El dato lo aportó la estadounidense ProFarmer, y es un alivio para los agricultores de este país, y también para los argentinos, desde luego. Es que Brasil amenaza con generar, si el clima lo permite, cerca de 170 millones de toneladas soja durante la campaña 2024/25, y nada indica que va a detenerse en su camino destinado a incorporar año tras año más superficie para la oleaginosa. Es todo lo que necesitan los precios para perder terreno.
Sin embargo, si el proceso que hemos de describir funciona, las cosas no serían tan graves y las cotizaciones tendrían alguna chance. La Cámara de Diputados de Brasil aprobó el proyecto de ley denominado Combustibles del futuro, con el cual la molienda de soja en el país treparía a 55,8 millones de toneladas hacia 2030, frente a los 31 millones de toneladas estimados para 2024, de acuerdo con la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (Abiove).
El incremento de la molienda de soja será necesario para cumplir con los objetivos de mezcla obligatoria de biodiésel en el gasoil, establecidos por el proyecto de ley en un 15% para marzo de 2025, con aumentos de 1 punto porcentual por año hasta llegar al 20% en marzo de 2030. La mezcla obligatoria actual es del 14%.Otro cambio propuesto por el proyecto de ley referido es un aumento en el mix de etanol en la gasolina. Según lo aprobado, el Poder Ejecutivo podrá elevar la mezcla hasta un 35%. Actualmente puede contener un 27,5%, con un mínimo de 18% de etanol.
En Brasil hablan del mayor programa de descarbonización de la matriz de transporte y movilidad del planeta. Apuntan a una nueva industria sustentable de combustibles de aviación, que permitirá instalar biorrefinerías en el país, así como generar inversiones en tecnología para la captura y almacenamiento geológico de dióxido de carbono.
Combustibles del Futuro crea una serie de iniciativas en este sentido, como el Programa Nacional de Diésel Verde (PNDV), el Programa Nacional de Bioqueroseno de Aviación (ProBioQAV) y el Programa Nacional de Descarbonización de Productores e Importadores de Gas Natural e Incentivos al Biometano.
En resumen, esta normativa habilita mandatos más amplios para los biocombustibles, reforzando la estrategia de Brasil de recostarse en su abundante producción de granos para abordar la transición energética. Según indica la consultora StoneX, el consumo de gasolina podría caer hasta un 11% con el aumento de la participación del etanol en la mezcla. Por su parte, Datagro asegura que ya se está probando una mezcla del 30%, una medida que aumentará la demanda de etanol en 1.300 millones de litros al año.
La novedad también beneficiará a empresas molturadoras de soja como Cargill, que tiene la mayor capacidad de producción de biodiesel en Brasil. El año pasado adquirió tres plantas de molienda de soja y producción de biodiesel para reforzar sus instalaciones preexistentes.
De acuerdo con los aceiteros brasileños, hacia 2035 las nuevas plantas de elaboración de biodiesel podrían hacer que la cantidad de soja procesada en el país casi se duplique. El impulso gubernamental al etanol también debería generar una mayor inversión en biocombustibles a partir de maíz, y el grupo industrial Unem prevé que la producción total se duplicará con creces hasta 2034.
Por cierto, la producción de biocombustibles en Brasil alcanzó un hito histórico en 2023, reflejo del crecimiento robusto en el sector y la diversificación de las fuentes de energía renovables en el país. Juntos, el etanol y el biodiésel sumaron casi 43 mil millones de litros producidos, una cifra récord. Los datos figuran en el Anuario Estadístico Brasileño del Petróleo, el Gas Natural y los Biocombustibles 2024, publicado por la Agencia Nacional del Petróleo, el Gas Natural y los Biocombustibles.
Pero hay más. El gobierno planea obligar asimismo a los proveedores de gas natural a reducir gradualmente las emisiones mediante la compra de biometano, que también muestra números en alza. En 2023 se produjeron 74.9 millones de metros cúbicos, un aumento del 12.3% respecto de la generación del año previo. Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de San Pablo (USP), indica que la producción de biogás creció casi 800 % entre 2011 y 2020.
A diferencia de lo que ocurre entre nosotros, el socio del Mercosur ha puesto todo su empeño en el agregado de valor y la generación de energía renovable, que tiene consecuencias para el ambiente pero también para la economía del país, porque además es un gran exportador de bioetanol.
De momento, para los agricultores del mundo es un alivio saber que el socio mayoritario del Mercosur apuesta a todos estos procesos, que quitan del mercado commodities que de otro modo habrían contribuido a deprimir los precios de todos los productores del planeta. En buena hora.
