La ruptura de Alice Campello y Álvaro Morata se ha convertido en la noticia de la semana y, probablemente del verano. La pareja, que siempre ha sido la viva imagen de la felicidad y que han vivido un auténtico cuento de hadas desde que se conocieron en 2016, anunciaba por sorpresa su separación este lunes tras 8 años de relación y 4 hijos en común.
Una inesperada decisión que ha dejado en shock incluso a su entorno más cercano, y tras la que no han tardado en surgir las especulaciones. En redes sociales han corrido como la pólvora rumores de deslealtad del futbolista a la italiana, y ciertos medios de comunicación se aventuraron incluso a comentar que existirían unas imágenes del delantero en compañía de otra mujer.
Sin embargo, y como ambos han dejado claro en los comunicados con los que hicieron pública su ruptura a través de redes sociales, no ha habido ni “faltas de respeto” ni “terceras personas”, sino que tomaron la “dolorosa decisión” -como ha confesado Morata- de emprender caminos separados por un desgaste en la convivencia y continuos desencuentros que habrían ido minando poco a poco su amor.
Algo en lo que el fubtolista ha insistido en sus primeras declaraciones tras su separación. A pesar de que su intención en estos momentos es guardar silencio y centrarse en su nueva etapa en el AC Milán, son demasiadas las cosas que se están diciendo sobre su ruptura con Alice; y dolido y cansado ha decidido poner los puntos sobre las íes y dar por primera vez su versión de su repentina ruptura con la italiana, con la que hace apenas 3 semanas compartía románticas imágenes en su cuenta de Instagram presumiendo de su amor durante sus vacaciones en familia.
Muchos creen que ha tenido que pasar algo grave o que ha habido un detonante para romper de esta manera tan abrupta, pero como ha asegurado Álvaro al periodista Javier de Hoyos, no ha sido así. Su ruptura se produjo el pasado 28 de julio, pero a pesar de ya no estar juntos continuaron publicando instantáneas unidos porque pasaron por “diferentes baches en esos días”, intentando luchar hasta el final por salvar su relación.
“Siempre nos hemos prometido por respeto a todo lo que hemos vivido de no llegar nunca al punto de hacernos daño o ser tóxicos y de acabar antes de ello y así ha sido” explicaba Alice en el comunicado con el que anunció su separación. Algo en lo que coincide Morata, que insiste en que el motivo de su ruptura fueron las discusiones que ambos mantenían y que no querían llegar a tener delante de sus pequeños. Y antes de que estas peleas les llevasen a terminar odiándose y que su relación fuese algo insoportable, tomaron la dura decisión de separar sus caminos, pero con respeto y amor por ambas partes.
Morata también ha querido salir al paso de las informaciones que aseguran que publicó el comunicado de su separación sin consultarlo con la italiana, adelantándose a algo que podría salir a la luz tras los incesantes rumores que surgieron en redes sociales el domingo sobre una presunta ‘falta de respeto’ a su mujer. De ahí que precipitase el anuncio de su ruptura cuando ambos habrían tomado la decisión de no hacerla pública por el momento.
Algo que el jugador ha desmentido, dejando claro que él no se adelantó sino que acordaron hacerlo simultáneamente en sus respectivos perfiles, aunque sí reconoce que pidió a Alice que su separación permaneciese en secreto un tiempo porque no quería que las noticias sobre su vida privada eclipsasen su fichaje por el Milán. Y si la modelo no le acompañó a su presentación como nuevo jugador del equipo italiano fue, como admite, porque le está costanto bastante procesar su ruptura.
Dolido, Morata desmiente rotundamente que haya sido infiel a su mujer -es lo que peor le ha sentado de todo lo que se ha dicho tras su separación- y, aunque sí admite que estuvo de fiesta en Marbella la semana pasada, niega que tontease con ninguna chica o se comportase de un modo especialmente desinhibido o actuando como una persona soltera por respeto a Alice.
También ha salido al paso de los comentarios que han surgido acerca de qué hará con el tatuaje de gran tamño de la cara de la modelo que tiene en el brazo y que se hizo en 2018. Y lejos de tener intención de borrárselo tras su ruptura, lo cierto es que Álvaro no tiene por el momento planes de eliminarlo de su piel.