Hubo un tiempo, algo lejano ya, en que el Perú tuvo la dicha de presenciar la llegada del mítico Ronaldinho en un puñado de partidos de exhibición. Desde luego que no fue nada sencillo realizar aquellas gestiones por la trascendencia del deportista que en su momento llevó la ‘10′ de Brasil y puso al mundo a sus pies por su talentoso juego con la pelota.
Los únicos clubes locales que pueden presumir de haber tenido a ‘Dinho’ sus filas son Sport Boys y Cienciano. Precisamente el último hizo denodados esfuerzos económicos para que el otrora astro aterrizara en el ‘Ombligo del Mundo’ y diera un espectáculo sin igual.
Su llegada al Cusco se gestó por intermedio de Abel Lobatón y de manera inesperada. “Estaba en Colombia, estudiando la universidad, y un amigo me llama para comentarme que tiene a unos amigos de Cienciano que querían contratar a Ronaldinho”, partió diciendo en una entrevista con el programa Tiempo Muerto.
“Entonces le digo que más tarde lo llamo y al terminar de hablar con él le digo qué tengo que ver con Ronaldinho. Lo llamo en la noche y me dice que jugué en Brasil y debía tener a alguien que llegue él”, acotó en medio de las risas de los productores del espacio de YouTube.
Fue tan particular el desafío que Lobatón se lo tomó personal: “La gente lo buscó por todas las páginas, por todos lados. Dije que me dé 24 horas. Hago una llamada y me dicen ‘toma, escríbele, este es el número de su hermano Roberto’. Él jugó con el ‘Chorri’. Entonces a través de eso llegué a Ronaldinho”.
“Le digo, ‘hola, Roberto; soy Abel Lobatón’. Me dice que sabía quién era y que no había problema. Le digo que entre 15 o 20 días estaba llegando con la gente para cerrar el negocio. Un día sábado, en Cali, no sé qué se me da por escribirle y me comenta que iba a China y luego a Dubái. Ahí me dice que tenía hasta el martes para ir a Copacabana. Llamé a mi amigo y el domingo todos estuvimos allá con la gente del Cienciano para traer a Ronaldinho”, sumó.
De la incredulidad a la sorpresa
Una vez instalados en las playas de Copacabana, Lobatón y compañía fueron a un restaurante fastuoso para reunirse con el mánager de Ronaldinho. Pero uno de los directivos de Cienciano desconfiaba de las tratativas: “Este no conoce a nadie, nos ha traído por las puras y a comer carne”.
De pronto, de un Mercedes Benz desciende Roberto para conversar brevemente con Abel y conocer la propuesta. Sin mayores detalles, lo invita junto a la cúpula del Cienciano a la residencia de Ronaldinho para cerrar el trato, aunque la comitiva peruana se mostraba incrédula.
Y esa sensación se hizo mayor cuando se percataron que no eran los únicos empresarios que querían cerrar un negocio con el retirado futbolista. “Llegamos a su casa, nos tomaron fotos de todos los perfiles, y se escuchaba bulla. Llegamos y había gente de Dubái, Europa y China. No éramos los únicos, todos querían hablar con Roberto para cerrar y llevarlo a todos los países”, relató.
El precio por Ronaldinho
A pesar de ese inconveniente, los representantes del ‘papá’ se encontraban felices y cambiaron su postura con respecto a Lobatón, quien no estaba dispuesto a divertirse ni pasar el rato en el domicilio de Ronaldinho hasta firmar el contrato que lo convirtiera en una estrella inesperada en el Inca Garcilaso de la Vega.
El contexto, de repente, se volvió tenso por una imprudencia de un hombre de Cienciano, aunque eso no afectó el trato que ya tenía un monto estipulado. “Roberto abrió una puerta, me sentó a su lado y antes ya habíamos hablado de los montos: fueron 350 mil dólares”, reveló a Tiempo Muerto’
Sin ir muy lejos y obviando detalles, el hermano mayor de ‘Dinho’ quedó conforme con lo presentado y exigió el contrato para firmarlo rápidamente. Sin embargo, sucedió una desprolijidad que pudo tirar abajo el negocio.
“Saquen el contrato dijo y todos se miraron las caras. Nadie tenía el contrato. Fueron hasta allá y nadie tenía el contrato”, explicó Abel, quien para buena suerte pudo cumplir con su cometido por la confianza ganada con Roberto: “Agarró y dijo que no se preocupen, que me enviaban a mí con el contrato y tomábamos las fotos y videos [de la firma]”.
De esa manera pudo obrarse la llegada de Ronaldinho en junio del 2016 para un entretenido partido contra Sporting Cristal, que acabó con un claro marcador de 3-0 a favor de los locales. Desde luego que los pases y jugadas vistosas del eterno ‘10′ de Brasil eclipsaron a los anotadores de la jornada.