Vuelta a las tradiciones. Este domingo Carlos Alcaraz se coronó por segunda vez consecutiva como campeón de Wimbledon y, como manda la tradición, esa misma noche los ganadores de la categoría masculina y femenina protagonizan una cena de celebración. El tenista español lució un traje de Louis Vuitton y asistió por segundo año consecutivo a la cena. En esta edición, coincidió con Barbora Krejcikova, ganadora del torneo femenino. Durante la velada, surgió un interesante debate sobre una tradición casi olvidada: el baile inaugural de los campeones.
Este ritual, que comenzó hace décadas, implicaba que los vencedores de los cuadros individuales masculino y femenino inauguraban la fiesta con un baile. Sin embargo, desde 1977, esta actividad quedó a discreción de los tenistas, lo que llevó a su progresivo desuso. La última vez que se observó fue en 2015, cuando Novak Djokovic y Serena Williams captaron todas las miradas bailando Night Fever de los Bee Gees. Desde entonces, los campeones habían optado por no continuar con esta tradición, dejando a la cena sin uno de sus momentos más simbólicos.
Este año, Carlos Alcaraz tomó la iniciativa de revivir dicha tradición. Sin vacilar, invitó a Krejcikova a bailar, quien aceptó la propuesta con entusiasmo. Ambos avanzaron hacia la pista de baile bajo la atenta mirada y los aplausos de los cientos de invitados. Alcaraz y Krejcikova sorprendieron con su destreza, no solo en la pista de tenis sino también en la de baile, deleitando a todos los asistentes con su actuación.
La elegancia y habilidad mostradas por ambos tenistas en el baile les valieron una gran ovación. Los presentes destacaron la relevancia de conservar las tradiciones que forman parte de la historia y la esencia del torneo. Alcaraz y Krejcikova recibieron numerosos elogios, tanto por su actuación en el baile como por la iniciativa de revivir esta costumbre. Sin embargo, para poder llegar a este momento de celebración, ambos tuvieron que superar todo un duelo, en la gran final del torneo inglés. Krejcikova se impuso a Paolini, mientras Carlitos hizo lo propio y arrasó a Djokovic en tan solo tres set y dos horas y 28 minutos.
La final ante Djokovic
La historia volvía a repetirse. El español y el serbio volvían a encontrarse en la final de Wimbledon tan solo un año después de que Alcaraz conquistara el título por primera vez ante el mismo rival, ese que este domingo buscaba la gloria en Londres: Novak Djokovic. Hace un año, Alcaraz hacía historia en el torneo inglés y ha conseguido repetir la gesta ante el serbio para llevarse la copa por segunda vez consecutiva tras pasar por encima de Djokovic y llevarse el partido con un 6-2, 6-2 y 7-6. Carlitos ha vuelto a escribir su nombre en los libros de historia del torneo inglés, ha vuelto a alzar la copa al cielo de Londres y ha vuelto a ponerse la corona de campeón de Wimbledon, esta vez con baile incluido para volver a recuperar una tradición que hace años cayó en el olvido.
