Kevin Bacon, conocido por su participación en películas como Footloose y JFK, reveló que decidió experimentar la vida como una “persona común” utilizando un elaborado disfraz. El actor de 65 años explicó que solía fantasear con caminar por la vida sin ser reconocido.
“No me estoy quejando, pero tengo un rostro bastante reconocible”, dijo en una entrevista con Vanity Fair publicada el 3 de julio. Para lograr su objetivo, Bacon contrató a un maquillador de efectos especiales para crear un disfraz protésico que incluía dientes falsos, una nariz diferente y un par de gafas.
La estrella de Hollywood probó su nuevo aspecto en The Grove, un popular centro comercial de Los Ángeles. “Nadie me reconoció”, recordó. Sin embargo, descubrió rápidamente las desventajas del anonimato.
“La gente me empujaba al pasar, no eran amables”, relató. “Nadie me decía ‘te quiero’. Tuve que hacer fila para comprar un café o lo que fuera. Pensé: ‘Esto apesta. Quiero volver a ser famoso’”.
Kevin Bacon, quien debutó en la pantalla hace 46 años en Casa de animales (1978), ha protagonizado numerosas películas a lo largo de su carrera, incluyendo Diner, Cuestión de honor, JFK, Río salvaje y Terror bajo la tierra. Adicionalmente, ha participado en producciones como The Woodsman, Día del atentado y las series de televisión Amo a Dick y City on a Hill.
El juego inspirado en Kevin Bacon
La presencia de Bacon en la industria del entretenimiento dio origen al juego “Seis grados de Kevin Bacon o la Ley de Bacon”, que desafía a los jugadores a conectar a cualquier persona del mundo del espectáculo con el actor. Los participantes eligen al azar un actor y deben conectarlo con Kevin a través de películas compartidas.
El objetivo es establecer la conexión en seis pasos o menos, demostrando la extensa red de colaboraciones en Hollywood. Este juego ha ganado tanto reconocimiento que se ha convertido en un fenómeno cultural, destacando la prolífica carrera de Bacon y la naturaleza interconectada de la industria cinematográfica.
Inicialmente, Kevin Bacon se sintió ofendido por el juego. “Pensé que se estaban burlando de mí”, admitió en una aparición en el podcast The Corp en el año 2019. “Creía que la broma era: ‘¿Pueden creer que alguien tan insignificante pudiera estar conectado con Laurence Olivier o Meryl Streep en seis pasos o menos?’”, añadió.
Con el tiempo, el actor ha llegado a aceptar y hasta sentirse orgulloso del fenómeno que provocó su célebre figura en el cine. En 2023, al anunciar su podcast Six Degrees with Kevin Bacon, adoptó la filosofía de “si no puedes vencerlos, únete a ellos”. “Simplemente pensé que no parece que vaya a desaparecer, así que hay poco que pueda hacer al respecto,” explicó a la revista People.
También reflexionó sobre el concepto detrás del famoso juego que tiene una legión de seguidores: “Si me quitas a mí, el concepto es en realidad hermoso, porque muestra que todos estamos conectados, y no solo estamos conectados, sino que anhelamos conexiones”.
Al igual que Kevin Bacon, otros famosos han experimentado con el anonimato utilizando estrategias similares. Figuras como Ellen DeGeneres, Daniel Radcliffe, Arnold Schwarzenegger y Chris Pratt han llevado disfraces para disfrutar de la vida como personas comunes.
Sin embargo, algunas celebridades admiten disfrutar de los beneficios de la fama. La actriz Christina Ricci, que saltó a la fama por dar vida a Merlina Addams, declaró en 2019: “No voy a mentir, me gusta ser famosa. Me gusta ser respetada. Me gusta que la gente no se ría cuando escucha mi nombre. Me gusta poder conseguir mesas en restaurantes y descuentos en ropa”.