Intentando retomar la normalidad y su vida tras su salida de prisión en libertad condicional el pasado lunes, Antonio Tejado sigue decidido a guardar silencio y a no hacer ningún tipo de declaración a los medios de comunicación, siguiendo el consejo de su abogado, hasta que se celebre el juicio por el que podría volver de nuevo a la cárcel si es declarado culpable de ser el autor intelectual del violento robo a la casa de María del Monte e Inmaculada Casal.
Y aunque se han dado numerosas informaciones sobre él en los últimos días, como que estaría distanciado de su hermano menor, Juan Carlos -el menos mediático de su familia- al que no se ha visto a su lado desde su excarcelación y al que tampoco se vio junto a su madre y su hermano Chema en sus visitas semanales a Antonio en prisión durante los 98 días que permaneció en el centro penitenciario de Sevilla, permanece frío como un témpano del hielo y ni se inmuta con las preguntas de la prensa.
Esta mañana llegaba a su domicilio conduciendo su moto y, con la misma actitud impasible de los 4 días que lleva en libertad, y tampoco ha querido pronunciarse sobre las ofertas que sus familiares habrían recibido por romper su silencio en un plató de televisión o en alguna revista. Mirada al frente, indiferencia y ni un gesto que nos permita adivirar cómo se encuentra o cómo está sobrellevando este regreso a la normalidad marcado por la presión mediática.
Pero es humano al fin y al cabo, y su máscara de ‘hombre de hierro’ se ha roto cuando se ha encontrado con un amigo por las calles de Sevilla cuando acudía al encuentro de su hermano Chema. Por primera vez desde que salió en libertad provisional, Antonio ha sonreído durante la breve conversación que ha mantenido con este chico que nos ha permitido ver por fin al Tejado ‘de siempre’.
