El mercado inmobiliario en Colombia es uno de los más rentables y por ello cada vez son más las personas que buscan invertir en este. Cifras demuestran que recientemente se experimentó un notable incremento en el valor de las propiedades, en especial, en los estratos 3 y 4, según datos de la plataforma especializada Metrocuadrado.
Dicho fenómeno se observa muy bien en Bogotá, principalmente, en localidades como Suba, Engativá y Kennedy, donde las viviendas registraron un aumento importante en la valorización en los últimos años.
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Este crecimiento en el valor del metro cuadrado, que alcanzó hasta $1,1 millones, representa una oportunidad para los propietarios, que pueden beneficiarse de arrendar a precios elevados o vender sus propiedades a precios atractivos.
El aumento en los valores de las propiedades es un indicador de una economía en crecimiento, lo que sugiere una mayor demanda de bienes raíces y un incremento en la confianza del mercado por los inversionistas, tanto locales como extranjeros. El fenómeno está impulsado por la estabilidad económica y el crecimiento de la clase media, que busca adquirir viviendas o invertir en el sector inmobiliario.
Para los propietarios, el incremento en el valor de las propiedades no solo aumenta el patrimonio neto, sino que también les ofrece más opciones de financiamiento. Con un activo más valioso, pueden refinanciar hipotecas en condiciones más favorables o utilizar sus propiedades como garantía para obtener préstamos, lo que les permite reinvertir en otros sectores y estimular aún más la economía.
Cartera y mercado inmobiliario
Un informe especial de estabilidad financiera del Banco de la República en el que se analizó la cartera y del mercado inmobiliario en Colombia en septiembre de 2024 reveló que en un contexto de mejor desempeño de la actividad económica desde finales de 2023 y una caída de la inflación que ha soportado un escenario de menores tasas de interés, el Producto Interno Bruto (PIB) del sector constructor continúa cayendo por cuenta de la contracción del sector residencial y no residencial.
Por otro lado, agregó el Emisor, el portafolio de créditos de vivienda también se contrae, con excepción de los créditos indexados a la inflación.
Oferta y demanda de vivienda nueva
En cuanto a la oferta de vivienda nueva, se ve una desaceleración en las unidades disponibles, en particular en el segmento de viviendas de interés social (VIS), y el ritmo de licencias aprobadas para construcción de vivienda está estable, por lo que se espera que esta dinámica de la oferta continúe.
Por el lado de la demanda, luego de altos niveles de contracción registrados en los últimos dos años, se observa un cambio de tendencia que podría materializarse en un crecimiento positivo de las ventas de unidades nuevas en los próximos meses (registró un crecimiento del 5,7% en agosto, según Camacol).
“Los distintos índices de precios sugieren una tendencia hacia sus valores de largo plazo: mientras que los índices de precios de vivienda nueva y usada decrecen cada vez menos, los arriendos parecen iniciar una fase de descenso luego de alcanzar ritmos de expansión históricos a finales de 2023. A nivel internacional, el comportamiento en los precios de vivienda nueva se enmarca en la tendencia registrada por los países de la Ocde”, dice el banco central.
Calidad de la cartera
El análisis de riesgos expone que la calidad de cartera para la adquisición de vivienda presenta una tendencia de deterioro en los últimos dos años, y hacia adelante podrían presentarse deterioros adicionales en particular en el segmento de la cartera indexada a la inflación.
Por otro lado, un análisis del sector constructor residencial encontró que las empresas con baja y mediana participación en el mercado que tienen dificultades para vender sus proyectos son aquellas que aumentaron en mayor medida su mora en los últimos dos años.