Roberto Moyado Esparza o José Alberto Maldonado López, mejor conocido como ‘El Betito’, había cambiado por completo su apariencia física, al bajar más de 25 kilos, luego de someterse a una cirugía para perder peso, con el cual lograría que las autoridades no pudieran ubicarlo.
A pesar de todos los cambios a los que se había sometido ‘El Betito’, las autoridades ya estaban enteradas, pues el día de la pelea entre Floyd Mayweather Jr. y el irlandés Conor McGregor se dio cita en una cantina lujosa de Polanco, donde, sin darse cuenta, lo estaban vigilando agentes federales.
“Las pantallas dan cuenta de los primeros segundos del combate entre el invicto estadounidense Floyd Mayweather Jr. y el irlandés Conor McGregor, corres el mezcal, whisky, cerveza y el tequila, en una silla, se deja caer Roberto Moyado Esparza, ‘El Betito’, quien esa noche lleva un Rolex en la mano izquierda, está rodeado de sus principales operadores, mujeres del barril, como llaman en Tepito, voluptuosas sudamericanas, y un par de concursantes de ‘Acapulco Shore’, las mesas están atiborradas de botana gourmet, una mariscada servida al centro, y hasta rapados de hielo, ‘El Betito’ luce delgado, un poco más de como lo vieron en la junta en ‘El Rosario’, pero aún no se ha injertado cabello, los meseros se deshacen en atenciones, a sabiendas o no de quien es el patrón, pocos se atreven a perturbar mientras posa sus ojos en los púgiles”, se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, del periodista Antonio Nieto.
Cabe mencionar que para aquellas fechas, Moyado Esparza aún no se había injertado cabello, por lo que resultaba fácil poder reconocerlo del rostro, aunque las autoridades ya lo tenían en el radar.
Los agentes federales, que estaban disfrazados de empresarios que eran custodiados por escoltas particulares, quedaron sorprendidos por ver las atenciones que tenía el gerente del lugar hacia José Alberto, de quien pocos se imaginarían que era un delincuente.
“Nadie sospecha que en el lugar también hay agentes federales que vigilan la verbena, son los mismos que casi un año más tarde, consumarían la captura de ‘El Betito’, el criminal más buscado de los últimos años en la capital, los informes de inteligencia, no escatiman en detalles, inclusive añaden unas fotografías del jefe narco y su equipo, en esas fechas, ya se sabe que ‘El Betito’, aún identificado erróneamente como Roberto Moyado Esparza, no es más un hombre robusto, está 25 kilos abajo, desde la última imagen que se tenía de él, y en esa cantina luce más como un cliente consentido, que como un ampón, la familiaridad con la que el gerente de la cantina se dirige a él, no hace más que asombrar a los policías”.
Tras ese vigilancia, fue que las autoridades pudieron darse cuenta que ‘El Betito’ ya no era el mismo, pues al convertirse en el líder comenzó a vestir elegante, además de perder algunos kilos, para lucir una figura muy delgada.
Fue un tiempo en el que Moyado Esparza pudo desaparecer del radar de las autoridades, mientras que su subalterno, ‘El Pistache’, estuvo siendo perseguido, sin darse cuenta, durante varios meses.
“Gracias a la vigilancia realizada meses atrás en la cantina de Polanco, conocían la nueva imagen del jefe de La Unión Tepito, más de 20 kilos abajo y ropa elegante, ‘EL Betito’ logró desaparecer del radar, ‘El Pistache’, no”, se lee en el libro ‘Cártel Chilango’.