Los fabricantes de hielo alimentario en España enfrentan un verano atípico, un verano en el que el calor o, más bien, su ausencia, ha provocado una notable disminución en sus ventas. Así lo explican desde la Asociación de Fabricantes de Hielos Alimentarios de España (Asofies), desde donde aseguran que la facturación del sector podría cerrar el 2024 con una caída de hasta el 15 %.
Y la causa principal no es otra que el retraso en la llegada de las altas temperaturas. En 2024, la primera ola de calor del verano no comenzó hasta aproximadamente el 15 de julio, una subida de las temperaturas que llegó tarde en comparación con otros años, cuando el calor más acuciante comenzaba ya en junio o incluso durante el mes de mayo. Manuel Bustos, presidente de Asofies, lo explica en Infobae España. “Hay veranos que empiezan en abril y con eso ya comienza un verano entero de calor. Esta vez, hasta mediados de julio, hemos notado que la demanda ha sido inferior a la de otros años”, aclara el presidente de la asociación.
Un verano tardío que aumenta los costes
La temporada de alta demanda de cubitos de hielo, que comienza normalmente alrededor del mes de abril, este año se retrasó significativamente, lo cual, asegura Bustos, ha afectado a la producción y a las reservas de los fabricantes, incapaces de prever el comportamiento del clima.
“Nunca sabes el calor que va a hacer cada año. Este verano nos habíamos preparado para unas ventas normales y, en cambio, hemos tenido mucho tiempo el hielo en cámaras, aguantándolo. Esto tiene un sobrecoste para nosotros”, explica. En cuatro o cinco meses, el coste que supone guardar en sus neveras el hielo ya producido supera el beneficio de su venta. “El coste de guardar se ha comido el valor total del palé. O sea, a ese hielo no le ganas nada. Al revés, le estás perdiendo dinero”.
Además del impacto del clima, Bustos menciona otro factor crítico que, desde el punto de vista del sector, ha contribuido a la caída en las ventas: la desaceleración económica. La falta de actividad económica en bares y restaurantes, sus principales clientes y puntos de consumo clave del producto, ha resultado en una reducción de la demanda de hielo que ha tenido consecuencias. “Nos lo dicen los clientes; las terrazas están llenas, pero la economía española no está consumiendo tanto como antes”, explica.
El verano, en términos de hielo, está ya llegando a su fin y, a pesar de esta bajada en las ventas, los fabricantes han sabido capear el temporal. El sector ha encontrado alivio parcial mediante la exportación. La Asociación Europea de Hielo Envasado (EPIA) señalaba a EFE que las menores ventas en España durante junio se compensaron con las exportaciones a países como Hungría, que experimentaron alertas por calor y una mayor demanda de hielo.
A los problemas específicos de esta temporada se suman otros constantes, retos del sector que, aseguran desde Asofies, llevan años denunciándose. “El gran problema es que no encontramos trabajadores”, afirma Bustos. Especialmente grave es esta falta de personal durante el verano, cuando el sector necesita aumentar su plantilla, incluso duplicarla, para cubrir la demanda propia del calor estival. “Necesitamos gente que quiera hacer noches y fines de semana. Muchos fabricantes hemos tenido que reducir las horas de fabricación, lo que ha aumentado los problemas de cara al verano”, afirma el presidente de la asociación.
(Con información de EFE)