Luego de días de tensión en Misiones, el Gobierno provincial y la Policía alcanzaron un acuerdo salarial, por lo que se levantó la protesta que se instaló en la sede del Comando Radioeléctrico en Posadas.
El anuncio estuvo a cargo del vocero de los policías, Ramón Amarilla, quien comunicó: “El gobierno entendió que la Policía de Misiones y el Servicio Penitenciario Policial somos los garantes de la seguridad en Misiones y tuvimos una reunión positiva con el ministro coordinador y el jefe de la policía de Misiones. Se levanta el acampe”, durante una conferencia de prensa que brindó esta madrugada.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local El Territorio, Amarilla enumeró las bases del convenio que alcanzó con el Gobierno provincial. “Todas las medidas se retrotraen al 1 de enero. Nos reconocen como ente para discutir temas salariales y laborales”, comenzó explicando.
Luego, contó que el mes de junio recibirán un incremento de $15.521 en el básico los agentes de policías y del Servicio Penitenciario, cifra que variará de manera proporcional para las demás jerarquías, incluyendo cadetes. De igual forma, adelantó que seguirán discutiendo y que la próxima reunión será en el mes de julio, que tendrá lugar en la semana comprendida entre el 8 y el 15 de ese mes.
Dentro de los policías acuartelados, se encontraban también agentes retirados que exigían también un incremento en sus haberes. Por esto mismo, el Ejecutivo misionero resolvió que el aumento otorgado a los policías en ejercicio alcanzará a los oficiales que ya no brindan servicio en el mismo mes y cualquier diferencia se abonará como suplementaria en junio.
“Esto que firmamos marca un antes y un después”, expresó Amarilla al referirse al acuerdo como “histórico”. En representación del gobierno de Misiones, participaron del encuentro el coordinador de Gabinete, Héctor Llera; el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán; el jefe de Policía, Sandro Martínez; y la alcaide general, Alicia Mereles.
Todo comenzó durante la madrugada del viernes 17 de mayo, cuando cerca de 100 policías se atrincheraron en el cuartel, quemaron gomas en las inmediaciones y encendieron las sirenas despertando a los vecinos. Con el correr de las horas y los días, la tensión escaló.
En un primer momento, fueron cacerolazos y piquetes, pero luego la medida de protesta tomó más fuerza y sumó más adhesión, ya que los docentes y personal sanitario se sumaron a los reclamos.
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