Monica Gross, una cómica de 30 años de Toronto, se dio cuenta el año pasado de que algo raro pasaba en las fiestas. La gente se metía en baños, pasillos y rincones tranquilos para grabar y escuchar notas de voz, grabaciones de audio que se envían como si fueran mensajes de texto.
Gross no tardó en adquirir el hábito. “Cuando tienes tantas cosas en la cabeza y piensas: ‘Esto va a ser un párrafo’, lo mejor es hacer una nota de voz”, explica.
Desde los baños de las fiestas hasta la cultura de Internet, las notas de voz están de moda. A medio camino entre los mensajes de texto y las llamadas telefónicas, los mensajes de audio se están convirtiendo en una alternativa a la escritura en los teléfonos.
Algunos dicen que son una buena forma de conocer el estado emocional de los amigos cuando las conversaciones en persona son escasas. Otros ven cómo se acumulan los mensajes y sienten que les están poniendo deberes. Como todas las tendencias tecnológicas, la popularidad de las notas de voz nos habla de las conexiones que ansía la gente.
Las notas de voz, que el remitente dicta en voz alta, se incorporaron a la aplicación de mensajería de Apple Mensajes en 2014. Desde entonces, se han añadido a casi todas las principales redes sociales y plataformas de mensajería. La aplicación de citas Hinge permite a los usuarios enviar notas de voz, y los que lo hacen tienen un 48% más de probabilidades de conseguir una cita, según la empresa. En TikTok, la gente bromea diciendo que los largos y farragosos clips de audio que envían a sus amigos, parejas o padres son “podcasts” basados en la trama de sus vidas cotidianas.
Para enviar uno, hay que mantener pulsado el icono del micrófono, decir lo que se piensa y enviarlo. Dependiendo de la aplicación, puedes revisar tu nota primero, escucharla a una velocidad más rápida o más lenta, o cerrar el círculo y leer una transcripción automatizada de la nota. En Mensajes, las notas de voz son efímeras y desaparecen después de ser reproducidas, lo que crea una experiencia confusa para algunos usuarios.
Quienes confían en las notas de voz están convencidos de que resuelven un problema. Para los agotados, son un descanso de mirar pantallas. Para los ocupados, ofrecen la comodidad de hablar sin el compromiso de una llamada telefónica. Y en un mundo empapado de correo electrónico y Slack donde reina la eficiencia, las notas de voz serpenteantes pueden ser una dulce fuente de intimidad, dicen los aficionados.
Pero sin demasiada intimidad. A diferencia de las llamadas telefónicas, las notas de voz no exigen una atención inmediata o sostenida, explica Leora Trub, directora del Laboratorio de Medios Digitales y Psicología de la Universidad de Pace. Esto hace que las notas de voz sean lo suficientemente vulnerables para los adultos jóvenes que, en general, tienen menos amigos que las generaciones pasadas, según el Survey Center on American Life.
“La nota de voz es un intento de volver a llamar, pero sin llegar a hacerlo”, explica Trub. “Hay tanto tabú en torno a llamar a la gente; hay tanto miedo a interrumpir la vida de las personas”.
Aunque nuestra comodidad con las llamadas telefónicas ha disminuido, ha crecido el interés por otras formas de audio. Instagram, Facebook, X y Snapchat ofrecen notas de voz en sus mensajes directos. Snap afirma que el uso de notas de voz ha aumentado un 50% en los últimos dos años.
No se trata sólo de chats individuales. En Meta’s Threads, celebridades como Cardi B y Serena Williams comparten notas de voz con sus seguidores. Algunos oyentes perpetuos de podcasts mantienen el audio encendido todo el día para controlar su estado de ánimo o concentrarse, dicen, y Spotify dice que su número de oyentes regulares de podcasts se ha multiplicado por diez desde 2019.
Una nota de voz se siente menos exigente que una llamada o un correo de voz, dijo Alana Wakeman, de 39 años. “Los mensajes de voz son esa cosa inminente en la que alguien quiere algo de ti”, dice Wakeman, agente inmobiliario en Ontario, Canadá. Con las notas de voz, sin embargo, se siente libre para marcar el ritmo de la conversación y responder cuando le conviene. Grabar los mensajes le produce alegría (a veces porque se ha tomado unas copas, otras no) y le emociona hablar tanto tiempo sin interrupciones.
Para las mujeres, la experiencia puede ser especialmente estimulante, dice Lauren McQuistin, una cantante que dirige la página de memes de Instagram @brutalrecovery. En persona, la interrumpen con frecuencia. Por teléfono, hay presión para ser conciso. Pero una nota de voz puede tratar de todo o de nada: una historia divertida, cotilleos o un monólogo emocional.
A McQuistin le gusta escuchar a sus amigos hablar en voz alta mientras se prepara su café matutino, y dice que a menudo tienen epifanías a mitad del mensaje. Lo compara con un podcast, pero el apego del oyente va más allá de lo parasocial: “Conozco de verdad a estas personas”, dice.
McQuistin sigue llamando y enviando mensajes, pero las notas de voz desempeñan un papel fundamental en sus amistades. Pasó nueve meses intercambiando mensajes de texto con una amiga antes de recibir de repente una nota de voz. “Duraba siete minutos”, explica. A partir de ahí, su amistad floreció.
Jack Crawford-Brown se enamoró de su novia mientras intercambiaban notas de voz para planificar una excursión de senderismo en grupo. Este cofundador de una start-up de Brooklyn, de 31 años, utiliza este medio “sin descanso”, e incluso da su opinión en el trabajo a través de notas de voz. “Somos la generación de los podcasts”, afirma. “Me gusta escuchar a la gente y estar dentro de sus cerebros”.
Sin embargo, no todo el mundo anhela echar un vistazo al interior de la psique de sus seres queridos. Annie Ridout, escritora en Londres, tiene tres hijos menores de 10 años, y siente un destello de frustración cuando sus amigos le envían notas de voz durante sus horas de trabajo. “Soy una madre trabajadora muy ocupada y no quiero que la gente aumente mi carga de trabajo”, explica.
Ese es el problema de las notas de voz, afirma Trub, de la Universidad de Pace. Pueden ser catárticas para quien las envía, pero todo ese desahogo conlleva un riesgo: El destinatario puede no tener tiempo, interés o unos auriculares.
Las personas deberían preguntar a sus amigos y parejas sobre sus preferencias comunicativas, afirma la coach de amistades Danielle Bayard Jackson. Puede que a una persona le encanten las notas de voz, las llamadas telefónicas, los memes o los TikToks, mientras que a la otra le molestan.
Presta mucha atención a tu intención, dice Bayard Jackson: conectar con tu amigo o divagar con un público. Considera la posibilidad de enviar un breve texto con tu nota de voz que actúe como “asunto”, sugiere, para que tus amigos no se sientan presionados a escucharte de inmediato. (Algo como “cita anoche” o “mi horrible viaje al trabajo”).
Cuando una forma de comunicación como las notas de voz disfruta de un momento de tendencia, no es necesariamente porque sea mejor que las opciones anteriores, afirma Neal Roese, psicólogo que estudia la elección del consumidor en la Universidad Northwestern. Más bien responde a una necesidad puntual.
Para McQuistin, compartir “podcasts” de notas de voz mientras ella y sus amigos hacen sus cosas es una pequeña forma de rebelión en un mundo que parece demasiado triste, demasiado rápido y demasiado impersonal. “Se nos exigen tantas cosas en un mundo que se está desmoronando, afirma. “Me gusta procesar verbalmente y saber que alguien está dando testimonio. Quiero hablar de las cosas que me hacen sentir viva”.
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