La Habana, 4 jun (EFECOM).- Un programa de cooperación para el desarrollo del agro cubano con fondos de Francia y la Unión Europea (UE) incorpora por primera vez en este tipo de iniciativas al sector no estatal de la isla.
El programa, denominado Afro Verde Proylaif, incluye tres proyectos que suman en total más de 12 millones de euros en subvenciones no reembolsables y unos 50 millones en préstamos, informaron este martes en conferencia de prensa en La Habana sus promotores.
La iniciativa busca tanto promover el uso sustentable del campo y captar divisas vía exportación de bienes agrícolas, como la capacitación técnica del personal sobre el terreno y en Bandec, la entidad bancaria estatal cubana que canaliza fondos para otorgar créditos.
Maury Hechavarría, viceministro de Agricultura de Cuba, destacó el “desafío” que supone para el país lograr “financiamientos” para el sector primario y explicó que la estrategia es lograr divisa con estas exportaciones para comprar insumos en el exterior que permitan aumentar la producción.
La generación de ingresos con las exportaciones es una “prioridad”, argumentó el viceministro, porque en último término redunda en la mejora la “seguridad alimentaria”.
El jefe de Cooperación de la UE en Cuba, Pedro Campo, indicó por su parte que para el programa son prioritarias la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria.
El bloque comunitario aporta unos 7,5 millones de euros no reembolsables a este programa, pero el volumen total de proyectos en curso que tiene en las áreas de la agricultura y la seguridad alimentaria ronda los 30 millones de euros.
El director para Cuba de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Jean-Marc Liger, destacó por su parte el “esfuerzo muy importante” que lleva a cabo Europa en la isla para promover la agricultura y ganadería sostenibles y contribuir a preparar la transición ecológica.
La aportación francesa a Afro Verde Proylaif suma 50 millones de euros en créditos blandos y a largo plazo y 5,3 millones en subvenciones no reembolsables.
Cuba se encuentra sumida en una profunda crisis económica. La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y fallidas políticas económicas y monetaria han agravado problemas estructurales de la economía nacional.
La escasez de alimentos es uno de los elementos de esta crisis. La producción agrícola ha caído de forma notable en las últimas cuatro décadas y actualmente el país importa el 80 % de lo que consumo y precisa unos 2.000 millones de dólares al año para dotar la cada vez más exigua canasta básica.
Hechavarría reconoció que el programa de cooperación europeo no puede resolver todos los problemas del agro cubano, pero consideró que supone un “ejemplo” de buenas prácticas. “Es ir arrancándole un pedacito al gran problema”, agregó. EFECOM
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