En tierras peruanas se encuentra un tesoro nutricional que fue venerado desde tiempos ancestrales por su potente combinación de sabor y propiedades saludables. La bolsa mullaca, también conocida como “aguaymanto”, “Topotopo” en quechua y “Uchuva” en aimara, es un fruto de la familia Solanaceae, cuyo nombre científico es Physalis angulata L., que viene conquistando paladares y corazones con su forma de perla amarilla y su intensidad de sabor.
Este fruto fue cultivado y domesticado hasta convertirse en uno de los superalimentos más valiosos de la región. Conocido también como Capulí cimarrón, Shimon (shipibo-conibo), Camapú, Camambú, Juapoca, Camaru, Joa, Bucho de ra, Jua de capote y Mata fome en portugués, este fruto transcendió fronteras y se posicionó en la cultura y la cocina de diversas poblaciones.
El aguaymanto es un fruto de la naturaleza que se encuentran en los climas tropicales húmedos, aunque su espíritu aventurero le permite adaptarse también a ambientes templados. Su hogar se encuentra en suelos ricos en materia orgánica, donde comparte espacio con amasisa, caña brava y gramalote, entre otras especies. Es un pionero en suelos inundables, desplegando su esplendor en áreas bien iluminadas, donde su presencia se convierte en un símbolo de vitalidad y abundancia.
El legado del aguaymanto
El legado del aguaymanto trasciende su delicioso sabor y su aroma embriagador. Según el portal del Ministerio de desarrollo Agrario y Riesgo (Midagri), es un tesoro nutricional que brinda al cuerpo humano una barrera sólida contra las enfermedades. Su abundancia en vitaminas A, B y C fortalece el sistema inmunológico, combatiendo infecciones respiratorias y alergias. Los antioxidantes presentes en este fruto neutralizan los radicales libres, retardando el envejecimiento y promoviendo la cicatrización de heridas.
Además de su impacto en la salud general, el aguaymanto es un aliado en la lucha contra enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes. Su capacidad para estabilizar los niveles de glucosa y mejorar las funciones cardiovasculares lo convierte en un recurso invaluable para quienes buscan mantener un estilo de vida saludable. Y no se detiene ahí; su alto contenido de fibra dietética previene el cáncer gastrointestinal, ofreciendo una defensa natural contra esta devastadora enfermedad.
Innovación y tradición
Esta fruta, con su versatilidad y riqueza nutricional, se abre paso hacia un futuro donde la innovación y la tradición se entrelazan. Desde su consumo fresco hasta su transformación en néctares, helados, mermeladas y otros productos derivados, este fruto milenario continúa cautivando los paladares y nutriendo los cuerpos de quienes tienen el privilegio de saborearlo.
Además, el aguaymanto se cultiva principalmente en las regiones de Áncash, Cajamarca, Cusco, Huánuco y Junín. Asimismo, tiene un creciente potencial exportador hacia mercados como Estados Unidos, Europa y Asia, donde se le viene conociendo como “Golden berrie” o berrie dorado del Perú.
Así puedes preparar mermelada de bolsa mullaca
Ingredientes
1 ½ tazas de aguaymantos
2 cdtas de panela (se puede sustituir con estevia natural o miel)
1 cdita de agar-agar o gelatina neutra sin sabor
Preparación
– En una licuadora agregar los aguaymantos previamente lavados. Tapamos y licuamos a una velocidad media. Apagamos.
– En una olla agregamos los aguaymantos licuados y dejamos que se cocine a fuego medio. Cuando rompa el hervor, movemos con ayuda de una cuchara.
– A la mezcla, agregamos la panela o endulzante de tu preferencia. Movemos muy bien para que se mezclen todos los ingredientes.
– Esperamos a que burbujee en la olla y agregamos el agar-agar o gelatina sin sabor. Debes remover hasta que espese.
Revisión
– Con ayuda de un plato, verifica la consistencia de la mezcla. No debe estar aguada, sino que se fije un poco en la superficie.
Más información:
¿Cuáles son las características físicas del aguaymanto?
El aguaymanto es una fruta pequeña y esférica que se cultiva en Perú. Su sabor agridulce es inconfundible y está protegido por una fina cáscara amarilla que actúa como una cápsula natural. Entre sus principales beneficios nutricionales, podemos mencionar su alto contenido de vitaminas A, C y del complejo B, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Es preciso señalar que este superalimento aporta minerales importantes para el organismo, como hierro, fósforo y potasio. Estas características le otorgan propiedades antiinflamatorias y digestivas. Su bajo contenido calórico convierte a esta fruta de los Andes en una opción ideal para quienes desean mantener una dieta saludable.