La carrera de muchos deportistas es tan intensa como fugaz. Una gran parte comienza a competir a edades muy tempranas y debe abandonar su disciplina cuando el resto de la población comienza a desarrollarse profesionalmente. Esta situación deja desprotegidos a muchos de ellos de cara a la jubilación.
Debido a ello, varios deportistas han acudido al Congreso de los Diputados para reclamar una solución a su situación laboral y de retirada. El marchador Álvaro Martín, quien conquistó dos medallas olímpicas en París 2024; Almudena Cid, exgimnasta de rítmica; Fernando Romay, exjugador de baloncesto; Rafa Pascual, exjugador de voleibol; o Lola Fernández Ochoa, hermana de la exesquiadora, fueron los encargados de presentar las reclamaciones en la cámara baja.
UGT fue la encargada de organizar la jornada La carrera profesional de los deportistas de alto nivel: cotizaciones y jubilación. Entre otros problemas, Míriam Martínez Rico, lanzadora de peso y medallista paralímpica en Tokio 2020, denuncio la situación que viven tras despedirse de la actividad deportiva.
“Soy jubilada a cambio de una enfermedad neurgenerativa. He visto cómo se maltrata y cómo la ley no ampara a una persona. Lo único que nos ampara es el ADOP (Plan Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico). Me duele que no se nos recompense de ninguna manera. Ya me he retirado teniendo una plaza para París. Nadie más me va a amenazar por pedir una beca que me corresponde por ganar tres mundiales en un año”, confesó la deportista.
Cosa de todos
Esta situación no es exclusiva de los deportistas paralímpicos, o de una disciplina en concreto. Álvaro Martín, que estuvo presente en los Juegos Olímpicos de París y que se llevó el bronce en la prueba individual y el oro en la modalidad por relevos mixtos, también intervino en la jornada. “Diferentes generaciones de deportistas” tienen “el mismo problema”, expresó. Así mismo, afirmó sentirse “un privilegiado por estar dado de alta como autónomo en la seguridad social desde 2018”.
“Pero esto, mis compañeros de mesa no lo han podido disfrutar”, lamentó. Durante su intervención recalcó que hay jóvenes atletas que no pueden cotizar como autónomos. Además, pudo explicar la odisea que le supuso explicar a Haciendo en Badajoz que su club no estaba obligado a darle de alta en la Seguridad Social: “Espero que en ese estatuto se aborde esto de la mayor manera intergeneracional”.
Por otro lado, Almudena Cid, una de las voces más críticas con esta cuestión, indicó que existe un “abandono absoluto” para los deportistas tras su retirada. La exgimnasta española explicó: “Lo que pedimos es que se cuantifique nuestro esfuerzo y que aparezca en nuestra vida laboral. Aquel beso que di al tapiz en mi retirada costó 18.000 euros, que era mi beca del año siguiente. Vemos deportistas que han alargado su carrera para cobrar esa beca. En la retirada no tenemos un paro para decidir a dónde ir, tenemos la urgencia de coger lo primero”.
Las dificultades que atraviesan
Fernando Romay, una de las estrellas del baloncesto español, recordó que ya trasladó su preocupación a Pilar Alegría, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes. Ella se encargó de ponerlos en contacto con el Consejo Superior de Deportes. En el Congreso aprovechó para exponer los problemas que atravesó su generación, quienes tributaban, pero no podían cotizar y pagaban a Hacienda como “artistas y toreros”.
“Se inventaron lo de amateur compensado. Si eres amateur cómo te van a compensar… Los del 80 pedimos que los años tributados de alguna u otra manera se puedan considerar cotizados, porque nos permitirá tener el 100 % de lo cotizado los últimos años, que es lo que cuenta”, explicó.
“Algún valor tendrán mis 20 años en la selección”, reflexionó Rafa Pascual. “Lo más necesario es no dar la responsabilidad siempre al deportista. Ahora soy empresario, tengo mis trabajadores y me obligan a cuidarlos. Si el empresario está obligado a cuidar a los trabajadores, cuidemos al deportista”, solicitó.