El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, advirtió en la Asamblea General de la ONU sobre el grave deterioro de la democracia en la región, tomando a Venezuela como ejemplo. “En América Latina tenemos el ejemplo de Venezuela, que combina la concentración del poder, la persecución de la oposición y la censura a los medios”, afirmó Abinader.
El mandatario resaltó la necesidad de publicar todas las actas electorales y verificar su transparencia para garantizar la legitimidad de los resultados de las presidenciales del pasado 28 de julio, en las que Nicolás Maduro se declaró ganador y consideradas fraudulentas por la oposición y gran parte de la comunidad internacional.
“Sin esta publicación no puede declararse un ganador legítimo”, subrayó.
Abinader criticó la tendencia a la reelección indefinida en la región, señalando que en los últimos 30 años esta práctica ha ganado fuerza, debilitando las instituciones democráticas.
“La alternancia en el poder es un elemento esencial para un ejercicio político responsable”, dijo, añadiendo que “en democracia el perdedor tiene que aceptar la derrota y el ganador no puede doblegar al derrotado”. Estas palabras hicieron eco de su preocupación por el avance del autoritarismo y la erosión de la confianza ciudadana en la democracia.
En su intervención, Abinader reiteró el compromiso de República Dominicana con la paz y el multilateralismo, llamando a un “nuevo modelo de gobernanza global” para enfrentar la triple crisis del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
“República Dominicana es un pueblo defensor de la paz”, dijo. Alzamos nuestra voz para reclamar la protección efectiva de la población civil conforme al derecho humanitario”.
Abinader también hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para intervenir en la crisis en Haití, que describió como una situación crítica para toda la región.
“Solicitamos con firmeza el involucramiento de la comunidad internacional en la estabilización de Haití”, declaró. Abinader destacó que el Estado dominicano ha asumido una gran responsabilidad al proporcionar servicios esenciales como salud y educación.
Al referirse a la misión desplegada este año en Haití, destacó que sólo han llegado al terreno 400 efectivos del mínimo de 2000 que harían falta para reducir la violencia de las pandillas, además de que los recursos financieros para esa operación están muy por debajo de los prometidos por los actores internacionales.
En este sentido, advirtió que si bien llevar la misión a buen término sería un éxito para todos, el fracaso tendría un gran alcance: “Si se desploma [la misión], el colapso será inminente y tendrá consecuencias en toda la región”.