Nació el seno de una familia vinculada a la industria del entretenimiento en los Estados Unidos. Sin embargo, Gwyneth Paltrow odia que le enrostren que proviene de una cuna de oro. Lo dijo en 2022, cuando afirmó que los hijos de celebridades tienen que demostrar su valor más que las personas que no están emparentadas con los ricos y famosos.
Nacida el 27 de septiembre de 1972 en Los Angeles, California, como Gwyneth Kate Paltrow, su madre, Blythe Danner, es una reconocida actriz ganadora del Premio Tony. Y su padre, Bruce Paltrow, fue un notable productor y director hollywoodense. Como si fuera poco, su padrino es nada menos que Steven Spielberg, con quien comparte cada año el Día de Acción de Gracias en su casa de los Hamptons. Aunque no se puede negar que empezó su carrera desde una posición algo acomodada, enseguida dio señales de ser una actriz de talento.
Cuando Gwyneth tenía once años, la familia se mudó a Massachusetts, donde su papá comenzó a trabajar en producciones teatrales. Fue allí donde recibió su formación actoral, siempre bajo la tutela de sus padres. Se graduó de la escuela para chicas Spence en la ciudad de Nueva York y regresó a la Costa Oeste, donde asistió a la Universidad de California en Santa Bárbara para estudiar Historia del Arte, carrera que abandonó al darse cuenta de que no era su auténtica pasión.
Dio sus primeros pasos en la actuación a los 18 años en el teatro, y al año siguiente debutó en el cine con Shout (1991), compartiendo pantalla con John Travolta. Luego, Paltrow tuvo un gran papel en Se7en: los siete pecados capitales (1995), junto a Brad Pitt y Morgan Freeman, película que le abrió las puertas a proyectos más ambiciosos, como Shakespeare apasionado (1998), con la cual alcanzó la fama internacional y el Oscar como Mejor Actriz.
Prácticas polémicas
En 2008, Gwyneth diversificó su carrera con el lanzamiento de su blog, Goop, que se convirtió en una plataforma influyente de estilo de vida, bienestar y moda. Con los años la empresa de Paltrow se fue noticia no sólo por su éxito, sino también por sus polémicas. Una de las primeras prácticas que fomentó y que llamó la atención fue la vaporización vaginal. En un posteo del 2015, dijo: “Te sientas en un mini trono, y una combinación de infrarrojos y vapor de artemisa limpia tu útero. Es una liberación energética que equilibra los niveles hormonales femeninos”. Varios ginecólogos se pronunciaron en su contra, alegando que “la vagina no produce hormonas y que existen riesgos importantes, como quemarse o contraer una infección”. Otros afirmaron que la de Paltrow era una mala idea porque “vaporizar la vagina con ajenjo o artemisa no le hará nada a tus hormonas porque estas plantas no son hormonas”. A pesar de los comentarios negativos, Paltrow se mantuvo firme, declarando que la práctica “lleva miles de años en la medicina coreana y tiene propiedades curativas reales”. La actriz afirmó que si ella le encontraba beneficios y el asunto recibía tanta publicidad, “todos salimos ganando”.
En el 2018, Goop fue multada por sugerir a las mujeres que se insertaran un huevo de cristal en la vagina. La marca afirma que los huevos, que Goop aún vende por 66 dólares, pueden equilibrar las hormonas y los ciclos menstruales. La oficina de protección del consumidor de California determinó que era mentira y los multó con 145 mil dólares. Especialistas salieron a decir que mantener ese huevo dentro de la vagina exigiría una contracción muscular que podría provocar dolor pélvico, afectar al PH o a las bacterias naturales de la vagina, y provocar infecciones o incluso el síndrome de shock tóxico. La empresa de Paltrow pagó la multa pero le restó importancia, emitiendo un comunicado que decía: “Aunque Goop cree que hay un desacuerdo razonable, quisimos resolver este asunto de forma rápida y amistosa”.
Si bien Gwyneth respaldó prácticas poco convencionales, pocas fueron tan controvertidas como la terapia con veneno de abeja. La actriz promovió la idea de dejarse picar “a propósito” por abejas en nombre del cuidado de la piel. “Es un tratamiento milenario llamado apiterapia. La gente lo usa para disminuir inflamaciones y cicatrices”, reveló y admitió que el proceso era doloroso, pero que “el tratamiento curó una lesión que tenía”. Los médicos una vez más salieron a contradecirla. La BBC informó que una mujer en España tuvo una reacción alérgica grave a esta terapia y falleció a consecuencia. También el actor Gerard Butler contó que la inyección de veneno de abeja lo llevó al hospital.
Otro de los escándalos fue a causa de la Goop Health Summit 2019 —una especie de retiro que organiza la compañía— para la cual los asistentes desembolsaron 5.700 dólares por pasar un fin de semana de bienestar con Paltrow y su equipo en Londres. Muchos dijeron sentirse estafados y llamaron a Paltrow “extorsionadora”. Algunos opinaron que la actriz no estaba tan disponible y que sólo “hizo lo mínimo: unas charlas junto al fuego con Twiggy y Penélope Cruz, luego se puso sus sandalias y se fue”. La protagonista de Iron Man no es ajena a las críticas por el comportamiento de su empresa, y se defendió: “Hubo un par de veces en las que pensé, ‘Voy a dejar de hacerlo. La gente es muy mala conmigo’”.
