El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió el nuevo curso político (el primero en mucho tiempo sin elecciones en el horizonte) con varias promesas. El líder del Ejecutivo puso especial énfasis en el ámbito de la fiscalidad a través de medidas que profundicen en un reparto más equitativo de los impuestos. Además de pedir a los gobiernos autonómicos que asuman una mayor corresponsabilidad fiscal, Sánchez dejó clara su intención de redoblar sus esfuerzos para poner coto a los ricos.
“Vamos a seguir avanzando hacia una fiscalidad más progresiva, con impuestos que graven más a quienes más tienen y orienten el modelo productivo. Pondremos en marcha nuevas acciones destinadas a acotar los privilegios desproporcionados de ciertas élites y a gravar fiscalmente a quienes ya tienen en el banco suficiente dinero para vivir cien vidas. Lo haremos, insisto, no para perjudicar a los millonarios, sino para proteger a las clases medias y trabajadoras de un sistema injusto”, auguró.
Aunque en Moncloa rehúsan concretar cómo se va a materializar este aviso, fuentes de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, señalan a Infobae España que el socio minoritario y los socialistas tienen previsto abordar en el marco de la negociación presupuestaria, cuando se retome, varias medidas fiscales que se quedaron en el aire en marzo. En concreto, subir el impuesto a los ricos y crear uno para las grandes herencias, además de retomar el compromiso de la mejora de la progresividad en el IRPF.
PSOE y Sumar habían avanzado en las conversaciones sobre los Presupuestos de 2024, pero el presidente del Gobierno decidió prorrogar las cuentas públicas de este año tras el adelanto electoral en Cataluña. Esto pausó los trabajos entre los equipos negociadores de ambas formaciones que sostienen la coalición, que están pendientes de reactivarse ante la promesa del Ejecutivo de presentar un proyecto presupuestario para 2024.
Medidas fiscales
En este sentido, voces cercanas a Díaz sostienen que Sumar apretará para retomar la negociación en el seno del Gobierno en este punto. Según estas fuentes, ambos socios avanzaron en la “necesidad” de reforzar el impuesto de solidaridad de las grandes fortunas mediante una subida de los tipos, en la línea de lo expuesto por el presidente del Gobierno en su discurso de apertura del curso político.
A pesar de la presión dentro del Gobierno por parte de Unidas Podemos, no fue hasta septiembre de 2022 cuando el PSOE se abrió a crear un impuesto a las grandes fortunas, que entró en vigor en diciembre de ese año y se ha vuelto a prorrogar en 2024. Este tributo se incorporó a la propuesta legislativa por la que se establecieron gravámenes temporales a las energéticas y a la banca. En este sentido, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, celebró el pasado miércoles en una entrevista en la Cadena Ser el “éxito” de estas figuras impositivas a pesar de las reticencias iniciales.
“Ha conseguido recaudar una cantidad sustancial de dinero, en torno a dos décimas del PIB, cerca de 3.000 millones de euros, lo que ha ayudado a financiar el escudo social para frenar el impacto de los precios en los hogares y las empresas. También, ha sido compatible con los mejores resultados de la historia de estas empresas. Está más que justificada esta imposición en esta situación extraordinaria para ambos sectores”, defendió el titular de Economía.
Asimismo, PSOE y Sumar tienen previsto estudiar la posibilidad de establecer un nuevo impuesto a las “grandes herencias”, con un funcionamiento similar a la anterior figura tributaria, creada hace dos años y que grava con una cuota adicional los patrimonios de las personas físicas de cuantía superior a los tres millones de euros. Con la creación de un impuesto de sucesiones a nivel nacional, el Gobierno buscaría hacer frente al desafío de las comunidades (la mayoría del PP) que han suprimido este tributo, como Madrid, Galicia, Murcia o Castilla y León.
Avanzar en la mejora de la progresividad en el IRPF
Por otro lado, el Gobierno tiene entre sus manos el incremento de la tributación de las rentas del capital para “acercarla a la de las rentas del trabajo”, tal y como recuerdan en Sumar. Según el acuerdo de coalición sellado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, ambas formaciones se emplazaron a impulsar una reforma global del sistema fiscal español para “mejorar su progresividad y acortar la brecha de ingresos sobre el PIB respecto a la media europea (46% del PIB) al final de la legislatura”.
Entre las medidas, esta reforma tiene el reto de asegurar que “se alcanza el 15% efectivo de tributación sobre el resultado contable de las grandes empresas en el impuesto de sociedades en los términos acordados a nivel global y en la UE, la mejora de la progresividad en el IRPF, un trato más igualitario de la tributación de las rentas del capital y del trabajo en este impuesto”.
