras no están ni estarán en riesgo”, finalizó en esa oportunidad el presidente de Asobancaria.
Incertidumbre en los mercados
Frente a lo que pasa con esta discusión, el expresidente del Banco Agrario de Colombia Francisco Mejía Sendoya lanzó una dura crítica contra el presidente Petro por la incertidumbre que generan sus mensajes los mercados.
“Fuera de los peligros e inutilidad de inversiones forzosas, hay que empezar por decir que su proposición parte de la base de que el problema en la economía es de oferta de crédito, cuando realmente es de demanda: nadie está invirtiendo por la crisis de confianza que genera Gustavo Petro”, expresó.
Según él, “claramente de lo que se trata es de regalar plata masivamente de cara a las elecciones del 2026. Y todo con la platica suya y mía”.