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Quienes llevan su ‘camello’ al hombro en la Central de Abastos de Bucaramanga

Sin importar que sea una madrugada helada en la Central de Abastos de Bucaramanga o si ‘el mono’ está más picante de lo normal, por los pasillos que separan las bodegas con los parqueaderos se moviliza el medio de transporte más importante que hay en el recinto: sus fuertes ‘coteros’

Al observar a los hombres y mujeres de distintas edades que se dedican a este oficio, es común compararlos con las hormigas trabajadoras. No solo por el hecho de que cargan varias veces su peso al día, sino también porque cuentan con una sincronía excepcional con sus compañeros de carga y descarga.   

“Al inicio empezamos sólo 46 personas y nos dedicábamos al cargar bultos e incluso un tiempo barríamos toda la central en dos horas” relató Luis José Colmenares Barrera, el operario de carga con más años de experiencia en todo centro de acopio. 

A sus 74 años, todavía se le mide a transportar varios cartones de huevo y demás mercancía que llegue en los furgones. 

Los operarios de carga pueden movilizarse entre 50 a 100 metros con la mercancía al hombro. Cada bulto o canastilla tiene un peso regulado de máximo 50 kilogramos.

Barrera es el vivo ejemplo de lo que significa ser un operario de carga en Bucaramanga: noble, servicial, aunque no se va como Popeye, demuestra que sí se come la sopa, y, finalmente, realiza su trabajo de manera honesta. 

Cuando creció exponencialmente la cantidad de ‘brazeros’ que ayudaban a la operación de la central, surgió la necesidad de darle orden y dignidad al ‘camello’. 

Es por eso que surgió Asobrasan, la Asociación de Brazeros de Santander. Sin embargo, esta iniciativa no duró mucho tiempo. No obstante, el primer impulso ya estaba hecho.

Por lo que en 2012, inició la gestión de organizar a todos los trabajadores de la fuerza en una entidad que se encargara de brindarles educación técnica y regular aspectos como la vestimenta y los modales. 

Iber Antonio Mora García transporta docenas de canastillas para sostener a sus seis hijos. Él es oriundo de Aguachica, Cesar. / FOTOS: FELIPE JAIMES LAGOS. 

Quien presentó la propuesta a la gerencia fue Jorge Meneses Velasco, quien cumple 25 años de servicio y empuje. Tras la insistencias y compromiso de los trabajadores, nació Asoinpecar, la asociación que cuenta con oficina propia, carnetización y la base de datos de los más de mil operarios de carga de toda la Central de Abastos de Bucaramanga. 

Así estos hombres y mujeres pasaron de ser ‘caletos’ a convertirse en operarios hechos y derechos, que sueñan con uniformes pa’ todos y un seguro a un precio accesible ya que la situación está ‘pesada’. 

A pesar de que es un ‘camello’ duro, también es la oportunidad para que varios jóvenes, adultos mayores, madres cabeza de familia, víctimas del conflicto armado e incluso migrantes logren sostenerse, por más peso tenga la carga o la vida.

¿La situación está ‘pesada?

El mayor peso con el que tienen que cargar los operarios de la Central de Abastos es la cantidad de dinero diaria. “Antes usted salía con 150 mil o 200 mil pesos diarios. Hoy nos hacemos 80 mil pesos, trabajando casi 10 horas” reveló Iber Antonio Mora García, ‘cotero’ con 16 años de experiencia.

Usualmente en este oficio se trabaja desde la 1:00 de la madrugada a 10:00 de la mañana recibiendo mercancía. Y la otra jornada es de 1:00 de la tarde hasta las 8:00 de la noche arreglando las cargas para el siguiente día. Los días de mayor intensidad son: martes, jueves y sábado.

No ha soltado su oportunidad

Jesús Manuel Vera es un migrante venezolano que llegó a Bucaramanga hace cinco años. Con 54 años de vida, ser operario de carga fue la primera oportunidad estable que se le presentó. Desde entonces, no ha soltado este sustento, por más pesado que sea.  

Unidos por una mejor ‘carga’ de trabajo

Con seis años de historia la Asociación Integrada de Operarios de Carga y Servicios Logística, Asoinpecar, se encarga de formalizar y dignificar este oficio dentro de la central. Actualmente cuentan con 1.200 miembros. José Libardo Álvarez es el actual representante legal.

35 años: ‘trasteando’ costales

Oriundo de Soatá, Boyacá, Luis José Colmenares es un hombre único en toda la Central de Abastos de Bucaramanga. Los 74 años de edad son sólo un número, porque todavía se le ve por los pasillos del recinto transportando todo lo que llega del campo.

Redacción y fotografía: Felipe Jaimes Lagos (X).

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