Las críticas siguieron en el 2020, cuando Goop empezó a vender la vela cuyo aroma se titula This Smells Like My Vagina (Esto huele como mi vagina) en colaboración con Heretic Parfum. Explicando el origen del producto, Paltrow recordó que estaba pensando en ideas cuando bromeó diciendo que había un olor agradable que le recordaba a su vagina. Aunque empezó como un chiste, le gustó y la idea se materializó. Pero una vez más fue el blanco de los malos comentarios. Martha Stewart la juzgó, insinuando que sólo quería llamar la atención. Pronto surgieron consumidores exponiendo que la vela era peligrosa, que había explotado provocando llamas y demandaron a Goop.
Un divorcio anunciado
Luego de haber formado una de las parejas más emblemáticas de la farándula hollywoodense en los años 90, cuando se enamoró a primera vista con Brad Pitt mientras filmaban juntos, Paltrow volvió a ser la mujer de un hombre deseado: Chris Martin.
Paltrow y el líder de Coldplay se conocieron en 2002, cuando ella fue invitada al backstage para conocer a la banda luego de un concierto. Al año se casaron y formaron su familia hasta que todo terminó. En el 2014, la pareja recibió reproches cuando anunciaron su divorcio. No fue la separación en sí lo que molestó, sino el hecho de que usaran la frase “desvinculación consciente”. Gwyneth compartió que había usado ese término para procesar el dolor del divorcio y proteger a su familia. Ante toda la atención negativa que recibió el posteo, la actriz admitió que esa decisión fue contraproducente: “Había toda una parte del mundo que se volvió contra nosotros. Fue brutal”. De todos modos, confesó que esperó años para decir que quería divorciarse, aún cuando hacía tiempo se había dado cuenta de que su matrimonio había terminado. “Sentía mucho dolor”, dijo.
El matrimonio duró más de una década y tuvo dos hijos: Apple (20) y Moses (18). Se separaron después de un soñado cumpleaños de Paltrow en Italia, como contó más tarde, revelando lo que estaba pasando por su mente en aquel momento: “Era mi cumpleaños, el número 38. Mi ex marido y yo estábamos escondidos en la campiña toscana, sobre una colina en una hermosa cabaña con vista al bosque. Se acercaba el otoño; las hojas apenas estaban aflojando su agarre sobre el verde brillante. En el interior, la cabaña estaba decorada de la forma en que sueñas para un viaje de cumpleaños. No recuerdo cuándo sucedió exactamente. No recuerdo qué día del fin de semana era ni la hora del día. Pero sabía que mi matrimonio había terminado”. Paltrow describió que la sensación persistente era como una alarma que sonaba en su cabeza. Hizo todo lo posible por reprimir esos sentimientos, tratando de convencerse de que “los matrimonios tienen sus momentos débiles”. Sin embargo, en el fondo sabía que había descubierto algo. “Lo que sí recuerdo es que lo sentí casi involuntario. Intenté sofocar ese conocimiento, empujarlo hacia abajo; convencerme de que había sido un pensamiento fugaz, de que el matrimonio es complicado y tiene altibajos. Pero lo sabía. Estaba en mis huesos”. Así, tres años más tarde, la pareja anunció su separación, y su divorcio finalizó en 2015. Hoy siguen siendo buenos amigos y hasta estuvieron juntos en Buenos Aires durante la gira de la banda en 2016.
Volver a amar
Al mismo tiempo que Gwyneth Paltrow comenzó con su sensación de “matrimonio roto”, conoció a quien es su actual marido, Brad Falchuk. Se vieron por primera vez en 2010 cuando ella apareció en la serie de televisión que él producía, Glee, aunque en aquel momento no tuvieron un acercamiento íntimo. Una vez ella estuvo divorciada, se pusieron de novios y cuatro años después se casaron. La boda fue el 29 de septiembre de 2018, con una ceremonia en los Hamptons. La pareja tuvo una “luna de miel especial” que incluyó a “todo el mundo”: los hijos de ambos, otra familia amiga con sus cinco hijos y Chris Martin, el ex marido de Paltrow: “Me alegra decir que mis ex son buenos amigos. Fue un viaje fantástico, uno de esos que sólo podés hacer una vez en la vida”.
Desde que protagonizó Avengers: Endgame (2019), la actriz sólo participó en pequeños papeles. Actualmente se unió al elenco de la próxima película Marty Supreme, producida por A24, que marcará su primer protagónico en pantalla desde hace tiempo. En los últimos años, Paltrow se alejó de la actuación para centrarse en Goop, pero además para dedicarse de lleno a la maternidad: “Cuando tuve a mi hija Apple, todo se sintió redefinido para mí y pensé: ‘No estoy segura de querer hacerlo’. No voy a irme durante meses”. Los 52 años parecen ser un buen momento para su gran vuelta al cine.