El caso de David Rueda, un menor de nueve años que escapó de su casa durante alrededor de 24 horas luego de que sus padres lo castigaran por hacer un reto de YouTube, ha generado conmoción en la opinión pública, principalmente por los motivos que llevaron a que el niño saliera de su hogar.
Antes de que fuera encontrado y llevado una fundación por una mujer que no fue identificada, lo último que se sabía sobre el paradero de David Rueda es que las cámaras de seguridad del barrio La Floresta Sur, en Kennedy, captaron el momento en el que el menor salió de su casa con su bicicleta.
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Además, los padres del niño revelaron que había dejado una carta en la que expresaba que dejaba su hogar debido a que ellos no lo apoyaban en su sueño de ser youtuber, puesto que la madre lo habría reprendido por quitarse una ceja el día anterior.
“Él desde muy pequeño viene con esa idea de ser youtuber, pero la verdad yo era la que le decía: “papá, yo lo apoyo, pero más adelante””, declaró la mamá de David Rueda a Noticias Caracol antes de que encontraran al pequeño.
La responsabilidad de los padres en estos casos
El caso de David Rueda ha hecho que los padres de familia se pregunten sobre la normalización que se ha generado sobre el uso de dispositivos electrónicos en los menores y los límites responsables que pueden tener en este aspecto. Para enfatizar en ello, en diálogo con Noticias Caracol, Marieth Lozano, especialista en psicología clínica, destacó aspectos importantes sobre este tema.
En primer lugar, Lozano destacó que es importante “Reconocer la importancia que tiene restringir el uso de las pantallas como medios de distracción, que es una práctica a la que recurren muchos los papas como un mecanismo para intentar mantenerlos entretenidos y cumplir con otras actividades”.
De este modo, afirmó que entiende que algunos padres entregan los dispositivos para poder tener comunicación con los menores en tiempos de trabajo, pero indicó que es crucial buscar que exista una supervisión la mayor parte del tiempo posible sobre el uso del teléfono.
“No, más allá de los controles, es la disposición para utilizarlos. Si esta es la finalidad, debemos recurrir a teléfonos que solo tengan esta función, pero son escasos en el mercado… Estaría el ejercicio de organizar horarios en los que se puede utilizar y el uso, si el uso es educativo como se generó en la pandemia, es importante no la supervisión, sino el acompañamiento del cuidador”, declaró Marieth Lozano.
Sobre cómo afecta el uso constante de menores en televisores, computadores y teléfonos, la psicóloga detalló los problemas que se han descubierto en este aspecto en los últimos años.
“Esto es algo que realmente estimula, cada vez nos damos cuenta de que para la generación actual de adolescentes es muy complejo el uso de las habilidades comunicativas y una de las variables está en el uso por ejemplo, de los emojis”.
Lozano recordó que no hay una edad recomendada para que un menor comience a utilizar tecnología por sí solo, puesto que en la adolescencia también existen riesgos con este tipo de prácticas.
“No es algo que este dictado, pero si es importante que no sea durante la infancia, más o menos cuando se va entrando en la adolescencia, cuando ya se puede hacer un ejercicio de regulación. Además, el acceso al internet aumenté a otros riesgos, a la exposición de la explotación sexual y estas situaciones”
Por último, Lozano afirmó que no es responsable prohibir que un menor sueñe con ser creador de contenido u oficios similares; sin embargo, destacó que ahí es cuando aumenta la importancia de la presencia de un adulto que pueda explicarle al niño las diferencias que existen entre esto y estudiar una carrera u otras situaciones.
“Eso se explica desde los modelos sociales en torno a estas personas, esto de ser youtuber han tomado mucha fuerza, porque venden la idea de acceso rápido a beneficios, es importante no negarles a los niños ver ese tipo de cosas, sino que estén acompañados por un adulto que entiende la diferencia y pueda ayudarle en el trabajo del seguimiento”, puntualizó.