Este 7 de septiembre fue inaugurado el Museo Histórico de Felipe Carrillo Puerto para narrar 174 años de historia, destacando las luchas y logros de la comunidad maya. La inauguración contó con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la presidenta electa Claudia Sheinbaum y la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa.
El viaje a Felipe Carrillo Puerto comenzó en Tulum y se realizó a bordo del Tren Maya, resaltando el compromiso del gobierno con el desarrollo de la región. Durante la inauguración, el presidente López Obrador agradeció al pueblo maya su apoyo a la Cuarta Transformación, destacando que el motor del cambio es el pueblo. Sumado a ello, expresó su satisfacción al término de su administración, asegurando que se ha reducido la pobreza y la desigualdad de manera significativa, citando datos del Banco Mundial que indican que casi 10 millones de mexicanos han salido de la pobreza entre 2018 y 2023.
Claudia Sheinbaum, próxima presidenta, aseguró que continuará con los principios de la Cuarta Transformación y que su gestión incluirá un reconocimiento especial al trabajo femenino.
Mara Lezama, por su parte, resaltó que la rehabilitación del museo busca mantener viva la memoria de un pueblo tenaz y rebelde en la búsqueda de sus ideales. Destacó la historia de María Uicab, una mujer adelantada a su época que fue reconocida como reina sacerdotisa y jefa militar de los cruzo’ob. Asimismo, enfatizó que estas acciones marcan un antes y después en la forma de gobernar, promoviendo una prosperidad compartida y reduciendo las brechas de desigualdad.
El museo se divide en varias salas temáticas. En la Sala Uno, se resalta el legado de la Guerra de Castas y la búsqueda de autonomía mediante exhibiciones que reflejan la valentía y determinación de los líderes mayas. La Sala Dos aborda la creación de ejidos y cooperativas para negociar con empresas extranjeras en respuesta a la alta demanda de chicle durante las dos guerras mundiales.
La Sala Tres explora el impacto de la enseñanza del español en las primeras décadas del siglo XX y cómo esta educación generó recelo debido a la posible erosión de la identidad maya. Hacia los años cincuenta, la mediación cultural de los maestros permitió que se reconocieran los beneficios del bilingüismo.
En la Sala Cuatro, se honra las prácticas ancestrales de la milpa y la apicultura con la abeja melipona, subrayando la sostenibilidad y reafirmando la esencia de la cosmovisión maya. Esta sala también incluye la irrupción del turismo en 1971 y cómo este nuevo sector se convirtió en una oportunidad de desarrollo, aunque a veces en conflicto con las actividades tradicionales.
Finalmente, el arte popular maya, conectado con la espiritualidad, es el centro de la Sala Cinco , donde se exponen cómo la creatividad humana se entrelaza con lo sagrado, ofreciendo una conexión profunda con las raíces culturales de la comunidad.