En el mundo animal, la capacidad de visión juega un papel crucial en la supervivencia y adaptación de las especies. Sin embargo, existe una fascinante diversidad de animales que han aprendido a prosperar sin la capacidad de ver. Desde criaturas marinas hasta mamíferos terrestres, la naturaleza ofrece numerosos ejemplos de animales ciegos que desarrollan extraordinarias habilidades para sobrevivir en sus entornos. Según National Geographic estos son algunos de los animales ciegos que existen en el universo.
Lirones pigmeos
Un estudio reciente publicado en la revista Science ha revelado que los lirones, pequeños roedores son ciegos y utilizan la ecolocalización para navegar en su entorno. La investigación, dirigida por Peng Shi del Instituto Kunming de Zoología en la Academia China de las Ciencias, confirmó esta capacidad en las cuatro especies del género Typhlomys. Estos animales emiten chillidos de alta frecuencia y escuchan los ecos que rebotan en los objetos cercanos para moverse de manera efectiva en la oscuridad.
Según National Geographic, este hallazgo refuerza estudios anteriores, como el de 2016 de la bióloga Aleksandra Panyutina del Instituto Severtsov de Ecología y Evolución en Moscú, que había encontrado indicios de ecolocalización en lirones vietnamitas. Panyutina registró vocalizaciones similares en frecuencia y cadencia a las de los murciélagos.
Rebecca Whiley del Sensory Biophysics Lab de la Universidad de York explicó a National Geographic que la ecolocalización permite a los lirones crear un mapa mental efectivo de su entorno, que destaca la diversidad y complejidad de los métodos sensoriales en los mamíferos y abriendo nuevas líneas de investigación
Astyanax mexicanus
Un equipo de investigadores de la Universidad de Lund, Suecia, ha revelado por qué algunos animales pierden la visión. Según el estudio, publicado en Science Advances, la escasez de alimento en las cuevas lleva a que esta especie necesite conservar energía, y la falta de vista representa un ahorro significativo en este aspecto.
El objeto del estudio fue el Astyanax mexicanus, un pez que se distribuye por ríos de Texas y México y que también ha sido introducido en Filipinas. Este pez ciego se ha vuelto popular en acuarios recientemente. Los investigadores sugieren que el ahorro de energía podría ser una característica común en otros animales que viven en la oscuridad de las cuevas, como arañas y cangrejos.
Damian Moran, líder de la investigación, explicó a National Geographic que “la gran demanda de energía de las células y neuronas fotorreceptoras hace que la visión sea costosa. En cuevas con poca disponibilidad de oxígeno y alimento, la selección natural tiende a favorecer a aquellos individuos con capacidades visuales reducidas”
El estudio analizó el consumo de oxígeno en los ojos y las regiones cerebrales vinculadas a la visión en peces ciegos. Los resultados indicaron que, en peces jóvenes en desarrollo, la visión incrementa el costo energético en un 15% comparado con los peces ciegos.
Topo de nariz estrellada
El topo de nariz estrellada es un mamífero originario de América del Norte conocido por su aspecto peculiar y su asombrosa rapidez. Este animal se caracteriza por su singular hocico en forma de estrella, que le permite detectar a sus presas con gran eficiencia a pesar de su ceguera funcional.
Según National Geographic, este topo se mueve a través de la tierra blanda y toca entre 10 y 12 puntos diferentes por segundo con su nariz. Su hocico, denominado “órganos de Eimer” en honor al zoólogo Theodor Eimer, quien lo describió en 1871, está altamente especializado y contiene una densa organización nerviosa similar a un sistema visual avanzado.
Aunque sus ojos no le proporcionan mucha utilidad, la fóvea táctil del topo de nariz estrellada está organizada neurológicamente de una manera comparable a un sistema visual altamente desarrollado. Esta adaptación evolutiva le permite compensar su ceguera, destacándolo como un ejemplo fascinante de la capacidad del mundo animal para evolucionar y adaptarse a sus entornos.
Tiburón duende
En las profundidades de los mares africanos, a más de 120 metros bajo el nivel del mar, habita el tiburón duende, una de las criaturas marinas más enigmáticas y poco estudiadas del planeta. Esta especie presenta una característica sobresaliente: es ciega.
Según National Geographic, su ceguera se debe a la falta de luz en su hábitat natural, una adaptación evolutiva a la oscuridad total de las profundidades oceánicas. En lugar de depender de la visión, el tiburón duende utiliza su capacidad de detectar campos eléctricos para moverse y cazar. Esta habilidad sensorial le permite localizar presas en un entorno donde la falta de luz imposibilita la visión convencional.
Los estudios continúan explorando las peculiaridades de este escualo, que representa un desafío científico dada su rareza y las difíciles condiciones de su hábitat. La adaptación sensorial del tiburón duende ilustra cómo las especies pueden evolucionar mecanismos sofisticados para sobrevivir en algunos de los ambientes más hostiles del planeta.